XXXII.

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—Cuando era niño solía ser bastante tímido, los niños solían hacerme bromas muy hirientes, siempre burlándose de mi cabello, aquello alejaba a las mujeres de mí—una lágrima rodó por mis ojos—un día después de clases y que una chica me hubiera rechazado frente a toda la escuela, salí envuelto en llanto y corrí hacia el bosque.

—¿Qué pasó después? —Preguntaron, estaban muy interesadas en el relato.

—Al hacerlo, me tropecé con los frondosos árboles que oscurecían el camino, estaba perdido y comencé a llorar—Eve me limpió las lágrimas—, las horas pasaron hasta que anocheció y en el cielo escuché un chillido, era un ave sobrevolando el bosque a la luz de la luna.

Lilyan se quedó sorprendida.

—¿Qué ave era? —Me preguntó.

—Un pequeño jilguero me avisaba que cerca de mí había peligro, cerré los ojos y escuché unos pasos delatados por las ramas, eran cazadores, muchos de ellos, una cazadora me ahorcó por detrás...

—¿Qué pasó después? —Preguntó Eve llena de tensión.

—Mi madre lo atacó por detrás y le colocó un cuchillo en la garganta, Brian se defendió emitiendo fuertes chillidos, los cuales alertaron a los animales, los cuales aparecieron de todas las esquinas, como una magia muy antigua...

Respondió Lilyan llena de pena.

—Todos los cazadores habían muerto por heridas de diferentes animales y los cuervos se habían dado un festín después de aquella noche, uno de los animales casi mataba a la madre de Lilyan...

Les conté a todos mientras un dulce jilguero se posó sobre mi brazo.

—Dale un poco de las semillas, y colócalas en su mano. —Le pidió Lilyan.

Me dio un pequeño puño de mijo.

—Come, dulce pajarito... —Sonreí

Hablé dulcemente con el ave quien comió alegremente. Al sentirse saciado, emitió un silbido.

—¿Gustan un poco? —les pregunté a las chicas— dice que están deliciosas.

Entre todos comimos aquellas semillas mientras el pájaro se alzaba en vuelo.

Me quedé dormido luego de unos minutos.

—Dulces sueños, papá...—Eve me dio un beso en la mejilla.

—Te amo Eve, como no tienes idea. —Nos abrazamos dulcemente.

Se fue a dormir mientras preparaba un encantamiento para un buen sueño.

A la mañana siguiente.

Desperté temprano con el cantar de los pájaros, y un cuervo a la lejanía.

Aquel cuervo llegó con rapidez.

—¿Qué es lo que sucede? —Le pregunté mientras se posaba sobre una rama.

Comenzó a graznar, me comentó que había un enorme ataque que se iba a producir en Inglaterra, en Warwick.

—¿Espera, quienes intentan atacar? —Le pregunté.

Me respondió con un graznido.

— ¿La manada que recluté hace tiempo? —Volví a preguntar.

Asintió el cuervo.

— ¡Voy para allá, gracias por avisarme! —Las chicas se despertaron.

—¿Qué sucede?, ¿cómo te ayudamos? —Me preguntaron las chicas.

Una gran historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora