Capítulo 11

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Nos alejamos de la fiesta, acercándonos a una casa enorme.

-¿Quién vive aquí? –Me atrevo a preguntar cuando abre la puerta-

-No lo sé. –confiesa mientras empuja la puerta algo forzosa- Vengo a menudo, y nunca hay nadie.

Entramos en la casa, nada de lo que estamos haciendo parece ser bueno, pero tampoco quiero parecer una cobarde ahora. Dropped enciende las luces y me mira.

-Como en tu casa. –dice mientras se quitaba la chaqueta de cuero dejándola sobre el sofá-

-Ni siquiera es la tuya.

-No quiero desviarme del tema. –dice sentándose en el sofá- Te contaré la historia y después te irás.

-Está bien. –Me siento delante de él en otro sofá-

-Hace unos pocos años atrás, después de la muerte de mi hermana, los combates ya se habían hecho una rutina en mi vida, algo así como un hobby. Salí de copas, típico de un viernes, creo que bebí demasiado, no me acuerdo bien. Solo recuerdo que acabé en el combate y que nadie podía pararme, sentía la adrenalina con cada golpe que le daba. Lo siguiente que recuerdo es a Marcos empujándome, yo estaba cansado, por lo que caí al suelo. Marcos aprovechó la situación para pegarme, y si hubiéramos estado en otras condiciones, probablemente le hubiera pegado también, pero entonces estaba en otro mundo en el que el alcohol no me dejaba pensar con claridad. El lunes después todos me miraban como si fuera un monstruo, y tenían razón, lo era, y en parte lo sigo siendo. Yo no veía como algo malo lo que había hecho, y sigo pensando que tampoco es un delito, todos mueren, si aquel día le tocó a ese chico, no es mi culpa. No me importaba que fuera joven y tuviese una vida por delante, porque mi hermana también la tenía. Todos veían a Marcos como un icono, aunque sigo pensando que todos se sentían compadecidos de él por la muerte de Josh, el chico al que maté.

-No me estás contando nada nuevo. –hablo antes de que el pudiera seguir- ¿Por qué Marcos no es la persona que pienso que es?

-Él empezó a drogarse, a salir con muchas chicas, cada día una diferente. Estaba muy afectado por la muerte de su mejor amigo, como era lógico. Yo entendía por lo que estaba pasando, ya que yo pasé por lo mismo con Johanna. Intenté hablar con él, me sentía algo afectado ya que había sido yo quien lo había matado, pero él nunca quiso hablar conmigo. –Se levanta del sofá y se quita la camiseta- Empezó a pegarme de tal manera que no reconocía, él también se llevó lo suyo, pero nada comparado con esto.

Señala una cicatriz que empieza en la clavícula izquierda de su cuello y llega hasta el pecho. Asombrada me levanto ¿Marcos había sido capaz de hacerle algo como eso? Parecía inhumano. Me acerco a él y acaricio la marca con la lleva de mis dedos.

-No he dejado de ir a los combates porque quiero devolverle todo lo que me ha hecho. –dice-

Levanto la cabeza para mirarle a los ojos, y entonces me doy cuenta de los pocos centímetros que nos separan. Puedo sentir su respiración impactar contra la piel de mis mejillas.

-Deberías de irte. –susurra cerca mis labios.-

-No. –susurro también-

-Tu amigo es Marcos, no yo. –dice mientras conduce  una de sus manos a una de mis mejillas para acariciarla suavemente- Y lo odio por eso.

Cada una de sus palabras chocan contra mis labios, su aliento a menta penetra mi boca, haciéndome desear más de él. Su mano no deja de acariciar mi mejilla, lo que me vuelve loca, y lo que me impulsa a besarle de una vez. Para mi sorpresa, sus labios se mueven junto a los míos y su mano se mueve hasta mi nuca acercándome más a él. Su lengua acaricia mis labios y no dudo en abrirlos para darle acceso a mi boca. Sus manos se mueven hasta mis piernas para cargarme sobre su cintura. Jamás había tenido un momento tan erótico como este.

DROPPED 1 - HEAVEN (SUBIENDO NUEVA VERSIÓN)Where stories live. Discover now