Cuando tus ojos me miren

Capítulo 10: Rayo se hizo caca

DAMIÁN

Se suponía que la familia de Violet ya estaba en el departamento, al menos eso me había escrito junto a unos emoticones llorando y congelados. No me apresuré en llegar, incluso pasé a comprar comida para Rayo. Saludé a la señora Clara en la recepción quien no tardó en decirme todas las personas que habían subido a mi departamento. De seguro estaban algo apretados en la sala.

Me reí un poco pensando en la histeria de la platinada al no saber qué hacer.

A mí no me interesaba caerle bien a las personas, menos si se trataba de personas que estaban en mi territorio, así que no me ponía nervioso por casi nada.

Introduje las llaves en la puerta y cuando empujé la puerta y la cerré a mi espalda sentí muchas miradas puestas en mí. La cantidad de personas esparcidas en la sala llamó mi atención, incluso más que sus cabellos claros.

—Hola —les dije.

Dejé la mochila encima del mesón.

La primera en acercarse a mí fue una chica de cabello un poco más oscuro que Violet, me sonrió con mucho entusiasmo y enseguida me dio un pequeño abrazo que no recibí con demasiada emoción. Saludé al chico que estaba a su costado y luego me enfrenté a sus padres.

—Hola, soy Damián —me presenté.

Su padre que era un hombre alto, robusto y de ojos idénticos a los de Violet era algo intimidante, pero cuando apretó su mano con la mía esbozó una sonrisa que me transmitió más tranquilidad. Pero su madre no. Su madre se quedó mirándome de pies a cabeza, inspeccionándome.

—Hola Damián, soy Megan, la madre de Violet —se presentó. Mantuve la distancia.

—Y él es Damián, mamá, mi novio —se adelantó Violet y yo no pude evitar sonreír. Me causaba mucha risa estar fingiendo, pero ellos no se percataron de eso.

—¿Cómo te fue? —me preguntó Violet mirándome directamente a los ojos, estaba tensa.

—Todo bien... —le respondí. De pronto, Rayo salió corriendo por el pasillo y se detuvo en seco al ver a tantas personas, miró por un momento a todos y sus patitas se fueron directo a Violet quien lo cogió entre sus brazos y lo acurrucó —Él es Rayo —se los presenté —Mi...nuestro gato.

—¡Que lindo! —exclamó la hermana de la platinada acercándose a Rayo. —¿Cómo es que pudieron adoptar a un gato? Violet ni siquiera cuida de ella misma —bromeó y todos rieron consiguiendo que el ambiente se alivianara.

—¿Quieren algo? ¿Té, agua, gaseosa? —les pregunté.

El único que aceptó un vaso con agua fue el novio de Morgan, que ahora sabía que su nombre era Jacob.

Cuando entré a la cocina sentí unos pasos seguirme, me giré y vi a Violet.

—¿Qué ocurre?

—Quieren ir a comer afuera... ¿Crees que Patrick pueda guardarnos una mesa y...?

—Lo llamaré.

Llené el vaso con agua y ambos salimos a la sala, le tendí el vaso a Jacob y miré al padre de Violet.

—Damián trabaja en un restaurant mexicano, podemos ir allí ¿no?

—¡Claro! —se animó Morgan.

—¿De qué trabajas? —me preguntó Megan, la madre.

—Soy como...

—El chef —se adelantó Violet y yo negué con una sonrisa.