Capítulo 54

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AVISO IMPORTANTE: ¡Feliz 2022! Mi intención era publicar antes de darle inicio a este año, en verdad lo intenté, pero por desgracia atravesé una etapa complicada en mi vida que me hizo desconectarme del mundo y que gracias a Dios estoy comenzando ...

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AVISO IMPORTANTE: ¡Feliz 2022! Mi intención era publicar antes de darle inicio a este año, en verdad lo intenté, pero por desgracia atravesé una etapa complicada en mi vida que me hizo desconectarme del mundo y que gracias a Dios estoy comenzando a superar de poco. Estoy tan emocionada de volver a publicar, sobre todo un capítulo tan importante ❤️🤫. Confieso que también estoy nerviosa, me costó mucho escribirlo así que por favor, les agradecería muchísimo dejaran un pequeño comentario para saber si les gustó y así me motivan un poquito. Los quiero mucho ❤️

 Los quiero mucho ❤️

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Entonces desperté...

Bien, solo bromeaba, porque aunque no podía creerlo, era real. Tan real como mi sorpresa al escucharlo de su voz. Así que con la mente en blanco lo único que atiné hacer cuando Pao se acercó para sellarlo con un beso fue tomarla de los hombros y alejarla echándola suavemente atrás. Por la forma en que frunció las cejas, comprendí no era la reacción que esperaba. Yo tampoco, mi cerebro había hecho cortocircuito. 

—¿Lo dices en serio? —solté perplejo para asegurarme no fuera cosa de mi imaginación. Pao mordió su labio, nerviosa. Esperé no se tratara de una broma porque sería una crueldad jugar con mi corazón de ese modo.

—¿Podrías dejar de hacerlo ver como si fuera tan raro? —me pidió divertida, sonrojándose ante mi mirada incrédula que gritaba no podía terminar de procesarlo. Es que lo era, muchísimo. No era una queja, claro está, pero tampoco imaginé que fuera ella quien abriera esa posibilidad.

—Lo siento, no puedo evitarlo —confesé riéndome, pero no fue una risa natural la que se me escapó, sino una involuntaria. Fue ese pequeño detalle lo que me hizo darme cuenta había algo fuera de lo normal en el ambiente.

Honestamente no sabía qué, o quizás sí, sin embargo, me negaba a aceptarlo. Al hacerlo tenía que enfrentarme con otro fantasma del pasado y me resistía a regresar a esos días. En un intento por bloquear el dolor, agité mi cabeza y me encontré con la mirada expectante de Pao que me haló de forma natural hacía ella. Cerré los ojos acortando la distancia entre los dos, callando mis dudas con el sabor de sus labios, prohibiéndome pensar. Percibí sus dedos temblorosos apoyarse en mi pecho cuando la atraje a mí. Casi pude escuchar el sonido de su corazón, casi, lo único que me lo impidió fue el eco del mío que lo superaba. Me esforcé por concentrarme en el presente, pero aunque adoraba sus besos, ni siquiera ellos fueron capaces de despojarme de la tensión que se acumuló sobre mis hombros. 

El club de los rechazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora