Capítulo 40

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Me despierto con un dolor de cabeza inimaginable. Son la una y media de la tarde y doy por hecho que estoy sola en casa, así que bajo a la cocina y me preparo un sándwich de jamón york y queso que logra saciar mi hambre. Me tomo una pastilla para el dolor de cabeza con un vaso de zumo de naranja y, entonces vuelvo a mi habitación para vestirme.

La mejor cura del dolor de cabeza es la tranquilidad.

Me pongo mi jersey favorito y unos vaqueros para después salir por la puerta. Observo el buzón y me doy cuenta de que tenemos correo nuevo. Ya que Kate y papá no están me decido por cogerlo yo y llevarlo a la mesa del salón.

Una carta del seguro, otra del trabajo de papá, otra sin sobre. Frunzo el ceño y la abro, observo una caligrafía de letra pequeña que va desde el principio de la hoja hasta el final.

"JARED" leo en la primera línea

El corazón se me encoje cuando leo su nombre y me maldigo por ello, al final la resaca de hoy no ha valido la pena.

Vuelvo a concentrarme en la carta ¿Debería leerla? No podría evitar sentirme mal si no lo hiciera. Así que empiezo a leer las primeras palabras, hasta llegar a las últimas, cuando entonces me doy cuenta de que lágrimas caen por mis mejillas.

Logro reconocer que el principio de la carta fue escrita cuando estaba en casa de aquella mujer, y el final probablemente ha sido escrito hace poco.

Está enamorado de mí, me quiere, o eso es lo que ha escrito ¿Serán esos sus verdaderos sentimientos hacia mí? ¿Me quiere de verdad? Frunzo el ceño y me llevo la carta a mi habitación, la guardo en un lugar seguro donde nadie pueda encontrarlo, entre las páginas de mi libro favorito: El cielo está en cualquier lugar.

Entonces vuelvo a salir de casa y camino a la cafetería que está en la esquina enfrente de casa y me pido un café con leche. El dolor de cabeza ha cesado, pero no lo suficiente.

Me sumerjo en mis pensamientos, donde las palabras de Jared abundan. Todo es un caos, todo es una mezcla de sentimientos imposible de separar para analizar cada sentimiento, cada emoción que siento ahora mismo después de leer esa carta.

¿Por qué no podía llevar la vida de una adolescente que se enamora del chico perfecto sin ninguna atadura en su relación perfecta? Siempre había soñado con tener una relación así, con estar con el chico perfecto que cada padre aprobaba. No, me ha tocado enamorarme del chico malo, del chico que todos quieren lejos pero yo he mantenido cerca en mi vida. Puede que esa sea la diferencia entre los demás y yo, entre sus historias y la mía. Puede que esa sea la razón por la que los demás tienen una perspectiva diferente a la mía respecto a él. Pero esto no cambia nada, él ha estado ocultándome cosas, ha estado ocultándome la verdad.

Le doy un trago a la taza de café y suspiro. Intento recordar el momento en el que mi vida pegó semejante giro, el día en el que las cosas se tornaron a un color más oscuro.

-¿Madison?

Parpadeo varias veces y me doy cuenta de que Walter está sentado enfrente de mí.

-Walter... ¿Qué haces aquí?

-Suelo venir aquí a desayunar. –murmura.-

Por alguna extraña razón no puedo dejar de mirar sus ojos verdes ¿Cómo pude tener miedo de ellos alguna vez?

-¿Estás mejor? –Pregunta.-

-Me duele un poco la cabeza pero, estoy mejor de lo que imaginaba. –confieso.-

-No me extraña, bebiste demasiado.

Asiento y le doy otro trago a la taza de café. Siento que Walter no deja de mirarme en ningún momento.

DROPPED 1 - HEAVEN (SUBIENDO NUEVA VERSIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora