m(anos entrelazadas)

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Wen Ning nunca pensó encontrar un pequeño niño abandonado en los Túmulos Funerarios, le calcula la misma edad que el pequeño A-Yuan, solo que es un poco más bajo y delgado, lo que más le llama la atención fueron sus ojos bicolores que lo miran con gran intensidad, un ojo violeta y el otro celeste, si fuera otro niño ya hubiera salido corriendo mientras grita cual animal a punto de ser sacrificado, pero este niño lo mira con ojos curiosos, una de sus mejillas luce un moretón, como si lo hubieran golpeado, también sus ropas están sucias y rasgadas, las manos y cara del niño están empolvadas, Wen Ning con un poco de miedo de asustar al niño extiende una de sus manos para levantar al niño, y así fue como volvió a los Túmulos Funerarios con un pequeño niño a cuestas, su hermana está a punto de gritarle, pero se aguanta para no asustar al niño, A-Yuan lo mira con ojos curiosos aferrado a las túnicas de Wen Qing, su mirada curiosa se dirige hacia su hermana.

- ¿Podemos ir a jugar?

Ahora hay tres pares de ojos mirando a Wen Qing que de mala gana dejó que vayan a jugar.

-Por favor, salva a los niños, nosotros ya no importamos, pero ellos son muy jóvenes, no tienen la culpa de nada.

Jiang Wanyin frunce su ceño en confusión por las palabras de Wen Qing porque se supone que hay un niño y no dos. Disimuladamente se vuelve hacia dos de sus discípulos de confianza.

-Vayan a buscar a los niños.

Después que todo terminara desastrosamente Jiang Wanyin está en el pabellón médico siendo escrutado por dos pares de ojos, uno de ellos lo mira curioso, mientras que el otro con algo entre confusión y miedo, él también los mira curioso porque, según lo que los discípulos y médico le habían dicho, los niños en ningún momento habían soltado el agarre en la mano ajena, le llama la atención los ojos del niño más pequeño y ciertas facciones de éste, algo se revuelve en su estómago al asociar aquellas facciones que ciertamente le parecen familiares y aquellos colores de sus ojos, lleva una de sus manos hacia su frente a la vez que baja su mirada hacia sus pies, maldita sea. Cuando levanta la vista ve que el niño de curiosos ojos le extiende un papel.

Se que vas a visitar a Wei Wuxian, por lo que decidí dejar a Jingyi cerca de los Túmulos para que Wen Ning lo encuentre, se que vas a ser un gran padre para él, espero que algún día me perdonen por abandonarlos.

LM

Al fin de cuentas, todos me abandonan

Criar tres niños fue todo un reto para Jiang Wanyin y para los cercanos a él, con Jiang Yuan no había problema, el niño siempre tranquilo y sonriente solamente se desordena cuando es influenciado por Jiang Jingyi, luego está el berrinchudo de Jin Ling, una vista que ha sido una constante desde que los niños llegaron es que rara vez los ha visto sin sus manos entrelazadas, en cierto punto le causa ternura aquella acción.

Más tarde aquellas manos estuvieron unidas a las de un pequeño A-Ling al que le ayudan a dar sus primeros pasos con sus pequeñas piernas, los dos niños mayores alientan al pequeño para que siga caminando, no se necesitan de muchas palabras cuando el pequeño de túnicas amarillas ve a Jiang Wanyin hincado mientras lo espera a que siga avanzando.

No ha sido raro escuchar risas y pasos rápidos mientras son seguidos por los gritos y pasos enojados de su Líder de Secta, al final Jiang Wanyin detiene sus pasos y mira las espaldas de sus niños alejarse entre los pasillos. Con el paso de los años a Jiang Wanyin no le sorprendería que los dos niños mayores se hicieran aún más cercanos, por eso no se sorprendió cuando ambos tienen 16 años verlos una tarde, casi noche, besándose en uno de los muelles traseros de la secta, al final no solo sus manos están juntas. A la mañana siguiente hablará con ellos.

- ¿Algo qué decirme?

Jiang Wanyin no se sorprende de tenerlo enfrente suyo con las manos entrelazadas, ambos lo miran un tanto desconcertado.

- ¿Cuándo van a hacer la solicitud de cortejo?

Jiang Wanyin quiere reírse de lo pálido que se pusieron los rostros contrarios para rápidamente sonrojarse furiosamente.

- ¿Qué?, ¿acaso creían que no me iba a dar cuenta?

-Pensamos que te ibas a enojar con nosotros porque nos criaste como hermanos.

Hace tiempo que Jiang Wanyin se dio cuenta que aquel par se trata como algo completamente diferente a un hermano, pero está bien, no son hermanos de sangre, los conoce como a la palma de su mano, ha sido testigo del trato especial que le dan al contrario, de aquellas miradas cargadas de afecto y algo más, de aquellas caricias que pasan desapercibidas, pero no para él.

Aquellas manos siguieron aún más entrelazadas hasta que tuvieron que ir junto a Jin Ling a las conferencias impartidas por la Secta Lan, Jiang Jingyi sabe que su madre es o era una cultivadora Lan, al llegar a las puertas de la Secta un extraño sentimiento de nostalgia invade su ser, sabe que las cultivadoras están apartadas de los varones, pero en alguna parte de su ser espera saber algo de ella. Sizhui le prometió a su padre que iba a cuidar a Jingyi para que no se metiera en problemas, lo mismo para con Jin Ling que empezó a refunfuñar que no era un niño pequeño para que lo cuiden. Fue difícil no andar de allá para acá con sus manos entrelazadas, sienten que sus manos pican además de que su mano busca involuntariamente, como un acto reflejo, la contraria.

-Deberías dejar tu otro ojo a la vista.

Esa es una frase que ha sido constante durante los últimos años, es que Jingyi desarrolló el habito de dejar un mechón que tape su ojo de color azul. Sizhui deja un rápido beso en los labios contrarios para borrar aquel puchero que se había formado.

-Es que me siento extraño, la gente me mira mucho y no me gusta eso.

-Con o sin heterocromía la gente te mira igual A-Yi, que no te des cuenta es otra cosa.

Sizhui con cuidado posa aquel mechón detrás de la oreja de Jingyi dejando a la vista su ojo color celeste, Jingyi se sonroja ante la atenta y cariñosa mirada de Sizhui, a pesar del tiempo que llevan cortejándose no puede evitar sonrojarse ante las muestras de afecto por parte del contrario. En uno de los viajes que hicieron a Caiyi, Sizhui aprovechó la oportunidad de comprar algunos adornos para el cabello para Jingyi.

-Voy a tratar de usarlo solo cuando regresemos a nuestro hogar.

Sizhui asiente conforme por lo dicho por Jingyi. Cuando regresaron a Yunmeng entrelazaron sus manos inmediatamente, ya no hay reglas de decoro que seguir, ya no hay una secta a la cual hacer perder cara por sus actos desvergonzados. Regresó la vista de ambos pasearse por los pasillos y muelles de la Secta con sus manos entrelazadas mientras mueven sus brazos de atrás hacia adelante, a aquella vista se le sumo la vista de Jingyi sin su mechón característico permitiendo que se deslumbrasen por su bonita heterocromía. 

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