Miaullándole a la Luna [#Omegacember2021] Kurotsuki ✨Terminado✨

Día 11: Construcción del nido

P.O.V Tsukishima:

Pese a que lo piense mucho, aún no comprendo como es que hemos llegado a cumplir un año de relación.

Tenma y mi hermano habían anunciado que estarían en la búsqueda de cachorros, cosa que no me agradó mucho, pero ver a mi hermano tan feliz no me dejó más que aceptarlo, por el momento.

Kuroo-San se graduó y ahora está empezando su nueva vida en la universidad. Decidió estudiar medicina, pero aún se mantiene activo en el voleibol.

Yo estoy en segundo año y es igual de aburrido que el primero. Tuve la suerte de ya no compartir salón con la dupla escandalosa, aunque tampoco estaba Tadashi, así que tenía que conformarme con la temblorosa omega que a mi lado trataba de comprender las frases en inglés de nuestro libro.

Nuestros senpais ya no estaban y ahora el equipo estaba liderado por Ennoshita-San y era un caos, teniendo en cuenta que ahora teníamos tres chicos que parecían tener un talento increíble.

Como la primera vez que llegó el dúo de oro.

Los tenía tenso a ambos.

-...Entonces, Tsukishima-San tiene pareja...-Comentó uno de estos, acercándose a mi.

-...Ah, no te acerques tanto a Tsuskishima, Mikuni-Kun...-Hinata se burló.

-...¿Porqué? -Ladeó el rostro, confundido.

Un sonido estruendoso resonó en todo el gimnasio. Bufé y saqué mi celular del bolso que llevaba conmigo, atendiendo la llamada entrante.

-...Ponme en altavoz...-Me dijo inmediato. Rodé los ojos e hice caso.

-...Ya.

-...Gracias ¡CHIBI-CHAN! ¡SE SUPONE QUE TENEMOS UN TRATO!

-...K-Kuroo-San...-Tembló.

-...¡No permitas que ninguna rata se acerque a mi Kei!

-...¡Ey! ¡No soy una rata! -El pelirrojo frunció el ceño.

Oh no.

-...Voy para allá.

-...No, Kuroo, no...-La llamada se cortó-...Maldita sea.

-...Tsukki...-Yamaguchi se me acercó-...Kuroo-San se oía muy enfadado.

-...No dudo que lo esté...-Pasé una mano por mi pelo-...Lo que me preocupa es esto...-Dije y tecleé en mi teléfono, mostrándole un día específico en mi calendario-...No va a ser una visita agradable si lo mezclamos con esto...-Gruñí y empecé a recoger mis cosas-...Ennoshita-San, saldré a correr un momento.

-...Eh, de acuerdo...-Asintió. Hice una reverencia ante él y me marché.

Necesitaba liberar un poco del estrés que ahora tenía.

Estuve corriendo más de hora y media, llegando hasta el Shiratorizawa, para mi sorpresa. Sequé el sudor de mi frente y jadeé, recuperando poco a poco el aliento.

-...Areh, es la farola del Karasuno...-Escuché.

-...¡¿Ah?! -Me giré, enfadado y me sorprendí al ver al chico pelirrojo en una bicicleta, mientras a su lado estaba la vaca, trotando-...Ushiwaka.

-...Tsukishima...-Hizo un pequeño asentimiento.

-...¿Qué haces por aquí, Faroshima? -Preguntó el omega, entrecerrando su mirada, con esa sonrisa asquerosa que siempre tenía.

-...Lo mismo les pregunto a ustedes...-Gruñí.

-...Ushijima-Kun quería entrenar...-Explicó y se frotó un poco en su hombro-...Yo lo acompaño. No vaya a ser que algún arrastrado me lo quiera quitar.

-...Esta hora es la mejor para correr...-Habló el Alfa-...No hay tráfico ni personas molestas.

-...Sí, bueno, me voy...-Una gota de sudor se deslizaba por mi frente. Di media vuelta y volví a correr. Les había oído despedirse, mas no les presté atención.

Si no regresaba ahora, me castigarían y no quería eso. Mucho menos sabiendo que Kuroo-San llegaría en cualquier momento.

Me apresuré.

Cuando llegué, estaba muriéndome. Me confundí por el bullicio que se escuchaba desde afuera del gimnasio.

-...Tsukishima...-Me habló la rubia que, nerviosa, esperaba afuera.

-...Yachi-San ¿Qué pasa? -Me le acerqué.

-...Creo que es mejor que lo vea por usted mismo y...trate de hacer algo al respecto...-Enarqué una ceja y entré.

Una bruma de feromonas me azotó el rostro.

No puede ser.

-...Ya llegó, ya lo vieron, ya nos vamos...-Gruñó y me tomó del brazo, halándome con él. Pude ver en su hombro mi bolso, colgando.

-...Espera...Kuroo-San...-A tropezones lo seguí.

-...Nada de esperar. Vamos a tu casa...-Gruñó y me obligó a subir en un automóvil ¿Cuando lo había comprado?

Subió y condujo rápidamente hasta mi hogar.

-...No, Kuroo-San...-Palidecí y salí del vehículo-...En mi casa no hay nadie.

-...Perfecto...-Gruñó y buscó entre mi bolso hasta encontrar las llaves.

La puerta sonó con fuerza cuando la estampó en el momento de haber entrado.

De golpe fuí arrojado en mi cama y acorralado por el Alfa.

-...K-Kuroo-San...-Sudé frío. Sus ojos estaban muy oscurecidos.

Estaba enojado.

-...Kei...

Tragué duro y entrecerré mi mirada antes de tomar su chaqueta y forcejear por quitársela. Tardé un poco, pero se la quité y la olfateé intensamente, antes de encogerme sobre la prenda.

-...Kuroo-San...Huele a Kuroo-San...

-...Kei...-Le miré de reojo-...¿Estás en...? -Negué varias veces-...¿Entonces...? -Cerró sus ojos un momento. Ni yo entendía lo que pasaba-...Podría ser...-Murmuró y se quitó de encima, lo vi rebuscar en un bolso que claramente no era mío y de la nada, ropa.

Mucha ropa me cubrió. Toda con el mismo olor fantástico.

Fué raro, pero comencé a acomodar toda la ropa en mi cama, hasta quedar en el centro.

-...Kuroo-San...

-...Lo sabía...-Sonrió y se acostó conmigo-...Kei, mi Kei hermoso...-Besó mi nariz-...Y pensar que estás...¡Dios! Aunque sigo creyendo que estamos demasiados jóvenes para tener crías.

-...Espera...-Puse una mano en sus labios-...¿De qué estás hablando?

-...Tu nido, Kei...-Sonrió-...Aunque de nada servirá, porque cuando nos mudemos a Tokio, tendremos que hacer otro...-Pensó-...Ah, pero podemos arreglar este...-Volvió a sonreír y se sentó, reacomodando las prendas a los lados.

Parpadeé un par de veces y también me senté, imitando su acción. Le vi levantarse y sacar un poco de mi ropa, echándola en la cama también.

Seguimos arreglándolo hasta que finalmente fué de nuestro agrado.

-...Kuroo-San...-Volví a acostarme.

-...¿Hummmm? -Preguntó, haciendo lo mismo.

-...¿Estabas celoso?

-...¡Por supuesto! -Frunció ligeramente el ceño-...Pero, ahora que estamos aquí, en este nido improvisado, sé que me prefieres a mi...-Besó mis labios.

De pronto, todo se volvió más cálido en nuestro nido.