31. ME ROBÉ SU CUADERNO MUAJAHJSDKA

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Primero que nada, dejen sus pésames para Mar.

Segundo, ¿Qué creen que haya en el cuaderno de Honne?

Tercero, ¿ESTÁN EMOCIONADAS? SE VIENE LO BUENO, DEJEN SU EMOJI DE QUE ESTABAN VIVAS AL EMPEZAR.

Tercero, ¿ESTÁN EMOCIONADAS? SE VIENE LO BUENO, DEJEN SU EMOJI DE QUE ESTABAN VIVAS AL EMPEZAR

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Mar.

—¿Chiquita? —escuché su voz provenir del oscuro pasillo—. me estoy asustando.

Apresurada, me escabullí entre los espacios recónditos del cuarto, con solo la luz rosa de mi teléfono alumbrando las hojas del cuaderno, este estaba sujetado por cinta bebé que logré quitar. El inicio decía Sketchbook del 2019 al 2021, abrí las primeras paginas esperando encontrarme cosas horribles y no fue así.

Había un conejo, un lobo y un ciervo siendo amigos íntimos.

En la segunda pagina, había una mujer siendo mordisqueada por otra, la pasé rápido despavorida encontrándome con una pagina donde jugaban de manera no muy inocente con un cuchillo. Sentí mariposas en mi estomago y fuego a partir de la cintura para abajó, en especial por la adrenalina de oír sus pasos acercándose a la habitación.

En un momento a finales del 2019 sus dibujos empezaron a tener color, siendo todos de una linda chica de ojos verdes y cabello azul. Dato extraño, ya que para esa época aun no nos habíamos conocido.

¿Verdad?

—Concéntrate Mar, tu vida esta en juego. —me repetí en voz baja.

Seguí pasando paginas, eran la mayoría de los dibujos de esa chica, con alas cantando entre las personas, en algunas inclusive pareciera un cuenta de hadas hasta que el cuento pasó a ser un poco subido de tono. Mi mano tembló cuando apareció una segunda persona en las practicas de anatomía que no precisamente llevaban atuendo, me remojé el labio inferior, mi atención paso por completo a su modelo.

Hay que admitir que es buena dibujando el cuerpo humano, en especial los pechos, tiene una extraña obsesión con ponerles cuerdas. Pero está bien, si quiere la artista la apoyo.

En lo que avanzaba mi cuerpo elevaba su temperatura, ahogué un quejido al ver tres dedos ingresando en el personaje del hada.

—¡Amor! —abrió la puerta—. ¿Dónde estás?

Si no me muevo no me ve.

Apagué el teléfono sosteniendo el cuaderno entre mis muslos mientras mis manos se sujetaron del borde de una de las camas. Lo dejó al aire libre en la mesita justo después de que habláramos de el en la noche, era imposible que no fuera una trampa.

Y caí. No es sus mentiras, esperemos que entre sus piernas.

Diosa de las lesbianas, si no me encuentra, juro que soy mejor persona. Dejo de tirar mierda a los signos, dejo de comer hamburguesas.

—Ya sé que lo tienes, sal antes de que te arrastre.

Ay, ¿Cuál era el numero del 911?

—Fue sin querer. —me excusé.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora