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POV Skyler

Si había algo que iba a extrañar de Cameron, a parte de sus pequeños grandes detalles, su forma de ser conmigo y su simple compañía, era el buen sexo. 

Jamás me había sentido tan bien en ese sentido, ni con hombres ni con mujeres, ella sabía dónde y cómo tocar, y sobre todo, me encendía a niveles que no entendía. No comprendía cómo podía estar tan caliente con ella, era algo inexplicable, simplemente pasaba y no quería que se detuviera jamás.

Por la mañana la primera en despertarse fui yo, probablemente porque la que más hacía era ella y porque el trabajo solía agotarla, pero al menos ya había vuelto a dormir correctamente y me alegraba. No sabía qué sucedería si yo no estaba junto a ella para calmarla a la hora de dormir o al despertarla de una pesadilla.

Desayunamos y pasamos casi todo el día juntas, al menos hasta un poco más tarde de las cuatro, cuando quedé con Nat para desatrasarnos y ponernos al día de todo lo que había sucedido.

—¿Entonces ya es oficial? ¿Es tu novia?—cuestionó mi amiga emocionada.

Con todo lo que había pasado, nos habíamos saltado la parte de ponerle una etiqueta a lo nuestro, y la verdad tampoco es como que tuviéramos alguna prisa en hacerlo. Estábamos bien sin definir la relación, así que no había de qué preocuparse. Mientras todo marchara bien, las dos estábamos bien.

—No le hemos puesto etiquetas.

—Follas con ella, duermes con ella, haces cosas de novias con ella. ¿A qué esperas? —exclamó.

—No sentimos la necesidad de hacerlo. Así estamos bien. Tampoco es como que tú le hayas puesto un nombre a lo que sea que tienes con Eliza.

—Eso es diferente, Sky.

—¿En qué? Tú y ella sois iguales a Cameron y a mí —reproché— ¿O acaso Massimo tiene algo que ver en todo esto?

—¿Massi? No, él no. Sabes que no hay nada con él.

—Literalmente es lo mismo que tengo yo con Cameron.

—Opina lo que quieras, pero no es así. ¿Cuándo piensas pedírselo?

No iba a pedírselo. Yo me iría y sería más complicado, sin ponerle etiquetas no estábamos obligadas a tener que hablarnos todos los días, ni siquiera sentiría la presión de hacerlo. O bueno, sí la sentiría, pero sería peor saliendo. Prefería irme tranquila, sin pensar en lo que podría pasar.

—Que te vayas y no sea tu novia no quiere decir que los sentimientos sean menos.

Nat tenía razón, pero no quería hacerlo oficial. Sentía que sucedería algo como cuando una pareja se casa, empezarían las discusiones, pelearíamos y terminaríamos mal. Estaba bien con lo nuestro. Las dos nos gustábamos y ser novias no lo cambiaría.

—¿Y Eliza?

—No lo sé. De un momento a otro dejó de hablarme.

—¿Has probado a escribirle?— sabía que mi amiga era muy orgullosa, así que no le escribiría si ella no lo hacía.

—No... Pero es mi ex, no siento que sea buena idea...

—¿Por qué no iba a ser una buena idea?

—Porque la dejé para venir a liarme con Massimo.

Natalia siempre hacía eso, fuera quien fuera su pareja del momento, la dejaba para volver con Massimo en el verano. A ella nunca pareció importarle, pero al parecer con Eliza era diferente.

—¿Y te sientes mal por eso? —le pregunté.

—Pues sí. No debí hacer eso. Ella me gusta mucho.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Where stories live. Discover now