↳ «11» 🐾

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Estaba teniendo un sueño hermoso, tan placentero que casi ignoré la alarma de mi teléfono para seguir durmiendo, pero el irritante pitido no cesaba por lo que me vi obligada a abrir los ojos.

Me estiré para alcanzar mi teléfono, tirado en el suelo junto al colchón, y luego di media vuelta tapándome hasta la nariz para seguir durmiendo. Sonreí para mí misma mientras pensaba en alguna excusa para darle a Wendy que explicara por qué había llegado un poco tarde al entrenamiento, y sin darme cuenta acabé abrazando la almohada y hundiendo mi nariz en ella. Siempre me había gustado la colonia que usaba Stan...

Abrí los ojos y me incorporé de repente. Miré a mi alrededor situándome en lugar y tiempo, solo para darme cuenta de que reconocía a la perfección esas paredes azules y aquella camiseta de fútbol enmarcada en la pared. Y ninguna de esas cosas pertenecían a mi cuarto.

Volví a mirar hacia abajo y vi el colchón vacío con las sabanas revueltas. Me pellizqué, intentando despertar, pero solo conseguí hacerme daño. Se suponía que Stan había dejado ese colchón para que yo durmiera, pero por alguna razón me había despertado en su cama ¿Qué demonios había sucedido?

Tragué saliva y levanté las sábanas, comprobando mi ropa de la cintura para abajo, pero suspiré aliviada—y algo decepcionada— al notar que seguía con sus joggings atados a la cintura. Sonreí al recordar la noche anterior, en la que había vomitado tanto que se vio obligado a darme otra muda de ropa y estuvo horas disculpándose luego de eso.

Escuché un sonido proveniente del baño y luego el agua del grifo, así que supuse que Stan ya estaría despierto hace rato. Quería preguntarle cómo había terminado en su cama—si habíamos dormido juntos—y aclarar las cosas, pero tampoco sabía cómo abordar el tema sin que todo se volviera incómodo.

Me subí las medias y me bajé de la cama, acercándome a la puerta del baño en puntillas para analizar el terreno antes de hacer la pregunta. La puerta estaba entreabierta y, a través de la rendija, podía ver un Stan sin camiseta, reposado contra el lavamanos y mirándose al espejo.

Tenía el mentón y parte de las mejillas con restos de espuma, y en su mano derecha había una cuchilla de afeitar, que sostenía con precisión y firmeza.

Mis ojos se desviaron poco a poco desde su rostro hacia su cuerpo semi-desnudo. No quería hacerlo, pero tampoco luché demasiado por contenerme. Cuando volví a subir la mirada, noté que me estaba mirando con una sonrisa a través del espejo. Titubeé y negué con la cabeza para tratar de excusarme, pero él decidió fingir como si no hubiera visto nada.

—Veo que ya te despertaste—sacudió la cuchilla bajo el agua y luego volvió a dirigirla hacia su rostro—. Lo siento, tenía que despertarme antes para hacer esto. Tengo que hacerlo todos los días para que quede suave.

Se dio unas palmadas en las mejillas y sonrió, bromeando, pero yo no me vi capaz de emitir palabra así que solo asentí. Había visto a Kyle y a Kenny afeitándose en otras ocasiones, pero verlo a Stan con la precisión y la concentración que ponía en cada movimiento era casi como atraparlo en medio de algo íntimo.

Me quedé recostada contra el marco de la puerta, mordiendo el pellejo de mi uña y pensando en que nunca lo había visto así, recién levantado, afeitándose, sin camiseta y con el cabello revuelto. Sonreí para mí misma y me dejé llevar por la imaginación, dándome cuenta de que probablemente así es como Wendy solía verlo todas las mañanas, en esa intimidad que casi parecía pertenecer solo a las parejas.

—Anoche tuviste una pesadilla—rompió el silencio mientras se secaba la cara con una toalla, sin dejar de verse al espejo—. Me pediste que te abrazara...así que cuando te volviste a dormir te dejé mi cama y yo me pasé al colchón, no quería que te sintieras rara.

Please don't Bite • Stan x Reader • [South Park]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora