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¿No les pasa que creen que su día irá de maravilla, pero llega un repentino suceso a arruinarlo?

Bien, justamente esa era la sensación que Jungwon tenía en ese instante.

Durante el beso acompañado de un vaivén veloz y delicado que les encantaba a ambos chicos, solo tuvieron que pasar cinco segundos para que la puerta sea abierta y después de una externa voz escucharse, esta vuelva a ser cerrada.

...

Oh, sí, una contenta y emocionada señora Nishimura caminaba por el pasillo con una sonrisa radiante en el rostro, yendo directamente hacia la habitación de su retoño, como le gustaba decirle.

Tan metida en sus pensamientos y en su felicidad que no fue consciente de los sucios sonidos que salían de la habitación de su hijo.

—¡Riki hij-o...!— Su voz decayó repentinamente. Reaccionó tan veloz que cerró la puerta de golpe, mientras parpadeaba más de una vez completamente pasmada.

Jungwon escondía su enrojecido y avergonzado rostro en el cuello del rubio, mientras Riki recitaba un asustado y alterado "¡Mamá!".

—¡Perdón!— Dijo la señora regresando hacia la sala de su hogar con el rostro pálido y un marcado estado de shock.

A Riki le parecía divertida la escena, mientras que Jungwon estaba bajo las sábanas, totalmente cubierto, lloriqueando.

—Hey, no es tan malo, solamente era mi madre.

—¿Solo?— Destapó su rostro mostrándole un preguntón rostro.—¡Nos vio teniendo sexo, Riki!— Lloriqueó nuevamente de pensar en la vergüenza que sentía.

—Está bien, seguramente se le olvidará pronto... espero.— Intentó deshacerse de las sábanas, mientras el azabache le gruñía al no querer salir de ahí por completo.—Oh, vamos Jungwon, debemos bajar.

—¡Estás estúpido si crees que voy a salir!— "Si tan solo estuviera en casa, esto no hubiera sucedido." Hasta ese entonces, una bala en su frente se escuchaba atractiva.

—¿No querías irte a casa?— Habló crédulo.

—¡Sí! Pero...— Se cubrió el rostro con las sábanas una vez más.—¡No quiero ver a tu madre! Ni siquiera voy a poder mirarla directamente, es tan vergonzoso que prefiero morir antes que bajar y toparme con ella.— Bajo las mantas se sentía libre de hacer un puchero acompañado del rubor en sus mejillas.

Riki simplemente suspiró antes de comenzar a vestirse, mientras Jungwon seguía oculto bajo las sábanas.

—¿Por qué no dijiste que vendrían tus padres? ¡Me hubiera ahorrado esta vergüenza!

—Se supone que venían hasta mañana.— Habló con indiferencia.

—¡Es todo tu culpa!— Chilló.—¡Tú y tu maldito increíble sexo mañanero!

Riki no pudo evitar reír al momento.
—Podemos repetirlo.

Jungwon destapó su cara nuevamente, su rostro pronunciaba un crédulo "¿En serio?", en silencio.

—Bueno, si no quieres no.— Rodó los ojos volviendo a acercarse a la cama.—Vamos, te llevaré a casa.

—No, por favor.— Rogaba por no querer salir de ahí.

Nuevamente, la pelea entre ambos, queriendo arrancarse las sábanas, pero no, Jungwon no quería rendirse tan fácil.

Fue Riki el primero en rendirse, soltando un suspiro frustrado.

Vamos.

Aún bajo las sábanas, Jungwon frunció el ceño.—No.

De acuerdo, los papeles se habían intercambiado y Yang era el terco ahora.
El rubio se sentó en el colchón, apoyando la cabeza en la cabecera en total silencio, ni una sola queja, ni una sola palabra.

𝘿𝙀𝙇𝙏𝘼  ► 𝙬𝙤𝙣𝙠𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora