Capítulo 32: Un bicho bonito

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VIOLET

El departamento al que llegamos esa tarde estaba situado en medio de la ciudad. Damián por supuesto conocía cada rincón por el que andábamos sin temerle a que las calles en este sitio eran mucho más sombrías de lo que imaginaba cuando él mismo me contaba acerca de su ciudad.

Por la mañana habíamos desayunado con su madre, él se abstuvo de contarle sobre el concurso que acababa de ganar pese a mis ganas de contarle a todo el mundo sobre las cosas que estaba logrando. Y ahora estábamos frente a una puerta café oscuro en un pasillo relativamente antiguo. Damián solo había mencionado que iríamos a ver a un par de amigos, que no les había avisado que estaba en la ciudad, pero seguramente se alegrarían de verlo.

Tocó el timbre y luego se oyeron pasos dentro del departamento.

—¿Y si no les caigo bien?

Se rio.

—Eres un bicho bonito, les caerás bien.

Guardé silencio hasta que la puerta se abrió frente a nosotros.

Era un chico alto como Damián, con el cabello cortísimo y de ojos cafés. Tenía tatuajes hasta en el cuello, se veía intimidante. Retrocedí un paso, pero ni siquiera me notaron, solo vi que sus ojos se abrieron todavía más y se acercó a abrazar a Damián con fuerza sobrehumana. Bueno, quizá estoy exagerando, pero esas palmadas en la espalda —mutuas, por cierto— no eran normales.

—¿Por qué no me dijiste que estabas aquí, hijo de puta?

Eso tampoco era normal.

Pero sonreí cuando noté que Damián también estaba sonriendo y realmente se veía feliz de ver al chico que tenía en frente.

—Llegué anoche —comentó él. Se separaron un poco y Damián dio un paso hacia atrás para que me viera, por supuesto que ni me había visto. Pestañeó mirándome. —Ella es Violet. Violet, este es Daven.

Sus ojos oscuros me recorrieron de pies a cabeza y alzó una ceja.

—Hola —mostré la mejor de mis sonrisas para no ser asesinada.

Él sonrió de medio lado.

—Hola —luego fijó la mirada en Damián. —¿La sacaste de una cajita de porcelana?

—Más bien de una maleta rosa chillón.

Se rieron.

—Un gusto, Violet —se acercó a mí y besó mi mejilla. —Soy el amigo más guapo de Damián.

Sonreí.

No tardó en hacernos pasar a su departamento, era muy grande. Damián caminó dentro como si fuera su casa, pero yo lo único que hice fue quedarme estática al costado de una mesa de centro.

—A Owen le dará un infarto cuando sepa que estás aquí —le dijo el chico.

Damián sonrió.

—Llámalo para que venga.

Otros pasos se escucharon en el pasillo.

—¿Quién tocaba, Dav...? —se oyó la voz de una chica que de pronto se cortó, no alcanzaba a verla, pero antes de poder moverme para ver de quien se trataba, ella caminó más rápido dejándose ver. —¡Damián! —gritó. Y lo abrazó con fuerza.

Era una chica delgada y de cabello rojizo.

—¡No puedo creer que estés aquí! ¿Cómo estás? —se separaron.

—Bien... mejor —contestó Damián. Luego se giró y todas las miradas se posaron en mí. —Te presento a Violet. Violet, ella es Paige, la novia de Daven.

Cuando tus ojos me mirenWo Geschichten leben. Entdecke jetzt