Zona de confort

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Día 11: Construcción del nido.

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Ismael se despertó primero. Gael había tenido un poco de temperatura en la noche anterior, en medio de la poca luz que entraba por la cortina podía apreciar su cara pálida, sus labios rosados que ligeramente se separaban. Aquellos rizos alborotados sobre su frente los acarició con cariño. Tenía las manos sobre el pecho y su camiseta blanca dejaba al descubierto su hombro izquierdo. Ismael feliz le tomó una foto para conservar aquel momento. Después se encimó en su rostro para besarle la mejilla. 

—Arriba— llamaba con dulzura. —... Despierta, por favor...

—No— Gael tomó las sábanas para esconderse, pero al tratar de hacer fuerza con la mano derecha volvió a sentir un dolor punzante en las heridas. —¡Ay!— se sentó de golpe.

Quedó cerca del rostro de Ismael. Estaba enternecido de verlo así, somnoliento y apenas abriendo sus ojos. Le besó la frente, Gael lo abrazó.

—¿Cómo te sientes?

—Un poco mejor... Llévame al baño, por favor...

Ismael tuvo una idea.

—¿Te baño?— Gael lo golpeó suave con su mano buena. —Okey, vamos.

Lo cargó hasta su baño, le dejó su mochila con su ropa y salió de la habitación para poder controlar sus impulsos de meterse con el chico.

Estaba en la cocina preparando el desayuno, tenía cosas que hacer ese día. Cosas que había pensado toda la noche y que se habia decido a hacer verdad. Mientras le preparaba una tostada francesa al pelirrojo, él se estaba comiendo lo que quedaba de la mantequilla de maní. A parte, se estaba preparando unos waffles que luego llenaría de miel y decoraría con frutas y crema. Tenía jugo de mandarina para acompañar su comida o quizás podría servir un poco de yogurt. Estaba hambriento como nunca.

Gael apareció por la puerta de la cocina. Tenía un mejor semblante. Ismael le tomó una mano para guiarlo hasta el comedor. El pelirrojo se cubrió la boca al ver el desayuno que le habían preparado. Se sentaron juntos para empezar su día.

—Gael, voy a salir hoy— el nombrado se bebía un poco del jugo de mandarina.

—¿Debo cambiarme?

—Tú debes de quedarte en cama— repuso Ismael serio. —. Estaré ocupado pero si te sientes muy mal, puedes llamarme y vendré lo antes posible— se llevó una buena porción de comida a la boca.

Gael estaba sorprendido de ver la montaña de waffles que tenía.

—¿Por qué comes tanto?— estaba un poco  preocupado al verlo comer tanto.

—No sé— se encogió de hombros. —. Pero me desperté con ganas de comerme lo primero que se me cruzara— se detuvo, quería aprovechar la situación.—... Cómo tú— estaba siendo seductor.

—Okey, come tus waffles— le señaló el plato. —... ¿Qué harás?

—Unas compras, además, pensaba en hacer una cena e invitar a tus amigos— Gael se sonrojó. —. Tú ya conviviste con mi familia, y cómo eres huérfano, pues, quiero convivir con tus seres queridos, o sea, tus amigos— tenia la atención del pelirrojo. —. Pasamos mucho tiempo en la oficina, lo mejor es que compartamos nuestros días libres... Si estás de acuerdo, claro...

Gael miró su plato vacío, removió su vaso y se dio el último sorbo.

—Ismael... Quería hablarte sobre lo de anoche, sobre el beso.

Negociando con el Corazón || Original - #OmegaverseWhere stories live. Discover now