↳ «23» 🐾

2.5K 235 208
                                    

Lo mejor de saber el secreto de Stan, era que ahora podíamos fingir normalidad juntos.

¿Stan se transformaba en una bestia asesina con el caer de la noche? No hay problema, aún hay tiempo para sentarnos a desayunar café con pan tostado juntos.

Sus padres trabajaban temprano, y con su hermana en la universidad eso nos dejaba toda la cocina a nuestra disposición. Jugamos a atrapar arándanos con la boca mientras se hervía el agua para el café, y nos reímos juntos como si la noche anterior no hubiera existido.

Me alegraba verlo más suelto, más aliviado, ahora que sabía que iba a seguir amándolo sin importar su condición.

—Una de las cosas que más odio es el hecho de no tener una manada—Stan se llenó la boca de arándanos antes de hablar—. En realidad, no me importa demasiado, pero creo que es algo natural que viene en el "kit inicial de licántropo". Lo necesito, me duele físicamente no tener una manada.

—Quizás podrías poner un anuncio en internet, "se busca manada, preferiblemente sin pulgas y que se bañen seguido"

Me dirigió una mirada sarcástica. Ahora que podíamos hablar del tema con normalidad, Stan no había parado de contarme cosas que había estado guardándose para sí mismo. Su boca era como un vertedero de información y datos curiosos, simplemente no podía parar.

—Ja, ja, muy graciosa.

Stan me arrojo un pan tostado recién hecho, que logré atajar antes de que cayera al piso. Evité utilizar la muñeca lastimada, que Stan se había ocupado de vendar y apretar con hielo un par de horas antes.

— ¡Oye! No desperdicies la comida—le pegué un buen mordisco al pan.

Él se acercó hacia la banqueta en la que estaba sentada y me dio un beso en la cabeza.

—Eres preciosa en la mañana, ¿sabías eso?

—Oh, y tú eres todo un jugador. Sabes exactamente qué decirle a una chica, ¿eh?

Intenté bromear para quitarle importancia a la conversación, pero la realidad era que mi corazón se aceleraba cada vez que decía una cosa así. Aún me costaba trabajo creer todo lo que estaba pasando, que el chico que me gustaba desde hacía años estuviera conmigo era surreal. Incluso más surreal que el hecho de que fuera un animal salvaje.

Stan me guiñó el ojo con picardía antes de volverse nuevamente hacia las hornallas en las que había puesto a hervir el agua. De espaldas se veía mucho más relajado, con los hombros caídos en vez de tensos, el cabello desordenado y una de las piernas de su short metida hacia adentro, resaltando su muslo.

—Después de desayunar voy a ir a casa—anuncié, él solo pronunció un "ajam" sin voltearse hacia mí—. Tengo que recoger mis cosas y darme una ducha antes de clases.

—Puedes ducharte aquí si quieres—se volteó a verme con una mirada sugerente, dándome a entender a qué se refería.

— ¡Eres incorregible!

Esta vez fui yo quien le arrojó un pan tostado entre risas.



Recoloqué el abrigo en mis hombros al salir de su casa. Hacía frio afuera, y no había ido vestida para la ocasión, así que Stan insistió en prestarme una chaqueta que me quedaba demasiado grande.

—Pero es calentita por dentro—insistió.

Ambos nos detuvimos un momento en la puerta, mirándonos sin saber muy bien que decir. Habíamos estado viviendo en una fantasía durante toda la noche y la mañana, pero ninguno de los dos sabía si esa sensación podría perdurar fuera de aquella escena fantástica que nos habíamos inventado. Si, luego de unas horas sin estar juntos, riendo y lanzándonos arándanos y pan tostado, revolcándonos entre besos y caricias, seguiríamos sintiendo la misma complicidad. Si las cosas no se pondrían incomodas.

Please don't Bite • Stan x Reader • [South Park]Where stories live. Discover now