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El sueño había sido demasiado profundo. Sin embargo, pese a dormir hasta tarde, ambos seguían sintiendo aquella necesidad de dormir unas horitas más.

Era tarde, estaban seguros de eso. Jungwon podía escuchar un poco de las músicas que su papá ponía al limpiar o cocinar. Estaba agradecido porque no fue levantado a la fuerza por la maldad de Doyoung.

Ambos habían despertado casi al mismo tiempo, simplemente se quedaron analizando alguna parte del cuarto, arrepintiéndose de la desvelada nocturna seguramente.

El primero en removerse fue Jungwon, tocando su rostro con sus manos y restregándolas en sus ojos. Acomodó su cabello que estaba hecho un nido, desenredándolo con sus dedos antes de extender su mano al mediano buró junto a él, en busca de su celular.

Se fijó en la hora, 1:48 p.m., y quiso desfallecer del puro cansancio. Riki se había dado la vuelta para continuar con el sueño.

Unos toques en la puerta sonaron, después de un perezoso "¿qué?", por parte de Yang, se vio la cabeza asomada del hermano de este.

—Buenas, maravillosas tardes.— Saludó Jeongin con una sonrisa. Ja, el estúpido sí había dormido bien.—Levántate Won, papá está cortando las verduras salvajemente pensando que eres tú.— Mirando a Jungwon, negó con decepción fingida.

El Yang menor solo asintió, su mente aun no razonando la molestia de su padre porque, en realidad, no era la primera vez que escapaba.

Tal vez unos barrotes en sus ventanas y un candado en su puerta lo hagan reflexionar.

No podía culparlo, era buen escabullidor, pero su papá parecía tener un sexto sentido increíblemente desarrollado y siempre lo descubría.

—Y lávate el rostro, te ves igual de feo que un recién nacido.— Señaló, saliendo y cerrando la puerta detrás de sí.

Jungwon solo pudo darse la vuelta y hundir su rostro en la almohada. Diablos, realmente odiaba desvelarse.

—No más salidas madrugadoras.— Sentenció Yang, tomando iniciativa para ponerse de pie. Al instante, se escucharon unos crujidos y un jadeo satisfactorio. Le encantaba la sensación al tronarse los huesos.

—¿Vives en un cuerpo de abuelo?— Murmuró el rubio, bajo y con los ojos cerrados.

—Puede ser.— Suspiro, moviéndose el cuello hasta escuchar los "crack" y la sensación de alivio en la zona aparecía.—Vamos Nishi, es hora de despertar.— Aplaudió suavemente, parándose frente al menor quien decidió hacerle caso omiso y cubrirse completamente con la sábana.

Una batalla entre quitar y mantener la sábana comenzó, Riki se dio por vencido debido al cansancio, importándole poco la claridad.

Jungwon lo sacudió unos segundos, implorándole por levantarse ya.
—Mm, cuando salga del baño quiero verte de pie.— Amenazó, entrando al baño para comenzar a lavar su rostro y dientes.

A Riki no le había importado en absoluto la "amenaza". Y juró que volvería a dormir, de no ser porque sintió un peso, muy repentino, encima suyo.

Dios, Jungwon se le había aventado encima y no dejaba de sacudirse como un gusano.

—Ya estoy despierto.— Dijo, obligado, tomando asiento en cuanto Yang se quitó de encima.—Me siento muerto.— Murmuró, con un rostro adormilado.

—Lávate la cara, te despertará.— Sonríe, apretando suavemente las mejillas hinchadas del japonés.—Te ves muy lindo así.— Sinceró, haciendo un camino de sus hombros a sus manos, para sostenerlas y jalarlo suavemente.—Es tarde y seguir durmiendo solo hará que te sientas más cansado— Explica, suspirando.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: Jun 04, 2023 ⏰

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𝘿𝙀𝙇𝙏𝘼  ► 𝙬𝙤𝙣𝙠𝙞Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz