VII

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Esa maldita risita era tan...

—Lilyan...—murmuré— ¡Cuando te encuentre, vas a lamentar haber nacido!

Solté un rugido y seguí su rastro hasta un balcón donde estaba sentada.

—Vaya, hola, Melanie, moría de tanto buscarte, hasta encontrarte aquí, sola, con esa blusa blanca y esa falda roja, que me excita demasiado...

Se subió a mis piernas y suspiró en mi cuello, mientras desabrochaba lentamente los botones de mi blusa.

—Tu cuerpo es tan delicioso...—Sus labios rozaron mi pecho, intenté resistirme, pero no podía, poco a poco bajó hasta mis pezones donde emití un suave gemido de placer.

—Basta...—Le pedía mientras mordía suavemente mi areola.

Mi vista comenzó a tornarse borrosa mientras ella y yo nos fundíamos en un apasionado beso correspondido, a pesar de todo lo que había pasado... me había enamorado de ella

—Esto lo voy a disfrutar...—Murmuró a mi oído mientras subía mi falda y quitaba mis bragas.

— ¡Oh, no, no lo harás! —Rugía furiosamente Brian.

Perspectiva de Brian.

Observé a Melanie, quien comenzaba a seguir un rastro, intenté hablar con ella, pero no escuchaba.

—Guíame hacia donde ir...—Murmuré.

Sentí un leve aroma a...

—Lilyan, perra, esta vez voy por ti...—Me transformé en lobo y comencé a seguirla en silencio.

Subí las casas y observé a Lilyan quien estaba en la azotea de un café cercano.

— Vaya, hola, Melanie, moría de tanto buscarte, hasta encontrarte aquí, sola, con esa blusa blanca y esa falda roja, me excita demasiado... —La escuché decir.

"¡Encima te quieres meter en la cama con mi novia!", pensé.

Solo pude ver como ambas se besaban apasionadamente.

—Esto lo voy a disfrutar...—Decía la voz de Lilyan.

Tomé impulso y salté hacia donde estaban las dos.

— ¡Oh, no, no lo harás! —Rugí con fuerza y me abalancé sobre su cuello.

El trance de Melanie se rompió mientras Lilyan desaparecía entre risitas.

— ¡Cobarde! —Exclamé mientras cubría de ropa a Mel.

—No importa, así aprovechamos y salimos de aquí con la forma lobuna...—Se transformó en loba y aulló.

Saltamos del establecimiento y corrimos a casa, no quería hablar con ella.

A la mañana siguiente.

Desperté temprano y me quedé mirando al horizonte que traía consigo el amanecer.

—¿Sucede algo? —Me preguntó Melanie, estaba consternada.

—¿Qué es lo que quieres que diga? —Le pregunté seriamente—, ¿ver a mi novia siendo seducida por mi mayor enemiga?

Le pregunté sin alterarme.

Se encogió de hombros mientras bajaba las escaleras y desayunaba un sándwich.

Mientras lo preparaba, usé mi oído y escuché un suspiro en el piso de arriba.

No quería activar mi vista lobuna para ver de lo que se trataba, sin embargo, la activé. Estaba leyendo una carta.

Salí corriendo de casa mientras la oía bajar rápidamente.

Una gran historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora