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POV Skyler

Quise creerle a Cameron cuando me dijo que iba a terminar unas cosas y se iría a dormir, pero en el fondo sabía que eso eran mentiras suyas, que en realidad ella no iba a terminar su trabajo hasta la una de la madrugada, que fue a la hora a la que realmente vino.

—Dijiste que iban a ser un par de minutos, y se convirtieron en varias horas.

—¿Sabías que Matteo y Dante tienen algo? —Me cambió de tema muy bruscamente como para no darme cuenta de que ella en realidad no quería hablar sobre eso.

Sacó uno de sus pijamas de anciano del armario y se desvistió delante de mí. Me costó intentar desviar la mirada de su cuerpo, pero más me costó no acercarme a ella y besarla con todas mis ganas.

—Deja de mirarme tanto.

—No sé de qué me hablas.

—De tu mirada morbosa. No estoy ciega del todo, puedo verte de reojo.

—¿Mirada morbosa? Ya quisieras tú. —Dije haciéndome la desinteresada. Ya quisiera yo tener su cuerpo sobre mi cama.

Entró al baño a lavarse los dientes y cuando volvió, se acostó a mi lado en la cama y se arropó con las mantas.

—Buenas noches, que descanses. —Me dijo al oído.

—Igualmente.

Acto seguido la abracé y esperé a que ella se durmiera para dormirme yo, aunque no caí en cuenta de que ella se estaba haciendo la dormida lo suficientemente bien como para hacerme creer que se había dormido.

Para eso de las cuatro de la mañana, sentí que la chica se removía de mis brazos, así que ahora fui yo la que fingió que seguía dormida y la dejé que saliera de la cama. La vi acariciarse el pelo y ponerse las zapatillas. Abrió la puerta de su habitación y salió con la linterna de su móvil prendida.

Quise saber qué diablos pasaba con ella y por qué se levantaba a esa hora, pero tal vez era que simplemente se había levantado a beber agua, así que la esperé unos cuantos minutos, hasta que me di cuenta de que en la mesita de noche había un vaso con agua. Yo también me levanté y decidí buscarla por la casa, hasta que la encontré merodeando los pasillos de la planta baja, quién sabe en busca de qué.

—Cameron.

Pegó un brinco y apuntó su linterna hacia mí.

—¿Qué haces despierta a estas horas? —Me preguntó.

—Lo mismo que tú.

—Vine a por un vaso de agua.

—Llevas casi media hora dando vueltas. Vuelve a la cama, por favor.

A regañadientes, aceptó y volvió a recostarse en la cama conmigo, esta vez fue ella quien me abrazó, así que si en cualquier momento sentía que me soltaban, sabía que sería ella.

Al despertarme, salí de las sábanas y me froté los ojos. Cameron no estaba en la habitación, así que supuse que se había ido a su despacho para trabajar. Ya eran las nueve de la mañana, así que le escribí a mi padre y bajé a desayunar.

En la cocina no había nadie más que Mirtha, la asistente de Cameron. 

—Buenos días, señorita.

—Buenos días, Mirtha.

—¿Quiere que le prepare algo?

—No, gracias. Yo misma me preparo algo.

—Si necesita algo me avisa.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Where stories live. Discover now