↳ «17» 🐾

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Esa misma noche Kenny me prestó su bicicleta para que volviera a casa, y eso pensaba hacer, pero a medio camino me desvié inconscientemente hacia la casa de Stan. Necesitaba verlo, necesitaba tener sus mejillas entre mis manos y sentir su aliento cerca. No podía sacarme de la cabeza sus palabras en el asiento trasero del coche.

Al llegar me baje de la bici casi de un salto, la lancé al suelo y toque la puerta como si se me fuera la vida en ello. Stan abrió enseguida y me miró sorprendido. Pero no le di tiempo a hablar.

Me arrojé entre sus brazos y tomé su rostro con mis manos. Nuestros labios se unieron con fuerza, una y otra vez, hasta quedarnos sin aliento.

— ¿(t/n)?

Pestañeé. Estaba de pie ante su puerta, muda, creando escenarios en mi cabeza. ¿Qué creía que iba a suceder al venir aquí? Ahora que se me había pasado la adrenalina me sentía completamente desubicada.

—Hola—atiné a decir.

Stan estaba precioso, tenía el cabello mojado recién salido de la ducha, una chaqueta de jean y pantalones ajustados. Tanteaba sus bolsillos, como buscando algo.

— ¿Estas por salir? Vengo en un momento inoportuno, lo siento, debería irme.

Levante la bici del suelo, pero él me tomó del brazo para detenerme.

— ¡No! —se aclaró la garganta— Es decir, ven conmigo. Voy a casa de Clyde a una reunión tranquila entre los chicos, pero la verdad es que sería demasiado aburrido sin ti.

Sonrió y me guiño el ojo intentando hacer una broma, pero se lo veía incómodo y casi tímido.

Miré mi ropa, una camiseta básica y unos leggins, y luego lo miré a él.

— ¿Estoy como para ir a una reunión de chicos?

—Estas hermos...—comenzó a toser—. Estas bien, no te preocupes, vamos.

Sacó las llaves del auto de su padre y abrió la puerta del acompañante para que me subiera, para luego subirse él.

Estar con el dentro de un auto otra vez me erizaba la piel.

Arrancó el coche y, luego de un par de calles en silencio aparcó el auto de un frenazo. Miré por la ventana, pero no vi la casa de Clyde, de hecho, no vi absolutamente nada más que árboles. Estábamos en la entrada del bosque, muy lejos de casa de Clyde.

Algo parecido al miedo se apodero de mí y pose mi mano disimuladamente en la puerta del coche, dispuesta a abrirla en caso de ser necesario.

Stan seguía en silencio, mirando hacia adelante y con las manos en el volante.

— ¿Por qué viniste a casa, (t/n)? — lo decía casi como si le doliera.

—Yo...quería...quería hablar contigo.

No entendía por qué mi nerviosismo. Era Stan, nunca haría nada para lastimarme.

Finalmente se volvió hacia mí, y su mirada de verdad me asusto. Sus ojos brillaban con una luz espectral, me atrevería a decir que hasta sobrenatural. Y sus pupilas estaban tan dilatadas que temí que fueran a estallar.

Respiraba con dificultad y presionaba las manos en el volante con fuerza.

— ¿Por qué viniste? No deberías...—apretó los ojos y bajo la cabeza, respirando por la nariz— Tu olor...me...

— ¿Estas...bien? ¿Stan?

Presione mi mano contra la puerta, dispuesta a salir, pero no podía dejarlo ahí. Finalmente pareció calmarse, puso la llave en el contacto otra vez y arrancó en el sentido contrario.

Please don't Bite • Stan x Reader • [South Park]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum