Un paso a la vez

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Día 6: Ofrenda.

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Gael se despertó esa madrugada de sábado por una llamada repentina. No tenía el número registrado, contestó luego de meditarlo por unos segundos más.

—¿Quién es?— se sentó para restregarse un ojo.

—Gael— la voz ahogada de Jerald hizo que se despabilara. —... Siento molestarte, pero voy a enviar a uno de nuestros choferes por ti, empaca ropa para tres días. 

—Pero, ¿qué ocurrió?

—Nuestro padre acaba de fallecer— esas palabras le cayeron como agua fría por su espalda. —. Ismael me pidió que enviara a alguien por ti, ¿puedes venir, por favor?...

Gael suspiró y cerró los ojos.

—Está bien.

—Pasarán por ti en una hora, procura estar listo— escuchó otra voz de fondo, le era familiar aunque no podía comprender qué decía. —... Gracias, por cierto.

—Tranquilo, allá los veo.

Cuando terminó la llamada, Gael se  dio cuenta de todas las notificaciones de mensajes que había recibido de Ismael. Le había escrito desde hace media hora atrás para avisarle lo sucedido. Gael finalmente se levantó de la cama para preparar sus cosas.

¿Ropa para tres días? ¿Qué debía llevar? Obvio ropa negra, pero... ¿Dónde iban a estar? Sabía que este clan tenía una casona en las costas, era donde él tenía entendido que debían reunirse en este tipo de cosas. Lo primero fue tomar sus trajes negros y ponerlos en una maleta mediana. Empezó luego por empacar algo de ropa particular. Su mente reproducía los recuerdos de la agradable tarde que había tenido con Ismael ayer.

Almorzaron en polos opuestos del comedor, Gael seguía con la chaqueta puesta.

—¿Puedo hacerte una pregunta?— preguntó Ismael antes de llevarse un trozo de carne a la boca.

Gael bajó sus cubiertos para mirarlo con atención.

—Sobre mi pasado no hablo— Ismael se cubrió la cara, Gael soltó una risita. —. ¿Qué es lo que quieres saber?

—¿Qué es esa quemadura en tu hombro?— levantó una ceja mientras juntaba las manos.

—Eso es muy personal— respondió para beber agua. —. ¿Otra cosa que quieras preguntar?

—¿Cómo conociste a Walter?

—En una estación de tren, era de noche— tomó un poco de su ensalada para continuar su almuerzo.

Ismael ladeó la cabeza al recordar algo.

—¿Cómo es eso de que le salvaste la vida?

—Oh, es qué, le presenté a Amir y ellos se consideran... ¿Cómo se le decía a eso?— entrecerró los ojos. —... Tiene que ver con eso del destino.

—¿Una pareja predestinada?

—Exacto— Gael chasqueó los dedos. —. Personalmente, no creo en eso.

—Qué sorpresa— Ismael no se escuchaba nada sorprendido.

—¿Qué?— Gael parpadeó un par de veces. —¿Tú sí?

Ismael solo volvió a su plato para cortar otro trozo de carne.

—Termina de comer, por favor.

Gael miraba su maleta preparada junto a su mochila. Se había bañado y puesto ropa abrigadora. Miró su departamento un momento más y salió para ponerle llave. Bajó despacio y sin hacer mucho ruido. Las escaleras nunca le habían parecido tan largas como ahora. Igualmente, tenía tiempo de sobra. Le pesaban los párpados, el estómago lo sentía extraño. No podía recordar la última vez que estuvo en una situación así. Había pasado tanto desde su vida pasada...

Negociando con el Corazón || Original - #OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora