Capítulo 40: Tú mismo

199 20 4
                                    

NARRA SOPHIA

Apoyo mi cabeza en mi puño mirando la copa de bourbon que me acababa de servir.

Me dolía la cabeza, la tenía como un bombo.

No he dormido, era cerrar los ojos y ver solo caos en mi mente, era recordar aquella sensación de frío, aquellos rostros, aquellas voces que nunca callaban.

Y cuando parecía caer dormida, una pesadilla o más bien un mal recuerdo, se me venía a la mente.

Josie: Buenos días – su voz me saca de mis pensamientos, pero sigo con la mirada fija en la que puede ser la quinta copa - ¿Cómo ha ido tu noche?

Sophia: De maravilla.

Siento las miradas de ambas sobre mí y al fin Lizzie se atreve a hablar.

Lizzie: Sí, se nota, ¿cuántas copas de bourbon llevas?

Sophia: Cinco o seis.

Josie: ¿Has logrado dormir algo, Soph? – el tono de mi cuñada era muy suave y cuidadoso, como si quisiera mostrarme que no está reprochándome nada y solo está preocupada.

Y es que Josie siempre ha sido así, Lizzie por otro lado no mostraba mucha preocupación por mí, aunque la tuviese, solo me hablaba como si nada hubiese pasado.

Sophia: Claro. – miento descaradamente, antes de tomarme la copa de golpe.

NARRA JOSIE

Estaba claro la forma en que Sophia pretende enfrentar sus problemas, y estar consciente no forma parte de eso.

Antes cuando debía mantener el vacío oculto y le era necesario mostrar autoridad, pese a estar cansada siempre se mostraba lista para ir a la guerra, pero parece que eso se ha acabado.

No esconde sus ojos rojos tras sus caras gafas de sol, ni su mirada es fría como el hielo al igual que lo era su voz, escondiendo su cansancio y mal estar.

En realidad, en su mirada puedes ver el cansancio, la desgana, tiene la mirada de alguien que ha sido cruelmente derrotado, pero, sobre todo, tiene la mirada de alguien que está realmente roto por dentro. Y su voz solo confirmaba aquello que su rostro mostraba.

Me entristecía ver a esa chica que siempre he visto fuerte tan destruida.

Se bebió la séptima o incluso octava copa - quién sabe cuántas llevaba ya – de golpe como si el bourbon le pudiese hacer desaparecer todo lo que sentía.

Josie: Deberías parar, Soph. ­– le aconsejo cuando veía como se echaba otra.

Sophia: Tranquila, suelo emborracharme cuando llevo más de doce copas o quince, estos años he desarrollado más aguante al alcohol.

Lizzie: Cuñada, me alegro por tu pequeño logro, pero Josie tiene razón, no puedes pasarte todo el día ahogando tus penas en alcohol.

Sophia: No tengo nada mejor que hacer.

Antes de que alguna de las dos pudiésemos contestarle la voz de mi madre y mi tía nos interrumpió.

Todas: Buenos días, chicas.

Josie y Lizzie: Buenos días.

Les damos una pequeña sonrisa mientras las tres se acercan a nosotras.

Elena: ¿Qué os contáis? – nos pregunta – No es normal que os levantéis tan temprano.

Caroline: Tampoco beber tan temprano – comenta y le quinta con rapidez el vaso a Sophia para cambiárselo por una bolsa de sangre – Primero se desayuna. – aclara antes de que pudiese quejarse.

La Hija de ElijahWhere stories live. Discover now