Please don't Bite • Stan x Reader • [South Park]

↳ «１９» 🐾

El día pasó sin más, tuve que sentarme con Kenny en clases, ya que tanto Kyle como Wendy estaban enojados conmigo.

Durante el almuerzo me acerqué a la mesa de mis amigos con la bandeja en la mano y me quedé mirando a Kyle con ojos de cachorrito abandonado hasta que cediera. Él me miró durante unos segundos, tratando de mantener su semblante de enojo, pero al final terminó cediendo con un suspiro y se apartó para hacerme un lugar.

Aproveché para contarle las noticias por lo bajo, mientras Cartman molestaba a Stan y Kenny aprovechaba para robarle comida de la bandeja.

— ¿Así que desististe de ser porrista?

—Sí—asentí mientras masticaba una papa frita—. Además de lo de Wendy, estaba arruinando mi relación con ustedes. Ya no estaré tan ausente por aquí.

—Bien, te dije que era una mala idea desde el principio.

Puse los ojos en blanco

—De todos modos ya no tiene ningún sentido continuar, conseguí lo que quería. Stan y yo estamos, eh... ¿saliendo?

Kyle me dirigió una sonrisa con picardía que me hizo sonrojar por la vergüenza. Era cierto, ahora Stan y yo teníamos algo. No estaba segura de llamarlo una relación todavía, pero nos decíamos apodos bonitos y definitivamente nos besábamos en cualquier oportunidad que tuviéramos.

—Solo quiero que todo vuelva a ser como antes entre nosotros, ¿crees que sea posible? —Kyle me saco de mis pensamientos.

Busqué su mano debajo de la mesa y la apreté con la mía, entrelazando nuestros dedos como solíamos hacer antes de que todo se fuera a pique.

—Yo creo que sí.

Pero las cosas no fueron a mejor. Kyle y yo reconstruimos nuestra amistad, y también empecé a sentirme más unida con Kenny; Cartman no solía ser muy cercano a ningún de nosotros en particular. Pero con Stan la cosa era diferente.

No quería admitir que Wendy tenía razón, pero quizás así lo era. Creía que las cosas cambiarían en cuanto Stan y yo estuviéramos juntos, y en parte sí, pero sus actitudes extrañas continuaban. Un día estábamos enamorados y jugando a ser parejita por los pasillos, y al día siguiente Stan aparecía con ojeras, serio y frio, luego de haber ignorado mis mensajes y llamadas toda la noche anterior.

Desaparecía de vez en cuando, cancelaba planes con nosotros y me plantaba en nuestras citas. Pero luego reaparecía con un ramo de flores y los ojos brillantes.

Empezaba a pensar que realmente había algo mal con él, pero no entendía por qué no quería abrirse conmigo y siempre estaba rodeado por un aura de misterio. Temía que quizás no llegara a sentirse del todo cómodo conmigo.

Había esperado un cuento de hadas, había soñado con esto toda mi vida, pero se parecía más a una novela de terror.

—Aún me siento un poco mal por Wendy.

Llevábamos 45 minutos en clases de matemática, pero ni Stan ni yo estábamos muy interesados en la clase. Mientras el dibujaba en su cuaderno, yo no podía quitar mi mirada de la larga cabellera negra a un par de sillas delante.

—Lo siento, es mi culpa que se hayan peleado.

Dirigí mi mirada hacia él y noté que ya me estaba mirando. Se volteó hacia donde yo estaba mirando para ver que tanto me llamaba la atención y, cuando notó de quien se trataba, sus ojos se oscurecieron un poco.

—No es tu culpa—me sentí un poco mal por haber sido atrapada mirándola, no quería que Stan tuviera una idea equivocada—. Fue mía. Debería haber sabido que no sería buena idea hacerme amiga de tu ex.