26

682 121 23
                                    

A diferencia de los posibles escenarios que Jungwon había imaginado al llegar a su hogar. Ninguno de ellos había sucedido en realidad.

¿Se sentía tranquilo? Por supuesto, absoluta y rotundamente que no.

Porque después de entrar, la imagen fue de su papá Doyoung, sentado, con las piernas cruzadas y el cabello bien peinado, como si no estuviera despierto tan temprano un viernes por la madrugada. Sonriente y reluciente como si fuese el medio día.

Bueno, aquella pijama azul de seda realmente le ayudaba a verse tan fino y reluciente, pero eso no significa que Jungwon se sintió feliz de ver a su papá sonreírle mientras decía lo preocupado que estaba.

Demonios, odiaba tanto lo buen actor que su padre podía ser.

Seguramente era por la presencia de Riki, estaba muy seguro de que era eso.

Y hablando del japonés, él también había agarrado su mejor papel de persona madura y de bien. Jungwon lo había presentado, pero Riki continuaba hablando con su padre con una calma aterradora.

Al menos, si tenía una buena impresión, el regaño en su ausencia sería menor.

—Me imagino lo agotados que deben estar... ¿No es así, Wonie?— Dijo, en un tono irónico, pero podía percibirse real.—¿Por qué no van a descansar? Puedes dormir en la habitación de Jeongin, llegará tarde.— Dirigiéndose a Jungwon, cruzó los brazos, levantando la mirada.—Él sí avisó.

"Vaya indirecta". Pensó Jungwon, sonriendo con pena.

—Dejé una nota con un aviso.— Se justifica, acariciando sus dedos con nervios.

—Disculpa... ¿Esto es un aviso para ti?— Muestra un papel arrugado, desenvolviéndolo para dejar a la vista la escritura de Yang, mostrando un "Vuelvo luego, urgencia ♡".

—¿Sí?— Escuchó a su papá suspirar, como si esperara una mejor respuesta.—¡Era una urgencia! Porque... Riki...— Señaló al menor, desorientándolo al instante.—Terminó con su novia y tenían... ¿Cuánto?, ¿cuatro?, ¿cinco años?— Lo miró con duda, casi implorándole que continúe con la inventada historia.

—Ah, cuatro años de relación y un perro.— Puso su mejor expresión de lamento, manteniendo una expresión decepcionada.—Y me sentí tan mal que tuve que rogarle a Jungwon que me consolara, lo lamento.— Agachó la mirada unos segundos, encorvando la espalda.

—Oh, no dejes que un amor adolescente te destruya.— Responde Doyoung, sintiendo una pizca de lástima.—Lo que yo daría por haber vivido mis veinte sin un hijo, pero los errores pasan.

Jungwon soltó una risita, tapándose la boca. Oh, pobre Jeongin.

—Lamentablemente, el planeado resultó ser peor.— Soltó el Omega, acomodando su flequillo.—Hablaremos luego, Yang.— Amenazó en un tono alegre, pero con una mirada filosa.—Qué gusto conocerte, Riki. Espero que puedas acompañarnos en el desayuno.— Sonrió, con una reverencia cordial que fue imitada por Nishimura.—Descansen.— Dice, caminando a paso tranquilo a su habitación, sin volver a mirar a su hijo.

Jungwon suelta un suspiro retenido anteriormente, agarrándose el pecho.

—No soy peor que Jeongin.— Aclaró, más para sí mismo.—Solo no salí como lo planearon... Pero soy inteligente y bonito, ¿no es eso lo mejor que puedes esperar de un hijo?

—¿Eso crees?— Ladea la cabeza.—Mi madre solo está contenta con que sea social y bello.— Sonríe presumido, con aires de grandeza.

Jungwon suspira.—Serías un buen Narciso, el personaje perfecto para ti.— Asiente, tomándolo del brazo para comenzar a andar.—Vamos, estoy agotado.

𝘿𝙀𝙇𝙏𝘼  ► 𝙬𝙤𝙣𝙠𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora