Negociando con el Corazón || Original - #Omegaverse

Deseo

Día 17: Celo alfa.

Nota: este capítulo contiene escenas sexuales.

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La noche del club acabó bien por suerte. Estaba la parejita de la mano, bailando junto a sus amigos y bebiendo. Todo el encanto duró hasta la media noche, que fue el momento en que Ismael se sintió cansado de tanto.

Al llegar al departamento, empezaría la verdadera diversión de la noche...

A pesar de todo el tiempo que pasaban juntos, aún conservaban su distancia para los momentos en los que implicaba estar con poca ropa. Es decir, todavía se duchaban y vestían por separado. Cosa que excitaba al rubio. No salía de esa fantasía de tener a Gael con él debajo del agua, finalmente tomando su cuerpo como suyo. Siempre terminaba con una erección y con más calor que cuándo entró a darse un baño.

Esa vez algo se sentía diferente. Era un arrebato de energía tan grande corriendo por su sistema lo que lo tenía tan inquieto y con ganas de tener a su pequeño Omega gimiendo entre sus brazos. Decidió salir antes de tiempo, con la toalla a la cadera y apenas sujetada por su mano. Su piel tenía gotas de agua que corrían por sus músculos. Se restregaba la cara cuando entró a su habitación y se encontró a Gael apenas con un suéter blanco de lana puesto encima. Le quedaba enorme, era suyo después de todo. Tenía sus shorts en la mano, dejó la prenda en el piso cuando vio a Ismael en la habitación.

—¡Isma!— gritó sonrojado.

—¿Qué?— este se rió. —... Me manoseas y me besas como si nada pero... ¿De verdad te da vergüenza verme así?

—No es eso— se tapó la boca.

—¿Y?— se empezó a acercar. Gael retrocedió de a poco. —¿Qué es lo que te incómoda?...

—Es— quedó contra la puerta. Tratando de hacer un gran esfuerzo por no bajar su mirada. —... No quiero que mis feromonas— Ismael le puso un dedo en la boca.

—¿Qué tus feromonas me vuelvan loco?— echó un vistazo más a su cuerpo, sobre todo a sus piernas. —... Te ves tan lindo así vestido— le era inevitable en ese momento aguantarse las ganas.

Gael no pudo evitar su mirada intensa, ni su embriagante aroma. Movió su cabeza, revelando su cuello ante el mayor. Ismael se mordió el labio. Dejó de sostenerse la toalla para poner sus manos en sus muslos. Empezó a besarlos mientras Gael apretaba las piernas.

—¡Ismael!— puso sus manos en su cabeza, queriendo apartarlo. —¡Déjame date un supresor!

—Sh— levantó la mirada. —... Estoy en celo, Gael... Necesito esto, por favor...

Apretaba su piel con fuerza, le provocaba mucho lo suave que se sentía y lo blando de su carne. Levantó el pliegue del suéter, se encontró con su ropa interior negra ajustada. Subió por sus muslos hasta sujetar la elástica con fuerza. Miró al rostro de Gael, estaba mordiéndose una manga del suéter además de que tenía los ojos cerrados con fuerza. Ismael no vaciló en lo que quería, le bajó la prenda sin problema alguno, lo ayudó a levantar sus pies y dejó la dejó tirada en el piso. Subió hasta su rostro y de inmediato posó sus manos en sus nalgas. El calor que emanaba era increíble, nunca lo había sentido así de intenso al igual que su aroma a chocolate que lo doblegaba a actuar bajo sus órdenes. Sus labios marcaban el ritmo para el chico que parecía no incomodarle sentir la firme erección de su alfa contra su estómago.

Se fueron a la cama, para poder repasar sus cuerpos, dejando una sensación electrizante debajo de sus dedos. Tenían la mirada fija en los ojos del otro. Aquel silencio se sentía abrumador para Gael. Leer la mente de Ismael le era fácil siempre que lo quisiera desde que le mordió la mano. En esa ocasión todas sus ideas le parecían subidas de tono.