Perversión

104 5 5
                                    

Día 23: Celo omega.

Nota: este capítulo contiene escenas sexuales.

▬▬▬▬▬ஜ۩۞۩ஜ▬▬▬▬▬▬

Dentro de la tranquilidad de su departamento, Ismael terminaba de arreglarse y Gael lavaba los platos. Estaban por irse al trabajo.

El mayor se reviso el reloj, eran las seis. Tenían tiempo de pasar por un café. Se alertó al escuchar que un plato se estrelló en el suelo. Gael se quedó estático en el lugar, el rubio se tapó la nariz al sentir lo fuerte de su esencia. Sin embargo, no pudo evitar sentirse acalorado de pronto. En un impulso, Gael le jaló por la camisa. Pegando su cuerpo y abrazándolo.

—¿Qué pasa, Gael?— preguntó Ismael en su oído.

—Ismael— tragó grueso. No podía controlarse, contener la respiración le era difícil. Si el alfa usaba su olor no había marcha atrás —... Por favor— las manos del mayor pasaron por su cuerpo hasta su cadera. —... Necesito que lo hagamos— suplicó.

Estaba sorprendido por esa extraña petición, pero fue lo que le hizo entender que Gael estaba en todo el esplendor de su celo. No iba a desaprovechar la ocasión.

—¿Estás seguro, pequeño?— Gael levantó la mirada para asentir. Estaba sonrojado.—... Está bien...

Ismael lo sentó en el mesón de la cocina. Empezó por aflojarle la corbata y abrir de a poco la camisa. Sintió al menor quejarse cuando retiró la tela.

—Con cuidado— sugirió jadeando.

Ismael estaba curioso, tenía idea de lo que podía ser. Terminó por retirar la prenda y lo primero que vio fueron sus pezones un tanto colorados y erectos. Ladeó una sonrisa, provocándole intriga a Gael. Lo que su mente decía sonaba excitante, pero no sentía que fuera lo correcto con su actual estado. No pudo hacer mucho, la lengua del rubio se sentía suave como siempre. Se mordió el labio inferior mientras lo dejaba hacer lo que quisiera. Se cubrió la boca al sentir como succionaba uno y apretaba el otro con sus dedos. Cuando se sintió satisfecho con esto, se acercó a su boca y poder distraerlo lo suficiente como para terminar de quitarle la ropa.

La cara de Gael terminó contra el mármol reluciente. Apretando un ojo y tan impaciente de que Ismael lo tomara. Estaba sudado, con una calentura digna de una fiebre y tan mojado como nunca se había sentido en su vida. Los dedos del mayor entraban con facilidad, jadeó al sentir otra cosa dentro suyo. Con las manos de Ismael marcando su ritmo fue que pudo hallarle alivio al calor dentro de si mismo. No tuvo pudor alguno en callar sus gemidos. Sentía sus fluidos esparcirse por sus piernas a la vez que recibía estocadas fuertes. Sabía que eso iba a dejarlo adolorido una vez pasara todo esto.

—¡Isma, anúdame!...— rogó jadeante.

El otro en respuesta rodeó su garganta con una mano y lo acercó más hacía sí mismo. Disminuyendo la velocidad, pero aún meciendo sus caderas con fuerza.

—¿Seguro qué quieres eso?— mordió el lóbulo de su oreja al decir eso.

—¡Hazlo, solo hazlo!

—Sh— cubrió sus labios. —... No tienes que gritar pequeño... Se nos hará tarde para trabajar, Gael... Ah— gimió en voz baja. —... Al diablo, faltemos hoy.

Le puso la cara contra el mármol nuevamente, se mordió el labio por aquella vista. Ninguno iba a parar por ese día, hasta lograr su cometido.

Negociando con el Corazón || Original - #OmegaverseWhere stories live. Discover now