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POV Cameron

Contesté la llamada de Skyler a las tres de la mañana aunque me pareciera demasiado tarde como para contestar. Ya no era mi trabajo, pero ver su nombre en la pantalla me provocó un mini infarto, porque en todo el tiempo en el que había trabajado para su padre, jamás me había llamado, a no ser que fuera una emergencia, y que lo hiciera sabiendo que ya no era mi trabajo, significaba que podía ser algo urgente.

Bajé corriendo al garaje y saqué uno de los autos de mi tío para ir a por ella a la dirección que me había mandado. Ni siquiera era una gran mansión, solo una casita algo alejada de la gente, pero eso no quería decir que no tuviera música alta y ruidos de gente en el interior del lugar.

Skyler estaba sentada, o bueno, más medio dormida sobre sus piernas en las escaleras de la entrada. Me bajé del auto y me acerqué hasta ella. La rubia apestaba a alcohol y un poco a vómito, pero no me importó, la ayudé a levantarse y la metí en el asiento del copiloto.

—¿Por qué no avisaste a Lucca?— le pregunté al entrar en el auto. Le avisé a Giovanni que la había recogido y puse mis manos en el volante.

—Porque es incómodo verlo desde que hice que lo echaran.

Pulsó el botón para bajar la ventanilla y me miró.

—¿Por qué llevas un pijama?— me preguntó.

—Con las prisas salí de casa sin siquiera preocuparme por lo que llevaba puesto.

—Odio esos pijamas.

Miré mi pijama, no tenía nada de extraño. Era un pijama de pantalón largo y con camisa. Era blanco con rayas verticales verdes.

—¿Qué dices?

—Pues tiene botones como si fuera una camisa de vestir. Son los que usa la gente mayor para dormir, me parecen extraños.

El resto de la conversación fue básicamente ella explicándome por qué mi pijama era muy hortera, antiguo y encima horrible.

Llegar a mi casa no fue complicado, pero debo admitir que casi me pierdo un par de veces al ir prestando atención a que Skyler no vomitara el auto.

—Ven, vamos.

La saqué del auto y la subí a la mansión por las escaleras, agarrándola de la cintura para evitar que se cayera al piso. La llevé al baño y vomitó un par de veces, hasta que salió y me miró con los ojos cansados. Entre tantas vueltas, al final nos fuimos a dormir a las cinco de la mañana.

Se cambió de ropa y se negó a ponerse uno de mis pijamas porque le parecían feos, así que durmió en ropa interior de nuevo.

Apagué la luz y me acosté del otro lado para poder dormir, pero ella se agarró a mi cuerpo y metió su cabeza por mi cuello.

—Te quiero, Cameron. Pero soy demasiado orgullosa para admitirlo— susurró en mi oído.

Prometo que en ese momento se me detuvo todo. Ella se quedó dormida al instante y yo me acosté en el sofá que había en mi cuarto al lado del armario.

No dormí demasiado porque logré conciliar el sueño casi a las seis y media. Casi dos horas de sueño fueron muy pocas para todo lo que tuve que procesar ese día.

Por la mañana Giovanni pasó a recoger a Skyler, casi a las ocho.

—Está aquí.

La señalé sobre mi cama, bajo las sábanas, durmiendo como si anoche no hubiera vomitado hasta el alma.

—Tienes una pinta horrible. ¿Te dio demasiado la lata?

—Para nada...

—¿Entonces?— me miró con una sonrisa pícara.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Where stories live. Discover now