Miaullándole a la Luna [#Omegacember2021] Kurotsuki ✨Terminado✨

Día 18: Ronroneo Omega

P.O.V Tsukishima:

No podía verlo a la cara.

No después de ese día.

Tuve que enviarle un mensaje a Yachi-San e inventarle una excusa para faltar a clases y a la práctica.

Kuroo no me había dejado en ningún momento, por lo que tuve que escaparme para hacerle llegar el mensaje a la omega.

No había sido fácil.

Tampoco lo había sido el evitar que me penetrase.

Cada vez que intentaba entrar, lo distraía con un beso o me movía rápidamente, evitándolo. Aún no estoy listo para consumarlo.

Cuando el día terminó y su celo pasó, estaba muy avergonzado de su actitud.

No dejaba de disculparse y eso nos trae al momento actual.

Aprovechando que Kuroo tenía días libres por su celo, él me acompañó a casa y volvería al día siguiente por la mañana a Tokio.

-...Tetsurō-San...—Llamé. Una gota de sudor se deslizaba por mi mejilla—...¿Es necesario estar tan lejos? —Pregunté, viéndole a más de tres metros lejos de mi.

-...Lo es...—Asintió y apretó sus puños sobre sus rodillas.

Rodé los ojos y me levanté, yendo hacia él. Me senté a su lado y reposé mi cabeza en su hombro. Lo sentí tensarse.

No se movió ni un centímetro.

Suspiré pesado e hice algo que normalmente no haría y mucho menos para un Alfa.

Ronroneé.

Le miré de reojo. Sus ojos estaban fijos en mi, boqueaba, aparentemente sorprendido.

-...Quiero un beso...—Murmuré sin dejar de ronronear.

Las pupilas de sus dorados ojos casi bloquearon todo el color. Era como un gato que veía algo que le gustaba muchísimo.

No tardó en cumplir mi petición.

Sus labios se acoplaron con los míos y se movieron lento por varios minutos, antes de separarnos pues habían anunciado nuestra parada por el comunicador. Le vi relamerse los labios e incluso sonrojarse. Ambos nos levantamos y salimos del tren en cuanto las puertas se abrieron.

Le tomé de una mano. Volví a sentirlo temblar.

-...Kei...

-...Tengo hambre, vayamos por pastel...—Pedí y volví a ronronearle.

Funcionó nuevamente.

-...Estás haciendo trampa, Kei...—Pucheó, luego de que terminara mi postre—...Te aprovechas de que te ves lindo y que soy débil ante ti.

-...¿Y? —Enarqué una ceja, acariciando su mejilla. Este cerró los ojos y ronroneó.

Sí, estaba totalmente a mi merced.

Pero no se lo recalcaría.

Al menos no ahora.

Estuvimos caminando un par de horas más, antes de ir a mi casa. Evitamos todo camino que se cruzase con los estudiantes de Karasuno.

Solo hubo uno al que no pudimos evitar, debido a la ubicación de su casa.

-...Yamaguchi...—Saludó con una ligera inclinación de rostro.

-...¿Porqué no me sorprende que se tratara de Kuroo-San? —Comentó riendo con una gota de sudor en su frente.

-...Tadashi. Por tu bien, no se lo digas a nadie...—Fruncí el ceño. Mi tono era de clara amenaza.

-...Tsukki, no soy soplón...—Hizo un ademán de manos.

-...Estás chateando en estos momentos...—Señalé. Casi parecía echar humo de lo rápido que escribía—...No me obligues a usar a Tetsurō.

-...Yo moriría por Kei...—Sonrió y frotó su mejilla en mi cuello.

Enarqué una ceja ¿Ahora sí quería estar conmigo?

Quizás usé demasiado mi poder recién descubierto y lo rompí.

-...Estás advertido...—Gruñí y halé conmigo al Alfa, dentro de mi casa.

Creí que el ronroneo solo funcionaría ese día, pero en realidad no fué así. Cada que estaba con él, funcionaba. Día tras día, hasta que el año terminó.

Cumplimos un nuevo año de novios. Dos años llevábamos ya juntos. Kuroo había iniciado sus prácticas en varios hospitales con distintos horarios y eso me chocaba mucho, puesto que ahora era mucho menos el tiempo que podía pasar con él.

Nishinoya-San, Tanaka-San y Ennoshita-San se graduaron, dejando, sorprendentemente, a cargo a Yamaguchi. Sí. Él era el nuevo capitán. La presión en nosotros se acrecentó, puesto que era nuestro último año y tendríamos que aplicar a las múltiples universidades.

-...¿Ya decidiste en cual vas a estudiar? —Me preguntó una noche en la que hablábamos antes de dormir.

-...Tengo un par de opciones, pero aún no estoy muy seguro...—Respondí, cerrando mis ojos—...¿Cómo te va en el hospital?

-...Oh, es genial. Bueno, exceptuando los desvelos y algunos pacientes groseros, todo es muy cool...—Casi podía verlo sonreír—...Mis senpais son muy buenos y te agradaría mucho Tsuchida-Senpai, es un omega brillante y-

-...Tetsurō...—Interrumpí, frunciendo el ceño.

-...Extraño tu calor, mi amor...—Suspiró. Me sonrojé—...¿Cuando podremos vernos de nuevo?

-...Probablemente para el torneo dentro de unos meses. Ya sabes que se llevan a cabo allá...—Comenté y peiné mi pelo hacia atrás—...Tenemos a un libero Alfa recién llegado y es difícil entrenarlo porque-

-...Kei...—Gruñó.

Sonreí de lado.

Éramos tal para cual.

-...Yo también te extraño...—Murmuré bajito, sonrojándome más. Hubo un largo silencio en la línea. Aparté mi teléfono de mi oído y observé la pantalla, creyendo que la llamada se había cortado, mas los minutos seguían avanzando—...¿Tetsu?

-...Dilo de nuevo.

-...¿Qué cosa? —Tragué duro.

-...Que me extrañas.

-...No.

-...Pero...

-...No...—Repetí y ronroneé lo suficientemente alto para que lo escuchase.

Mas no esperé oírlo reír.

-...Oh mi Kei, yo también puedo jugar a a eso...—Abrí mis ojos de par en par—...Dilo de nuevo, amor...—Repitió y comenzó a ronronear también.

Me sentí un poco mareado, mas sacudí mi cabeza y aumenté la frecuencia de mi ronroneo. Él me imitó.

Era una pelea para ver quien cedía primero.

-...Bro, suenas como si te hubiese tragado un motocicleta...—Oyó la voz del Alfa bi-color.

Eso era algo más que impedía que fuese a verlo. Ahora compartía departamento.

-...Bo, idiota, me desconscentraste...—Le oí puchear. Sonreí orgulloso—...Ya es tarde mi smor. Será mejor que te deje para que duermas bien. No quiero que por mi culpa te vaya mal en tu último año.

Rodé los ojos. Siempre tan considerado.

-...De acuerdo.

-...Kei...

-...¿Sí?

-...¿Me das un beso de buenas noches? —Volvió a ronronear.

Sonreí sin poder evitarlo.

-...Buenas noches, Tetsurō...—Finalicé la llamada con el beso que me había pedido.

Esperaba que siquiera pudiese dormir bien ese día.