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POV Cameron

Francesco había conseguido programar en menos de una semana la reunión con los japoneses que me venderían varios locales en Tokio.

Me arreglé para la reunión y me puse algo de colonia antes de salir. Skyler ya me esperaba sentada en el borde de la cama, con un vestido rojo algo escotado.

—Fran llamó mientras te vestías, dijo que ya está en el restaurante, dice que los japoneses se retrasarán media hora, así que tenemos tiempo de sobra para llegar— me informó pasándome el teléfono.

—Bien... Nos vamos— puse mi pistola en mis pantalones y salí del cuarto— ¿Tu padre está de acuerdo con que vengas a la reunión como mi acompañante?

—No me hubiera dejado siquiera pisar el aeropuerto si no fuera así. Vámonos ya.

Salimos del hotel y entramos al auto que nos esperaba en la entrada. El chófer nos llevó hasta la oficina que reservamos en el centro para la noche.

El camino no se me hizo muy largo, porque Skyler me habló sobre una reunión que su padre tuvo con unos japoneses, pero en ese caso era con la Yakuza, no con unos simples negociantes.

Al llegar, aparcamos en el garaje y entramos al edificio. Dentro había una chica, que nos llevó hasta el ascensor y nos subió hasta la planta número veinte. Skyler metió su brazo por el mío y los entrelazó.

Habían dos de mis hombres parados a los lados de la puerta en el pasillo, nos abrieron la puerta y nos dejaron pasar. Dentro, también habían otros dos de mis hombres, en caso de que algo sucediera.

Al abrir la puerta vi a Francesco sentado en una silla junto al traductor que mi consejero me había conseguido. Los dos se levantaron de las sillas y se acercaron a nosotras.

—Cameron, él es Massimo, ya le he explicado qué debe hacer.

Miré mi reloj, faltaban cinco minutos para la reunión, sólo quedaba esperar.

Pasado ese tiempo, los japoneses entraron a la sala y nos saludaron con un apretón de manos. Naoki Fujiwara, el hombre con el que hablaría, llevaba un traje negro y una corbata negra planchada. Era algo gordinflón y tenía una calva en la cabeza, además apestaba a whisky y tabaco. Lo noté extrañado, así que mandé a Massimo adelante.

—El señor Fujiwara dice que esperaba a un hombre de negocios, no a una simple mujer— tradujo el chico.

—Dile que no hay ningún hombre. Que yo tomo las decisiones aquí.

Dijo un par de cosas y el japonés me ofreció la mano dudoso y la tomé.

Tomamos asiento en la mesa y saqué el contrato con las cláusulas del maletín y los coloqué sobre la mesa.

—Dice; ya leí el contrato y estoy de acuerdo con las normas, pero quiero más dinero a cambio— tradujo Massimo— Es muy poco dinero para poner en peligro los negocios de mi familia.

—Dile que ese dinero es todo el que voy a ofrecerle. Que no va a ser ni mucho más, ni mucho menos.

Mi traductor se lo comunicó al hombre, que sacó un puro y le prendió fuego, aspiró el humo y me miró, luego miró a Skyler de arriba a abajo y le sonrió. Dijo un par de cosas y Massimo me miraba nervioso.

—¿Qué pasa?— dije— ¿Qué dijo?

—Este...— lo miré seria— Dice que si no le vas a dar más dinero, que al menos le des a la chica...

Si estaba en lo correcto, Fujiwara buscaba que le vendiera a Skyler, pero le preguntaría para evitar malentendidos.

—Pregúntale... ¿Qué chica?

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon