XXXVI.

3 0 0
                                    


Lancé un aullido y comencé a buscarlo.

— ¡Concéntrate en el rastro de sangre, pero no dejes que te domine la bestia!

Mis ojos comenzaron a brillar con intensidad, alumbrando un camino entre la lluvia torrencial.

— ¡Vamos! —Exclamé mientras corríamos a una torre en las colinas, fuera de las murallas.

Ahí estaba Edgar muy malherido y con dos muertos a su lado.

—¿Qué fue lo que hiciste? —Le pregunté mientras corría a abrazarlo con fuerza.

— ¡Me querían llevar de nuevo al mar para luego matarte, ellos no son mis padres, pero si tu gente que ahora te traicionó! —Su encantamiento de ilusión se desvaneció, dejando ver a Yoko y una persona la cual no reconocía.

—¿Qué les pasó, a tus verdaderos padres? —Le pregunté tímidamente.

Las lágrimas brotaron de sus ojos.

—Los dos están muertos, asesinados por Astrid, y ahora me vengué de ella matando a dos personas muy importantes.

—¿Tienes un plan de como derrotaré a Astrid? —Le pregunté mientras usaba un hechizo de teletransportación y volvíamos al castillo rápidamente.

—No vas a ir solo...—Escuché la voz de Lilyan detrás de nosotros.

Me asusté al escuchar su voz.

— ¡Vamos, que alguien traiga vendas! —Ignoré su comentario.

—¿Qué fue lo que le pasó? —Me preguntó.

—Mis padres intentaron asesinarme...—Respondió Edgar.

Lilyan estaba confundida.

Comencé a vendarlo poco a poco.

—Ahora sí, ¿puedes decirme como planeas meterte en Noruega a matar a Astrid? —Me preguntó Lilyan.

—Debo hacerlo solo, ya perdí a mucha gente, y no voy a perder a nadie más, esto me corresponde solo a mí, no quiero que alguien más sufra por mi culpa...—Bajé la cabeza.

—Ya te dije muchas veces, que lo que sea, lo haremos juntos, no voy a arriesgarme a perderte...—Me robó un beso en los labios Lilyan.

Edgar se puso celoso.

—No te pongas así, lo traeré con vida, nos casaremos y podrás ser suyo por fin...—Le sonrió Lilyan.

Lilyan le explicó nuestra situación y comprendió.

—Para hacer nuestro plan, tendremos que usar un Drakkar, ella siempre usa los barcos para saquear.

—Parece que alguien vive en la edad vikinga...—Nos reímos.

Edgar afirmó con una sonrisa.

—¿Cuándo tendremos listo el barco y donde estará ubicado? —Le interrogué mientras mirábamos el mapa de Inglaterra.

—Estará ubicado en Mablethorpe, lo tendrás mañana al mediodía. —Me respondió mientras soltaba un bostezo, tenía tanto sueño.

Lilyan se dio cuenta y me cargó en brazos.

—¿Qué haces? —Le pregunté.

—Debes descansar, si Edgar tiene razón y terminas mañana con todo esto, deberás descansar primero, recuperar tus fuerzas, al igual que tu chico. —Me besó la frente.

—Te amo tanto, gracias por...

Interrumpió mis palabras con un beso dulce y sincero.

—Dímelo cuando volvamos a casa, con Eve.

Una gran historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora