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"—La naturaleza, los árboles, la tranquilidad y el abrazador silencio, ¡Jungwon puede ir con nosotros!"

Yang ya había perdido la cuenta de cuántas veces había parpadeado en menos de una hora.

—Umm... Creo...— La saliva, pasando por su garganta rudamente, buscando las palabras correctas.—Quiero decir, n-no hace falta... Eh, es una salida familiar, no quiero arruinarles el día.— Sonrió con un notorio nerviosismo.

—¡Para nada!— insistió la mujer.—Seguramente Riki estará más contento si vas, ¿Cierto hijo?

El nombrado simplemente asintió, llevarle la contraria a Kairi no era una opción.

—En ese caso, tendré que decirle a mis padres.— Sonrió con la mirada nerviosa y el labio inferior entre sus dientes.

La mujer atinó a dar pequeños aplausos acompañados de su orgullosa sonrisa, siempre se salía con la suya.

Incluso atinó a dar un corto recital de por qué debería insistirle a sus padres para poder ir.
Podría decirse que amenazó con decir que ella misma hablaría con ellos si no le daban el permiso.

Y después de muchas interrupciones e intentos, finalmente Riki logró convencer a la mujer de que los dejara irse, diciendo que tendría tiempo de hablar con Jungwon en el campamento.

Jungwon se despidió de la Omega dando cortas y repetitivas reverencias, hasta que la misma señora lo abrazó diciéndole un "espero verte pronto" mientras sus ojos desaparecían tras sonreír.

—Realmente le agradaste.— Habló el rubio en cuanto la puerta fue cerrada detrás de ellos.—Cuando alguien no le agrada, se despide desde lejos y sonríe por puro respeto.

Bien, algo había salido bien en ello.—¿Supongo que eso es bueno?— El menor asintió una vez.

Suspiró dejando salir sus nervios y vergüenza, por supuesto tendría que contarle a alguno de sus amigos más tarde.

Una vez dentro del carro, el sonido del pequeño estéreo salía por las bocinas, reproduciendo una variedad de música de distintos ritmos, y por pura suerte Jungwon se sabía la mayoría de estas.

Bien, algo tenían en común al menos.

🍇

Estaban estacionados frente al hogar del Alfa azabache, mientras Jungwon pensaba si debía despedirse y agradecer o salir corriendo, ambas ideas eran buenas.

—¿No bajarás?

—¿Me estás sacando?

El rubio soltó corta una risa nasal.—Sí, tal vez.

Una sonrisa irónica se posó en Jungwon.—De acuerdo... Nos vemos, RikiAgitó su mano unos segundos antes de bajar y caminar hasta la puerta de su hogar.

Esperó un corto tiempo después de tocar el timbre, en cuanto la puerta fue abierta escuchó el motor del auto detrás suyo siendo encendido.

—¡Hijo! Creí que te habían secuestrado, Sunoo vino llorando a las dos de la mañana junto con Jake... ¡Dijeron que te habían perdido!— Las palabras del Omega salían atropelladas.—¡Ya hasta me había puesto a pensar en qué ofreceríamos de recompensa por tu búsqueda!

Sí, su padre era un dramático.

Estuvo unos dos minutos más hablando, sobresaltado, mientras le decía a su hijo variedad de cantidades y productos que había opinado en recompensar, hasta que terminó dándole un abrazo, dejándolo entrar al hogar.

—Hueles un poco extraño.— Inquirió de golpe.

—¿Sí? Debe ser mi... ropa.— Cerró los ojos, soltando un largo suspiro, regañándose mentalmente.

𝘿𝙀𝙇𝙏𝘼  ► 𝙬𝙤𝙣𝙠𝙞Where stories live. Discover now