XXII.

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Comenzó a tocar mis pezones, los cuales se endurecieron al tacto.

"Ayúdame, no se en que carajo me metí...", intenté comunicarme con Lilyan.

—¿Qué te hace pensar que no he estado con una chica antes? —Le pregunté.

—Siempre me han causado curiosidad las chicas bisexuales, como son en el sexo, sin duda sería lindo conocerte desnuda y en mi cama... —Me respondió con picardía.

—Al menos dame una copa o algo, que no me siento cómoda contigo. —Le confesé con severidad.

Marion soltó una risita.

—Vaya que me gustas demasiado...—se mordió los labios— esa actitud, esa pasión, tú eres oro puro...

Subimos a la cubierta. Intenté buscar mi barco, pero no lo encontré, solo los barcos que hacían de escoltas.

—Hermoso paisaje, ¿no crees? —Me preguntó Marion.

—Claro que sí, pero cuéntame, ¿Qué es lo que hacen en este barco...? —Le pregunté con una sonrisa.

—Soy una justiciera, con mis hermanas intentamos defender a las personas que no se pueden defender, sin embargo, ellas se están descarriando del camino...

Bajó la mirada, sus lágrimas cubrían sus ojos. Oí sus latidos, estaba diciendo la verdad.

"Perfecto, no está mintiendo", pensé.

—¿Y por qué no haces lo que tanto quieres? —Le pregunté mientras observaba a lo lejos barcos de licántropos enardecidos.

—¡Ahora no te puedo decir, corre a esconderte, en el camarote!, ¡todos los demás, a sus puestos de combate!

Ordenó con fuerza la capitana.

Cumplí con su orden y fui a esconderme, sin embargo, noté una ventana abierta en el cuarto.

Me quité la ropa y salté por la ventana.

Observé a lo lejos, la bandera de mi barco. Buceé hasta ella y subí al barco transformado de vuelta.

— ¡Paren todo, denme tiempo, estoy descubriendo lo que está sucediendo! —Le pedí a Lilyan.

—¡Eso intento, pero no se detienen! —Embistieron a un barco enemigo.

Me concentré e intenté entrar en los oídos de todas las personas sin que me escucharan del otro lado

—¡Alto al fuego! —exclamé—, necesito tiempo, déjenme actuar...

Les pedí a todos.

Finalmente anunciaron sus retiradas con un aullido masivo.

— ¡Estoy orgulloso de ti! —Mencionaron Eve y Lilyan.

Les sonreí y me zambullí en el agua. Volví lo más rápido que pude al barco transformado en aquella mujer.

Esperé dormido en la cama, luego de unos instantes, apareció ella.

— ¡Que gusto me da verte bien! —Me levanté de la cama y exclamamos al unísono.

Nos fundimos en un abrazo.

—¿Quiénes nos atacaron? —Le pregunté fingiendo preocupación.

—Unos hombres malos, pero no te preocupes, los cobardes se han retirado...—me sonrió—¿Qué te parece un trago?, para conocernos un poco mejor.

Accedí con una sonrisa.

—¿Cuál es tu bebida favorita? —Le pregunté mientras bajábamos unas escaleras.

Una gran historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora