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Como era previsto, mis contactos hicieron todo lo posible para dejarme el camino libre y poder quedarme con mis hermanos.

La última vez que había ido a un juicio había sido para cerrar mi caso, y volver a sentarme en la sala judicial me traía recuerdos.

No había mucho público, no más que Skyler y unos estudiantes de derecho que habían pedido permiso para observar el juicio. Mis hermanos estaban sentados fuera con nuestra vecina, que había aceptado venir a testificar a nuestro favor.

El juez y los fiscales entraron a la sala y nos pusimos de pie. En cuanto el juez se sentó y tocó el mazo, todos nos sentamos.

—Se declara abierta la sesión. Por la Señora Secretaria, se va a dar lectura a los escritos de acusación y defensa.

Una mujer trajeada se levantó y empezó a leer un papel.

—Cameron Romani pide la patria potestad y custodia de los menores, Gianluca Brooks y Andrea Brooks, además denuncia una situación de negligencia en el cuidado, higiene y alimentación de los menores, además de una situación de adicción a narcóticos y maltrato infantil por parte de los acusados. Marco Brooks y Bianca Romani son acusados de las anteriores negligencias.

—Marco Brooks, póngase en pie —mi padre arregló su traje y se paró—. Se le informa de su derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable. Si va usted a declarar, únicamente responda a las preguntas del Ministerio Fiscal.

—Me declaro culpable, señoría.

Había intentado negociar con mis padres que se declararan culpables si no querían que las consecuencias fueran más grandes. Mi padre, por supuesto aceptó, pero mi madre dijo que iba a pelear por sus hijos hasta el final, así que supe que ella sería la que complicaría las cosas, sin embargo, sabía que mi madre le guardaba cierto respeto a la mafia y que no se le ocurriría decir cosas sin sentido que pudieran perjudicarme.

—Marco Brooks, queda declarado culpable de los anteriores cargos. —Volvió a sonar el mazo.

Mi padre volvió a sentarse en el banco, rendido y me dio una mirada triste. Luego miró a mi madre, que no podía creerse que él se hubiera declarado culpable.

—Bianca Romani, póngase en pie— se levantó y me dedicó una mirada fría— Se le informa de su derecho a no declarar contra sí misma y a no confesarse culpable. Si va usted a declarar, únicamente responda a las preguntas del Ministerio Fiscal.

—Declaro.

El fiscal se levantó e interrogó a mi madre.

—¿Bianca Romani, niega usted consumir narcóticos o sustancias estupefacientes? ¿Niega usted las negligencias cometidas? No hay más preguntas, señoría.

—Se aceptan las preguntas. Bianca Romani, responda a las preguntas del Señor Letrado.

—No consumo sustancias y cuido de mis hijos, señoría.

—Protesto, señoría— respondió Giovanni.

—Se le da el permiso de la palabra al abogado de la defensa.

—La acusada tiene una adicción a las sustancias tóxicas desde hace años.

—¿Hay pruebas?

—Pruebas y testigos. —Giovanni sacó su carpeta con las imágenes impresas y se acercó a la tribuna para entregarlas.

Después de enseñar todas las imágenes a los fiscales, el juez revisó una lista con testigos e hizo pasar a la señora.

—Pase a la sala la señora Jordyn Smell.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Where stories live. Discover now