Negociando con el Corazón || Original - #Omegaverse

Propiedad del Rey

Día 19: Colmillos.

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Jericó abrió la puerta de la oficina, Ismael lo había mandado a llamar para dialogar un par de cosas con él. Delante suyo estaba Ismael con el pelirrojo a un lado revisando un documento que Walter había solicitado. Guiaron sus miradas hasta el pelinegro que iba bien vestido y con las manos detrás de si mismo.

Ismael firmó el pie de la hoja y se lo dio a Gael. Este le dio una sonrisa a Jericó antes de salir de la habitación, dejando en soledad a aquel par de alfas.

—Mi amigo Jericó— Ismael se puso de pie para recibirlo con un abrazo.

—¿Pasaba algo, Ismael?— esa pregunta dejó a Ismael con los brazos abiertos, luego lo señaló y avanzó a la pequeña sala de estar.

—Necesito hablar contigo de algo que, me está jodiendo la paz— se paró delante del mini refrigerador para revisar su contenido. —... Toma asiento, ¿quieres beber algo?— su contrario se fue a un sillón individual.

—Un poco de agua estaría bien, gracias.

El rubio sirvió un poco de agua gasificada con hielo para los dos. Se sentó en el sofá, se dio un sorbo y dejó su vaso en la mesa. Jericó lo imitó. El aura tranquila que tenía Ismael lo ponía inquieto ciertamente.

—Jericó, quiero informarte qué a Gael lo han amenazado más de dos veces y ya está rayando en lo preocupante, ya que se metieron a su departamento y lo volvieron patas arriba.

—Señor, no lo sabía... ¿Necesita qué lo protejan?

—La verdad— Ismael se cruzó de piernas. —... El sábado cuando fuimos al club y pedí que pasaras por nosotros, me dijeron qué no podías ya que tenías asuntos personales que atender— Jericó recogió su vaso para volver a beber. —... ¿Puedo saber qué asuntos?

—Ismael, por Dios, es mi vida privada-

—No te estoy preguntando cómo jefe, sino como mejores amigos que somos— se dio una palmada en la pierna mientras tenía una expresión de curiosidad en la cara. —... Digo, no me trataste como tu jefe ese día que quisiste hacerme pensar que Gael está conmigo por qué tengo plata— Jericó revolvió sus hielos, sin quitarle la vista a Ismael que se encogía de hombros. —. Solo quiero saber por qué demonios estuviste a altas horas de la madrugada cerca del edificio dónde vive mí Omega— esa voz fuerte solo lo hizo reírse.

—Solo fui a ver a mi novia, vive cerca de allí— levantó una ceja. —. ¿Estás dudando de mí, Ismael?

—Sí, lo estoy haciendo— arrugó la nariz y asintió al mismo tiempo. —. Ese día con las fotos de Gael te noté diferente...

—Eres un celoso, ¿porqué iba yo a interesarme en tu noviecito de turno?

—Llámame celoso, estás en todo tu derecho— hizo un ademán con su mano, sonaba despreocupado. —. Pero mientras tú sigas teniendo contacto con Alec, estoy altamente tentado a dudar de tí.

—¿Cómo sabes qué sigo hablando con Alec?

—Estoy al tanto de todo lo que mis empleados hagan bajo mi techo— Jericó bajó la mirada. —. Estoy al tanto de todo lo que pasa, no sabía que tu novia, a la cuál visitaste en otra dirección hace dos semanas, ahora viva cerca de ese edificio— Ismael se levantó para encimarse ante él.

Jericó se sintió atrapado. Ismael no se andaba con rodeos en esta ocasión, este enamoramiento era diferente al resto y no entendía el por qué.