Capítulo 8: Las Normas

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NARRA SOPHIA

Sophia: Recuérdame ¿por qué motivo estoy haciendo la maleta?

Sí chicos, estoy haciendo la maleta porque al parecer... ¡Nos vamos con los amigos de Caroline! ¡Genial! – por favor notad mi sarcasmo.

Halana: Porque tengo el presentimiento de que te vas a divertir, además si la memoria no me falla queda poco para el verano y entre más amigos mejor será.

La miro incrédula y ella me sonríe como un angelito.

Sophia: ¿Me das una explicación mejor? Porque me gusta estar en Nueva Orleans, con mis tíos.

Halana: Te lo he pedido yo.

Sophia: No me gusta estar con gente que no conozco.

Halana: Lo que no te gusta es encariñarte.

No le respondo.

Halana: Mira Soph, antes estabas en Francia, vivías sola en una casa y después ibas al instituto, pero ahora vives en una escuela, con gente sobrenatural, y no vas a poder evitar a todo el mundo.

Sophia: No soy fan de la escuela me quedo allí solo porque mis hermanos necesitan ayuda, si no fuera así, estaría aquí con mis tías.

Halana: ¿Qué es lo que odias tanto? Te han acogido como a una de los suyos, estás con gente igual que tú, y también estás con tus hermanos.

Sophia: Y te tienen controlada, se come a tal hora, se cena a la otra, no puedes salir sin permiso... No me gusta ¿vale?

Halana: ¿Y estando aquí qué cambiaría? Porque tus tíos comen todos a una hora, cenan a otra, es una rutina... Allí tienen una y aquí otra.

Sophia: Tienen normas para todo.

Halana: Tu rompes la mitad o casi todas, eso nunca es un problema... ¿Qué te molesta?

Suelto un suspiro.

Sophia: ¿La verdad? Mis hermanos casi se matan para salvar una escuela, si no llega a ser porque encontré una solución estarían en el olvido de todos, menos del mío, y encima muertos.

Halana: No fue para salvar a la escuela, fue para salvar a la gente de esa escuela que les importa, lo sabes... Tal vez lo que no quieres es tener el mismo sentimiento que tienen tus hermanos por esas personas, porque te da miedo perderlas o que te abandonen.

Ella se pone frente a mí y me agarra de los hombros.

Halana: Tienes que dejar de pensar en eso Soph, tienes dieciocho años, vive la vida, disfrútala, cuando vengan los problemas los enfrentarás y no lo harás sola... Pero deja de poner escusas, porque te lo mereces. ¿Está bien?

Suelto otro suspiro, pero asiento.

Halana: Pues ahora terminemos de hacer esa maleta.

Coge un montón de ropa de mi armario y empieza a meterla, mientras yo la miro sorprendida y confusa.

Halana: No me mires así, te vas unos cuatro días, y estoy segura de que irás a una fiesta así que mejor tener ropa que sobre a que falte.

Sophia: Me vas a dejar el armario vacío.

Halana: Eso es algo imposible, podrías montar una tienda de tres pisos y aún tendrías ropa en los almacenes.

No puedo evitar sonreír divertida y sigo haciendo la maleta.

La Hija de ElijahWhere stories live. Discover now