𝟯𝟱

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—No entra.

—Si entra.

—¡Ay, espera! estas lastimando al bebé.

—Lo siento, lo siento.

Cinco meses, Sunoo había cumplido sus cinco meses de embarazo, la fecha para conocer a su pequeña criatura se acercaba cada vez más. Ahora mismo, estaban probándole a Sunoo distintos trajes para la fiesta de graduación de la universidad pero el grande vientre impedía que una camiseta pueda entrar o también que un botón sea cerrado.

—Me rindo— SungHoon se lanzó de espaldas a la cama, hace ya una hora que estaban probándole distintos trajes a Sunoo y ninguno había entrado, aunque bueno, uno sí lo había hecho pero apretaba demasiado el estómago del pelirrosa casi dejándolo sin respirar.

—Yo también me rin...

Sunoo dejó de hablar extrañando a SungHoon.

—¿Qué sucede?— levantó su cabeza despegándola del colchón para poder observar mejor a su novio que, estaba parado con los ojos bien abiertos —¿Sunoo?

—Me pateó...— se apresuró a tomar la mano de SungHoon poniéndola en una parte de su estómago y nuevamente, sintió como esa parte era estirada por lo que parecía ser una patada del bebé.

—Dae-Daewoo, hijo— otra patada en la misma zona, el bebé parecía reconocer las voces de sus padres comunicándose con ellos por medio de pequeños golpecitos —bebé.

Daewoo respondió nuevamente con una patada —Auch, ese si dolió.

SungHoon se apresuró a levantarse de la cama para finalmente, arrodillarse frente al redondo vientre dejando muchos besos en este.

Esos momentos, eran los que tanto SungHoon como Sunoo amaban tener, esos momentos de tranquilidad junto a su pequeño eran únicos y especiales que ninguno cambiaría por nada ni por nadie. Las horas, los minutos, inclusive los segundos se detenían para ellos, permitiéndoles disfrutar más tiempo de esas pequeñas pero significativas interacciones asegurándose de guardarlas muy bien en su mente y corazón. A SungHoon no le importaba si sus padres seguían en Ansan, si sus amigos los están esperando para salir a algún lugar, si sus vecinos los iban a visitar, nada más le importaba que estar así, junto a Sunoo, porque SungHoon necesitaba a Sunoo para vivir, como Sunoo necesitaba a SungHoon para existir y ambos, necesitaban a Daewoo para que su felicidad sea completa.

—Dae, tú y tu papi tienen que entrar en algún traje ¿o quieres que nos quedemos aquí y nos perdamos del baile?— el bebé no volvió a moverse ni patear, al parecer, no le agradaba la idea de quedarse en casa —creí que no necesitaríamos esto pero al parecer, Jungwon tuvo la razón— se levantó de piso dándole un pequeño beso al vientre de Sunoo, caminó hacia su armario y de el, sacó un bonito conjunto que consistía en una camiseta blanca bastante ancha con con cuello alto y mangas largas igualmente anchas haciendo que se abulten y se vean aún más bonitas, a eso le sumaba una pequeña abertura en la espalda la cual era sostenida por cuatro tiras cruzadas entre sí, también tenía un pantalón negro que se veía algo ajustado y bastante brilloso.

—¿Me estás diciendo que pudimos probar eso desde un principio en vez de estar aquí más de una hora probando otros trajes?— Sunoo cruzó sus brazos por encima de su estómago.

—Es que hice una apuesta con Jungwon, el decía que no te quedarían los trajes que conseguí y entraría el que él eligió, que es este— SungHoon tendió el conjunto en la cama —Ya~ no te enojes, mejor pruébatelo a ver que tal.

Y dicho esto, Sunoo tomó la parte superior del conjunto y se adentró al baño dándole una última mirada rencorosa a SungHoon.

El universitario rio por la "enfadada" actitud del pelirrosa. Comenzó a ojear toda la habitación en espera de su bonito chico porque si, Sunoo era suyo y sólo suyo así como SungHoon era solamente de él. Quería llevar a Sunoo al baile para que se adapte a las multitudes de personas porque si fuera por él, se quedarían en casa viendo películas y series aunque también, se moría ver bailar a Sunoo con su abultada pancita.

𝙈𝙀𝙍𝙈𝘼𝙉 // 𝙎𝙐𝙉𝙂𝙎𝙐𝙉Where stories live. Discover now