18

1.5K 177 43
                                    

Sus pechos subían y bajaban, cada uno mirando hacia el techo y cubriendo la parte inferior de su cuerpo.

Jungwon miraba de la manera más discreta posible al rubio, suspirando al ver que su mirada era perfectamente esquivada.

Frunció los labios, arrugando el entrecejo.—¿Qué pasa contigo?— lo miró con los ojos entrecerrados.

—¿De qué hablas?— finalmente fue capaz de mirar al azabache durante unos segundos.

—Estás extraño.— se acomodó, de tal forma que terminó sentándose y apoyando su espalda contra la cabecera.—Tenso y perdido.

—Solo estaba pensando en algo.

Levantó las cejas.—¿Tiene que ver conmigo?

—Sí.— respondió en seco.

—¿Puedo saber qué es?— inquirió curioso.

—No te incumbe.

Su boca se abrió con molestia, rehusándose a insistir.—Perfecto.— dijo con clara indignación, levantándose.—¿Dónde está la ducha?— se colocó su ropa interior, recogiendo el resto de sus prendas.

—La puerta izquierda.— apuntó con la cabeza.—¿Jungwon?

—¿Hmm?— volteó sin expresión.

—¿Realmente no te acuerdas de lo que dijiste?

—Únicamente recuerdo que te rogué como una puta.— frunció el ceño.—No soy ninguna puta.— aclaró.—¿En eso pensabas? ¿En lo que dije?

Negó lentamente.—¿Quieres saber en qué pensaba?— Jungwon le dio una mirada llena de obviedad.—En lo bien que te quedaría una falda.— mintió en parte.

—No sé si es un halago o una petición.— ladeó la cabeza.—No usaré una falda para complacerte.

—¿Seguro?

Pareció dudarlo un poco.—¿Qué obtendría a cambio?— se cruzó de brazos, proporcionando una mirada retadora.

—¿Qué es lo que quieres?

—Si me dices qué dije que te mantiene tan pensativo...— alineó sus labios.—La utilizaré.

—¿Solamente eso? Puedo decírtelo ahora mismo.

Torció la nariz.—Después de la ducha.— relajó los hombros.—¿Vienes?— le dedicó una media sonrisa.

Con una mirada cómplice, siguió los pasos del chico.

Al menos continuarían con su diversión.

🍇

Había esperado tomar nuevamente el redondo y delicado culo del mayor en aquella "ducha", sí.

Claramente, no esperaba tener al chico de rodillas, engullendo el largo de su pene, ahuecando sus rellenas mejillas en un intento de ir más profundo.

Jungwon no era el mejor experto en hacer una mamada, lo sabía, pero tal parecía que no era el peor.

Los melodiosos gemidos que salían de los labios de Riki, eran lo que le hacían continuar con sus acciones.

Sus labios envolvían el caliente falo, deslizándose lentamente a su alrededor, recorriendo las sobresalientes venas con la lengua.

En algunos momentos sus ojos se conectaban con la afilada mirada del rubio, quien sostenía su cabello con vehemencia, empujando poco a poco de ella.

Alejó su cabeza hasta volver a rozar sus labios con el glande, masturbando con sus manos el resto, succionando y probando del agridulce presemen.

El rubio no tardó en llegar al límite, jalando bruscamente de los cabellos del mayor, el cual cerró sus luminosos ojos, dejando su boca abierta, hasta que tiras del líquido espeso llenaron su cavidad y mancharon parte de su rostro.

—Luces como una puta.— pronunció al recuperar el aliento.

Jungwon revoloteó sus pestañas.—Tú me haces lucir como una.— acusó; Tan pronto como se reincorporó, el menor comenzó a acercar sus rostros, siendo detenido por Jungwon.—Mi cara está sucia... No dejaré que me beses de esta forma.

—Me gusta verte así.— admitió.

—Podrás verme así otro día.— se apartó, comenzando a empujar al menor fuera de aquella individual ducha.—Si me disculpas, me bañaré.

Antes de que la neblinosa corrediza sea cerrada, detuvo el impacto con su mano.—Aún no terminamos, Wonie.

—No me digas así.— frunció el ceño.—Soy mayor que tú.

—¿Debería decirte hyung?— sonrió con burla.—Vas a gritar mi nombre, hyung.

Jungwon sonrió con lascivia.—Ya lo veremos.

🍇

Debió haber tomado sus palabras como una advertencia y no como un juego, eso supo Jungwon al instante.

Sus uñas buscaban sostenerse torpemente del mármol de la pared, mientras su boca se mantenía abierta, haciéndolo soltar desde jadeos y ruidosos sonidos, hasta ahogados gemidos.

El eco del lugar no era de ayuda para retener los morbosos sonidos que de sus labios salían.

Perdido en un manjar de placenteras y excitantes emociones.

Su mano se resbaló desde aquella pared, víctima del encuentro de aquellos amantes secretos, hasta una perilla de metal.

En busca de su aferramiento, giró la perilla por accidente y en cinco segundos la gélida agua cayó sobre ambos cuerpos.

Riki se separó en un gruñido, maldiciendo, y Jungwon simplemente soltaba tropezados "Lo siento" mientras cerraba aquella metálica llave.

—Lo siento.— su rostro mostraba una sonrisa de oreja a oreja que intentaba ocultar con la mano.—En verdad lo lamento.

—¿Sí? Tu cara no dice lo mismo.

—Es que... Fue divertido.— soltó una corta risa.—Perdón, no esperaba eso.

—Eres tan torpe.— puso los ojos en blanco, acercándose para besar cortamente al mayor.—Ahora sí sería mejor ducharnos.

Jungwon asintió aún sonriendo.—¿Agua tibia?— el sonido de afirmación lo hizo abrir las dos perillas, jugando con ellas mientras extendía su mano, hasta que el agua se templó.—Oh, Riki... ¿Me ayudas a lavarme la espalda?

Soltó un bufido acompañado de una media sonrisa.—Claro.

Ambos compartían aquellas gotas que caían sobre sus cuerpos como una larga cascada, compartiendo a su vez un sinfín de emociones.

Tiraban algunos comentarios entre sí, siendo Jungwon el que más cumplidos obtenía.

En un fracasado intento de besar al azabache, Riki recibió un manotazo en el rostro, más fuerte de lo que Jungwon pensaba, quien al instante se disculpó entre risas torpes.

Aunque al menos, Riki había recibido un beso como disculpa.

Para ambos era tan torpe su comportamiento, queriendo evitar creer en que actuaban como si fueran una pareja o tuvieran un romance entre ellos, disfrutando de las sonrisas sinceras y mezcladas entre ironía y diversión.

Simplemente sintiendo que todo era correcto.








Porque era correcto, ¿cierto?

(1/3)

𝘿𝙀𝙇𝙏𝘼  ► 𝙬𝙤𝙣𝙠𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora