DROPPED 1 - HEAVEN (SUBIENDO NUEVA VERSIÓN)

Capítulo 32

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La miro, una mujer de unos veinticinco años me mira con un teléfono en su mano. Ahora estoy segura de que ha sido ella quien ha enviado el mensaje.

-¿Quién eres? –Pregunto con el ceño fruncido.-

-Puedo llegar a ser tu peor pesadilla, querida. –Me mira de arriba abajo.- Sabía que tu querido Jared estaba con alguien, pero nunca llegué a pensar que tú serías su prototipo de chica. –Se burla.-

¿Se está burlando de mí? Me cruzo de brazos.

-¿Pensabas que tú lo eras? –Alzo una ceja.-

¿Habría sido esta mujer uno de los juegos de Jared? A pesar de que parecía ser mucho más mayor que él, sé que Jared habría sido capaz de hacerlo con hasta una de cuarenta con tal de sofocar su rabia.

-Hace unos meses parecían gustarle las mujeres mayores. Nunca pensé que volvería a las chicas de su edad. Pero, él es así: siempre sorprendiendo. –Hace una pausa para mirarme a los ojos.- Un día te lo da todo para al siguiente dejarte sin nada.

-Él no me haría eso, a mí me quiere.

-Oh, ¿ya te ha dicho que te quiere? –Se ríe- Eso significa que ya le queda poco juego. Algún día estará entre tus piernas y no te habrás dado cuenta cuando termine. Esa es otra de las muchas cosas en las que es demasiado bueno.

-No ha intentado nada conmigo, ni lo hará. –Espeto.-

-Eso mismo es lo que yo pensaba... Menos mal que estoy yo aquí para avisarte ¿no? Cuando termine todo podrás decir "Esa mujer me lo dijo, ¿por qué no le hice caso?"

-Él ha cambiado, no es la misma persona que tú conociste.

Aunque en realidad no estoy segura de mis palabras, nunca llegué a conocer el Dropped que los demás conocían. Jared siempre fue diferente conmigo...

-¿A caso no te has dado cuenta de que él ha nacido así a propósito? –Habla de él como si fuera un robot.- El color de sus ojos te hipnotizan, sus labios hacen que dejes de pensar en cualquier cosa que no sea él, su cuerpo te deja sin palabras... Todo está a su favor, Madison. Él es la mejor arma de seducción que jamás encontrarás.

-Creo que te estás volviendo loca. –Retrocedo unos pasos.-

-¿Dónde crees que vas? –Me coge del brazo con su maño, siento que sus dedos se hunden en mi piel y gimo de dolor.- No vas a irte de rositas, querida.

-¡Déjame! –Jadeo.- Voy a llamar a la policía.

-¿Si? Qué pena que no vayas a poder hacerlo.

Su otra mano agarra mi otro brazo y me los entrelazada sobre mi espalda. Intento deshacerme de sus manos, pero es casi imposible. Empieza a arrastrarme hasta un coche negro y me mete en los asientos de atrás. Un hombre enorme se encuentra en el asiento del fondo, por lo que yo quedo en medio, la mujer psicópata se sienta a la derecha y le indica al conductor que conduzca.

-¿Dónde me lleváis? –pregunto asustada.-

Nadie me da ninguna respuesta. El coche va demasiado rápido, se aleja de la ciudad hasta que llegamos a una especie de bosque. Mire por donde mire solo hay árboles gigantes, no hay ningún edificio, ninguna casa, ninguna señal de que haya alguien por aquí cerca.

El coche se para en la mitad de la carretera. La mujer abre la puerta y me saca del coche.

-¿Dónde estamos? -pregunto intentando obtener alguna respuesta.-