Día 6: Ofrenda

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P.O.V Kuroo:

Era la quinta vez que me miraba en el espejo.

Aún no estaba convencido.

Kenma no ayudaba tampoco.

-...¿Y si mejor no vas y todo solucionado? —Habló, sin dejar su aparato del diablo.

-...¿Estás loco? —Fruncí el ceño—...Esta es la primera vez en años que el entrenador nos da un fin de semana libre. Debo aprovecharlo e ir a visitar a Tsukki.

-...Tsukishima está entrenando extra por castigo de Sawamura...—Dijo, esta vez con su teléfono en manos.

¿Cómo había cambiado de aparato tan rápido?

-...¿Cómo sabes eso? —Enarqué una ceja.

-...Shōyo.

-...Estás juntándote mucho con ese omega, Ken.

-...No vengas con tus mamadas...—Rodó los ojos.

-...Eres como el hermano que no tengo, y solo te estoy cuidando como buen Alfa que soy...—Fruncí el ceño y volví a cambiarme de camisa—...¿Será extraño si voy con mi ropa de piñas?

-...Sí. Quema eso...—Hizo una mueca.

-...Fué un regalo de mi, Bro. No lo voy a quemar...—Suspiré y guardé las prendas—...Debería llevarle un regalo ¿No?

-...Bueno, teniendo en cuenta que incluso le tienes un altar...—Señaló la esquina en donde habían velas aromáticas, fotografías, corazones y otras cosas—...Es casi como un Dios para tí. Así que sería más como una ofrenda.

-...En ese caso le ofreceré mi cuerpo...—Me acaricié, mordiendo mi labio inferior.

-...Nadie quiere esa porquería.

-...Hijo de- —Suspiré y me miré nuevamente al espejo—...Me rindo. Iré así y ya.

-...Es la misma ropa que te pusiste al principio.

-...Que gran amigo eres...—Rodé los ojos y me acerqué a la cama, tomando la maleta que había preparado antes—...Al menos pregúntale algo que le guste a Tsukki, así se lo compraré y se lo regalaré.

-...Déjame lo pienso...—Me miró unos segundos—...Nop...—Y volvió su vista a su juego.

Maldito perezoso.

Gruñí y salí de ahí, sabiendo que él se iría cuando le diera la gana. Caminé a hasta la estación de tren, que por suerte no estaba tan lejos, y esperé que el tren a la prefectura de Miyagi llegara. Cuando el tren arribó, subí y tomé asiento, un tanto alejado de los demás pasajeros. Me sentía extraño, nervioso y enfadado ¿Porqué no avanzaba el tren? Quería llegar rápido. Ya debía estar ahí.

Las dos horas que demoró el viaje me pusieron más alerta de lo que debía estar. Ya estaba aquí, solo varios kilómetros me separaban de mi omega y aún no le había comprado nada.

Revisé en mi celular en donde había una estación de buses. Cuando localicé la más cercana, caminé hasta ahí, deteniéndome frente a una pequeña pastelería.

Mi estómago gruñó mirando cada uno de los postres. Los nervios me estaban dando hambre.

Entré y compré un par de croissant, fué entonces que mis ojos divisaron lo que parecía ser una rebanada de pastel muy bonito.

Me tenté y lo compré para Tsukki, esperando que fuese de su agrado.

El autobús me dejó más cerca de la escuela de lo que pensaba. Al bajar, busqué la institución en el gps de mi celular y caminé nuevamente. Fueron un par de minutos, antes de que el gran portón se viera frente a mí.

Tragué duro y entré, yendo directamente al lugar que parecía ser el gimnasio. Comprobé que era así cuando los gritos de Sawamura se hicieron presente.

Llegar a la puerta me hizo sentir aun más ansioso de lo que estaba, puesto que podía oler claramente al omega que me volvía loco.

No podía ¿O sí?

¿Porqué hacía tanta calor?

El mundo empezaba a dar vueltas.

¿Me iba a desmayar?

-...¿Kuroo-San? —Di un brinco ante la voz de la Alfa. Por Buda, que susto me dió—...¿Enserio es usted?

-...Ehhhhh...—Tragué duro, sudando frío—...Sí. Soy yo.

-...Esto es una sorpresa...—Sonrió, reacomodando sus lentes—...Entremos. Al capitán le sorprenderá bastante verlo aquí.

Pasó a mi lado y abrió la puerta del gimnasio. Volteó a verme y me hizo una seña para entrar con ella.

¿Desde cuando había comenzado una nueva era de hielo?

Hacía mucho frío.

Me costó dar los pasos que me llevaron al interior de aquel edificio, en el que todos voltearon inmediatamente a verme.

Me sentí peor.

-...Kuroo, hombre ¿Qué te trae por aquí? —Daichi se me acercó y palmeó mi hombro.

-...Yo...—Carraspeé al momento en que mi voz flaqueó—...Vine por Tsukki.

Al escuchar un chirrido fuerte, mi mirada se trasladó ahí, notando al rubio de mis sueños, frente a lo que parecía ser otra salida, la cual había sido bloqueada por el libero enérgico.

Lento. Cuidadosamente. Me le acerqué por la espalda.

Le vi dar un brinco, lo que me hizo sonreír un poco.

-...No sé porqué dice eso. De seguro tienen algún partido de práct-

-...¡Me gustas! —Lo interrumpí. Él abrió sus ojos de par en par—...Me gustas mucho, Tsukki...—Extendí la cajita en donde tenía el postre que había comprado para él—...Quiero hacer las pases contigo...—Murmuré, avergonzado—...Tómalo como ofrenda de paz y parte de mi pedido para cortejarte.

-...¿Y quién dijo que quiero aceptar tu cortejo? —Enarcó una ceja. Mi corazón se apretó.

-...Huele a fresas...—Murmuró Yamaguchi, quien al parecer estaba a su lado desde quien sabe cuando.

Él no me interesaba.

-...¿Cómo que a fresas? —Le sentí arrebatarme la caja. Elevé mi mirada y vi sus ojos brillando intensamente mientras observaba el contenido del mismo—...Esto...

-...¿Cómo sabe que es el favorito de Tsukki, Kuroo-San? —El pecoso me miró, curioso.

Ladeé el rostro, confundido.

-...¿Es su favorito?

-...Me encanta...—Murmuró, sonrojado ligeramente.

-...¿Entonces...?

-...Lo acepto como ofrenda, pero nada más...—Reajustó sus lentes y evitó mirarme—...Gracias, Kuroo-San.

-...Pero...Tsukki...El cortejo...—No sabía que decir—...Yo...Hablo enserio.

-...Debería ir a hablar con Akiteru-San...—Le miré, fijo—...Si lo convence a él, todo será más sencillo.

Mi futuro omega le dió un golpe en la cabeza que pareció doler bastante y que incluso lo hizo doblarse y chillar.

Bueno. Si la ofrenda no había funcionado con Tsukki, esperaba que con ese tal "Akiteru-San" sí funcionara.

Miaullándole a la Luna [#Omegacember2021] Kurotsuki ✨Terminado✨Where stories live. Discover now