Comienzos

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Día 8: Celos.

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—Quiero darle las gracias por su ayuda, joven Sorní— decía la madre de Ismael tratando de mantener una sonrisa.

—Es mi trabajo, para mi fue un gusto venir a apoyarles— el pelirrojo le sostuvo la mano para besarle los nudillos. —. Me hubiera gustado quedarme más tiempo-

—Pero tenemos cosas que hacer— decía Ismael parado junto al auto. —. Alec ya no va a estar, no podemos faltar mañana a la oficina.

—¿Qué pasó con Alec?— la señora miró a Jerald que estaba a un lado suyo apretandose los labios.

—Es una historia muy graciosa, má— le puso una mano en la espalda. —. Te la contaré más tarde— Gael se contuvo la risa por su comentario.

—Joven, quisiera darle esto— del bolsillo de su pantalón sacó una banda elástica gruesa color negro que tenía en tejidos rojo, naranja y amarillo el dibujo de un león parado en sus patas traseras, dentro de lo que parecía ser un escudo. —. Es el símbolo de nuestra familia. Realmente estoy agradecida, cualquier cosa que necesitases, solo avisanos y te ayudaremos.

El joven miraba la banda en sus manos, Jerald también estaba sorprendido por ello.

—Wow, qué honor— dijo Gael. —. Gracias.

Jerald le mostró el pulgar en alto contento.

—¡Gael!— llamó Ismael harto.

—Debemos irnos, adiós.

Miró a Jerald para darle un abrazo, hizo lo mismo con la señora. Finalmente, pudo embarcarse al viaje con Ismael. Jericó los llevaba de regreso a la ciudad. Temprano en la mañana había sido el entierro, los parientes lejanos empezaban a marcharse también. La estadía de tres días en la casona se había reducido a dos, por el inconveniente con Alec.

Gael e Ismael iban en el asiento trasero, ambos distraídos. El mayor miraba por la ventana mientras el otro revisaba su teléfono. Ismael suspiró y miró de reojo al chico a su lado. Le tocó un par de veces la mejilla, él solo bajó su teléfono para mirarlo con interés. Ismael se sonrojó por esa imagen delante suyo. Le regaló una sonrisa landina, Gael hizo igual. Apagó el aparato y se dispuso a mirar por la ventana ahora.

—Gael, quiero que hablemos, por favor.

—Te escucho— dijo sin dejar de mirar por la ventana.

—Es sobre el trabajo— el chico encendió el teléfono y se dirigió al block de notas.

—Lo escucho.

—Bien, necesito que mañana a primera hora le envíes a Alec un correo con su despido. A parte, necesito que imprimas ese documento y lo envies a contabilidad para que hagan los cálculos correspondientes para su liquidación.

—¿Algo más?

—Necesito que le especifiques que tendrá un día y hora exacto para retirar sus pertenencias de su oficina, también para que me firme un par de papeles y yo debo estar presente en el momento que lo haga.

—Listo, ¿cómo haremos con su vacante?— el menor levantó el dedo indice y miró al mueble delantero.

—Yo me encargo de eso, ya sé a quién voy a poner en su lugar— Gael asintió. —. Para eso, necesito que pases por recursos humanos con todo ese papeleo, y que dejes por avisado que ya su puesto estará ocupado esta misma semana.

—Okey, lo tengo.

—Necesito que me recuerdes que debo llamar a mi prima— Gael levantó una ceja y lo anotó en su block. —, lo haré mañana para que esté presente el martes Jerald. Creo que sería todo por ahora.

Negociando con el Corazón || Original - #OmegaverseWhere stories live. Discover now