Caleb Stonewall - Lista de insultos hacia Caleb Stonewall

4K 236 13
                                    

—Chicos... voy a dejar la selección —murmuré ante todos ellos, tras una cena.

Últimamente no me encontraba bien. Me cansaba rápidamente en los entrenamientos y estaba demasiado débil. No quería abandonar en medio del mundial a los chicos, pero mi médico me obligó. Xavier era el único que se había dado cuenta, y él que lo sabía en esos momentos. Solté un sollozo y reprimí mi llanto en mis manos, mientras oía un murmullo general.

—¿Cómo que te vas? —dijo Mark— ¡No te irás a rendir ahora!

—Lo siento... no estoy en condiciones para seguir jugando al fútbol —dije, secándome las lágrimas.

—Pero, Jane... —murmuró nuevamente Mark.

—Estoy mal —comenté, mirando a Caleb, que estaba inexpresivo—. Los médicos me han prohibido volver a jugar al fútbol hasta que me recupere completamente.

—No puede ser... —susurró Jude.

Los chicos vinieron a abrazarme y el entrenador explicó con más detalles mi situación. Me dolía dejarles ahí. Había hecho mucho por el equipo, y ellos me habían ayudado desde entonces, eran como una familia. E iba a dejarles allí. Por culpa de una maldita enfermedad que ni siquiera los médicos saben que es. Cogería el vuelo de vuelta a Inazuma a la mañana siguiente, así que pasé la noche con todo el equipo, para liberar tensiones y hacerlo todo un poco más ameno.

Pero a la hora de dormir, no podía parar de dar vueltas en la cama. Me revolvía una y otra vez, sin poder pegar ojo. Así que me puse la equipación de la selección y bajé al campo de entrenamiento, para dar unas últimas patadas a un balón. Entre toque y toque, los minutos pasaban lentamente; la noche era aún muy joven. Tuve la sensación de ser espiada, pero no lo tomé en cuenta. Chuté con fuerza el balón y entró de lleno en la portería, y no pude evitar derrumbarme y caer al suelo. No del cansancio ni de mi enfermedad, sino por el hecho de tener que abandonar al fútbol y a mis amigos.

—¿No vas a dormir? —oí la voz de Caleb detrás de mí y alcé la vista.

—No puedo —murmuré, ocultado mi mirada tras mi flequillo negro.

—Ni yo —contestó, ofreciéndome la mano—. Que yo sepa, el suelo no es tan interesante.

Caleb era buena persona conmigo. Siempre me trataba bien, y confió en mí desde el principio. Y era un compañero al que al parecer, yo solo entendía.

—Es una mierda —dijo Caleb, tras subirme—. Ya sabes, el que te tengas que ir por la enfermedad.

—Lo sé —contesté, pateando al suelo—. Me odio.

—No hay razón —se encogió de hombros —. Nah, de todas maneras solo perdemos a una defensa de pacotilla, no hay que llorar.

Le di un golpe bastante fuerte en el hombro e hizo su sonrisita de superioridad.

—Eres estúpido —inquirí, metiendo mis manos en los bolsillos.

—Muchos lo dicen.

—Estúpido, idiota, entrometido, creído, egoísta, tonto, imbécil...

—No sabía que tu "lista de insultos hacia Caleb Stonewall" había crecido tanto —dijo, pasándose sus manos por la nuca.

—Si quieres sigo: metomentodo, burro, egocéntrico...

—Calladita estás más guapa —contestó, posando una mano en mi boca.

Traté de morder su mano para que la alejara de mi boca pero no conseguí nada, solo que riera como un tonto, para luego apartar la mano. Entonces comenzamos a caminar sin rumbo, adentrándonos en un bosque cercano.

One-Shots Inazuma Eleven e Inazuma Eleven GOWhere stories live. Discover now