30. Fiesta

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Honne.

La música cambió a antiguos hits, las luces de la fiesta cegaban mis ojos, nos encontramos con la rubia en la pista de baile, mejor dicho, chocamos con ella debido a nuestro pequeño gigante amigo pelirrojo que la echó. Lo solté corriendo a levantar a Nerea.

Su atuendo por completo fosforescente era fácil de distinguir, la manera en la que intercalaba su atención entre nosotras se me hizo adorable, se ve demasiado joven y tierna.

—Perdona —le ofrecí la mano sonriendo, se le iluminó la mirada—, estamos apuradas y yo ciega. ¿Te lastimaste?

—N-no, muchas... Muchas gracias Honne ¿Cierto? —me tomó la mano, la tenía sudada.

—¿Gracia por hacerte caer? —se burló Mar

—Sí, pero ella me levantó

—Tengo mucho sueño —balbuceó Luka, tambaleándose.

Mar se deshizo de la utilería de su disfraz ahí mismo así estar más libre de cargarlo, con una sonrisa incomoda y forzada intentó pasar a un tema tranquilo con Nerea con tal de causar una buena impresión.

—Parece que te estás divirtiendo —comentó mi mujer.

—No tanto, ¿Os quereís divertir esta noche conmigo?

Veo que Latinoamérica no es lo único que son buenos conquistando.

—Estamos ocupadas —se lamentó hadita—, quizás otro día ¿Te dejo nuestro número?

Me agaché hasta llegar a su oreja, aparté su cabello para murmurar.

—Te está proponiendo un trio, tontita.

Se giró hacia mí, levantó la cabeza y con la sonrisa más picaresca que le vi en lo que la conocía, la oí responder con seguridad:

—Lo sé.

—¿A dónde vais? —se aclaró la garganta—. en esta zona es jodido conseguir transporte y yo vivo cerca, en un departamento privado que de seguro no conocen si son turistas.

¿Estamos hablando del mismo sitio?

Eso sería demasiado conveniente para la desastrosa historia de nuestro romance.

Era el mismo. Aprendí a tener fe en las mujeres.

Fue tan amable de subirnos a su auto incluso con un moribundo al lado, en el asiento del copiloto, empecé a enviarle mensajes a Vero intentando no lucir sospechosa. Ni siquiera estaba en línea, la chica fue bastante encantadora, nos habló de cómo eran sus últimas semanas en el país por su viaje de negocios con la realeza.

Quizás estaba coqueteando y no me enteré.

—Pensé que se habían separado —dijo sin apartar la vista de la carretera—. aunque entiendo que se han inventado tantas cosas de ustedes que es imposible saber.

—Los rumores dicen que no te quiero, Mar.

—Los rumores dicen que me amas —me sacó la lengua.

—¿Es cierto que el verdadero nombre de Mar es océano? —la seriedad en el tono de Nerea me hizo perder el aire de la risa.

—Sí.

—Tengo muchas ganas de vom... —se tapó la boca.

—¡Ay Nerea, abre la puerta! —mar saltó en su asiento—. perdón, perdón, perdón.

Bajé tras ellos tapando la vista en la derecha donde Luka está "descargando alimentos" en lo que Mar lo sostiene, al menos si ello le iba a hacer mal lo desechó, cuando Kalum dijo que su hermano no soportaba tomar lo dijo en serio. Se me ocurrió hablarle para preguntar qué hacer cuando vi un mensaje suyo de hacer unas horas.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora