𝟮𝟳

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Sunoo descubrió que era muy bueno en los juegos de mesa y le pedía a SungHoon que pasaran un tiempo divirtiéndose con dichos juegos, aunque SungHoon no se divertía tanto por ser él el que mayormente perdía.

—Cham cham cham— SungHoon apuntó con dos de sus dedos a la izquierda al mismo tiempo que Sunoo volteaba la cabeza en esa dirección.

Juegos de mesa, actividades de campo o estos simples pero divertidos juegos como lo son el piedra, papel o tijera divertían mucho a la pareja porque, mientras ellos estén juntos su felicidad será mutua.

—¡Por fin! ahora mi premio— la pareja estaba sentada en la cama mirándose de frente con tazones de arroz vacíos en medio de ellos.

—Si, si, ya voy— Sunoo se inclinó hacia adelante y plantó un pequeño beso en los labios de su novio quien correspondió gustoso.

Llevaban varias rondas jugando ese divertido juego y en la mayoría Sunoo había ganado, aunque la verdad, no importa quién gana o quien pierde, ambos reciben el premio que es un dulce beso en los labios.

—De nuevo— Sunoo se sentó de nueva cuenta y recitó las palabras que anteriormente SungHoon había dicho.

—¡Hiciste trampa !— SungHoon volteó la cabeza en la misma dirección que Sunoo apuntaba pero el peliazul al darse cuenta, volteó rápidamente su cabeza en la otra dirección.

—Tú siempre ganas, eso es trampa.

—No lo es, yo si se jugar.

—¿Estás diciendo que yo no sé?

—Si.

Y así es como comenzaron a discutir sobre quién hacía trampa. En ningún momento de su amistad y relación habían discutido de algo serio y estaban seguros de que jamás lo harían ¿por qué esa seguridad? porque antes de que comience la verdadera pelea, se llenaban de besos para no llegar a tal extremo.

—Ninguno hizo trampa— Sunoo dejó un beso más en los labios de SungHoon. Se encontraba sentado en las piernas de este —solo tú tienes mala suerte.

El universitario frunció el ceño y acercó su rostro al cuello del pelirosa comenzando a hacer cosquillas en esa zona con su nariz.

—¡SungHoon para! — la pareja reía ante el agradable momento. Las carcajadas de Sunoo resonaban por las cuatro paredes mientras que las del peliazul eran amortiguadas por el cuello del contrario.

Una canción los hizo parar. El teléfono del menor sonaba anunciando una llamada entrante. Tomó el aparato alejándose lentamente del cuello de Sunoo enfocando sus ojos en los brillantes orbes azules. Aceptó la llamada sin mirar el nombre.

—¿Hola?

—¿Hijo?

—¿Papá? — Sunoo abrió en grande los ojos al escuchar eso.

—Muchas preguntas— una risa grabé se escuchó del otro lado de la línea —¿Cómo has estado?

SungHoon aún se encontraba en una pequeña parálisis observando el azul de los ojos de Sunoo —Yo bien ¿tú y mamá están bien?

—Estamos bien, con muchas ganas de verte.

Sí, claro, ahora que no estoy piensan en verme pensó SungHoon con cierta ironía.

—Te vi en la televisión— cambió la conversación, aunque tal vez no haya sido buena idea mencionar la pequeña polémica de su padre.

—Oh vaya, incluso aparezco en Ansan. Que te parece, tu padre ya es reconocido por casi toda Corea.

𝙈𝙀𝙍𝙈𝘼𝙉 // 𝙎𝙐𝙉𝙂𝙎𝙐𝙉Where stories live. Discover now