33. Beso de tres y tríos

73.7K 5K 17.7K
                                    

Primero que nada, feliz viernes homosexual polígamo, digan buen día. 

Segundo, hetero monógamo el que no comente. 

Tercero, decidí darles algo mejor que la escena. Espérenlo ;)

 Espérenlo ;)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Honne.

Dios está muerto, nosotros lo hemos matado.

—¿Te pueden quitar los cristales de encima? 

—Yo soporto tus fetiches extraños, lo mío son piedras. Ya hicimos lo que querías ayer.

—Hasta donde ha llegado la humanidad —los primeros rayos de luz chocaron contra mis ojos, arrugué la cara—. perdona por hacer que posaras, es para aprender anatomía.

—Qué raras referencias tienes —movió sus piernas, empujándome—. sal antes de que te ahorque con mis muslos.

Qué clase de amenaza es esa. Y cómo hago que suceda.

—Qué vergüenza con Copito —murmuró mientras arreglaba su cabello, su espalda estaba cubierta de pequeñas manchas cafés, mechones de cabello la taparon—. ¿Qué va a pensar de mí?

—¿Tienes un tatuaje, Mar?

Me arrastré sobre las sábanas, se estaba colocando su decena de collares con cuarzos de vuelta, se detuvo por completo cuando posé mi mano sobre su espalda, aparté su cabellera.

—Estoy segura que esta es la constelación de capricornio —toqué los puntos, uniéndolos—. como insistes tanto en esos dibujos, los memoricé.

—No, son mis lunares —aclaró—, pero debes de confundirte, es imposible.

Busqué mi teléfono entre las almohadas, de cerca sí era obvio que eran lunares, no obstante, sigue siendo extraño. Me costó creer que no lo hizo a propósito, aunque si fuera eso tendría mayor sentido que se ponga el suyo.

Tomé una fotografía con flash, una mano en el botón y otra en su pecho para ocultarla de los aliens que espían nuestras actividades cotidianas. Para nada solo quería hacerlo, como sea el caso, se lo mostré, quedó helada.

Se tapó la boca, por la forma en la que miraba la foto pensé que se iba a ir después de venirse tanto.

Se levantó sin terminar de vestirse, solo llevaba su ropa interior con runas dibujadas, corrió al espejo de cuerpo completo. Mentiría si dijera que mi mirada no la siguió como si fuera lo único que quiero por el resto de mi vida, como un tesoro, como dos estrellas en el cielo...

Me quedé viendo sus pechos, era imposible no hacerlo, trae como diez piedras encima.

—¡¿Qué carajos?! —gritó de repente, me asustó por un segundo—. ¿Cómo me entero esto ahora? Tiene sentido, nunca alcancé a ver ¿Qué obra del demonio es esta?

Al menos tomó su vestido rosa, corría descalza por el cuarto buscando objetos que mejor no preguntar para qué son, abrió su laptop a buscar información. Parecía una ranita, chiquita, saltarina y feliz, pero si la ves de sorpresa te da miedo.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora