Cap 22

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Jungkook y Taehyung estaban viendo una película malísima de terror. A ninguno de los dos les asustaba en realidad. Parecía más bien cómica con efectos especiales mas baratos que los precios de unas galletitas. 

—Jungkook. 

—¿Sí? —dijo bajito el menor porque la peli estaba tan aburrida que ya se estaba quedando dormido. 

—¿A ti te gusta salir de fiesta?

—La verdad no suelo ir porque nadie me invita. No sé si es un ambiente para mí después de todo. 

—¿Por qué?

Jungkook suspiró. 

—Las fiestas son para socializar. Y no es que yo sea un asocial que no sabe hablar con la gente, simplemente no es algo que me surja de adentro ¿sabes?

—¿Y si vamos juntos a una fiesta? —preguntó el mayor apagando la televisión porque también estaba harto de la película —¿Te divertirías?

Jungkook se alzó de hombros. 

—No lo sé. Ya te lo dije, nunca he ido a una fiesta. 

Taehyung fingió no hacer ninguna mueca. Tenía muchas ganas de invitarlo. Una parte de él tenía ganas de conocerlo. Una fiesta era la cita perfecta. 

Eso era ¡Una cita!

Tae sacudió la cabeza por sus propios sentimientos. Un ex lo había traicionado con uno de sus amigos mientras le decía lo mucho que lo quería, lo mucho que lo adoraba y lo importante que era para él. 

Claro, importante...

Lo había dejado como a una bolsa de basura. Todas esas palabras habían sido puras mentiras. Habían jugado con Taehyung y él se dedicaba a jugar con la gente advirtiéndoles de ante mano que jugaría con ellas. 

Se lo había dicho a Jungkook. Le había dicho que podían intentar ser una clase de amigos con derechos pero sin llegar demasiado lejos. 

Y ahí estaba él, otra vez empezando a caer como todo un idiota por ese chico tierno de músculos que se negaba a ir a una fiesta con él porque no le parecería divertido. 

"¿Qué hago?" — se preguntó Kim para sus adentros mientras se acomodaba sobre el colchón para mirar de frente a Jungkook. 

Sus ojos eran tan comunes y ordinarios, pero eran tan bonitos. Brillaban a la luz de la luna que entraba por la ventana. 

Taehyung suspiró. No sabía si seguir fingiendo que era todo un macho alfa poderoso y creído, un chico que usaba a los demás para su propio beneficio... o si tan solo tomar valor y pedirle a Jungkook una oportunidad. 

Y si Jungkook le fallaba, Taehyung ya no consideraría pedirle oportunidades a nadie más. 

Aunque... el mayor tenía la leve sospecha de que Jungkook no era de los que engañaban. Más bien, Taehyung dudaba de si mismo, si sería capaz de mantener algo especial por alguien. 

Al final el mayor volvió a cerrar los ojos y se dijo que no debía pensar esas cosas solo porque Jungkook le había regalado un anillo. 

Se dijo que no debía pensar en esas cosas solo porque el menor se hubiese acordado de él. 

Y Jungkook no sabía nada, pero ese anillo que le había comprado, estaba causando un remolino de emociones y pensamiento en el chico de cabellos negros y mirada astuta que estaba acostado a su lado. 

Jungkook no sabía cuánto había significado para Taehyung aquel pequeñísimo y barato detalle que había conseguido con su propio dinero. 

Aquel bendito anillo era más grande de lo que Jungkook hubiese imaginado jamás. 

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