Cap 24

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Jungkook se había quedado otro día más en la casa de Taehyung y como era de esperarse, ya estaban volviendo con las mamadas habituales.

A decir verdad, a Jungkook lo volvía loco hacerle un oral a Taehyung. Le gustaba oír cómo gemia y le gusta sentir que sus dedos se enredaban en su cabeza para empujarlo y así recibir más placer.

Le gustaba que lo dominara, pero solo en el sexo. Jungkook tenía muy claras sus ideas, al igual que Taehyung.

—Todo tan rudo y al final eres una masita —le dijo Jungkook cuando terminó lo que le estaba haciendo.

—Sí vuelves a decir que soy una masita te meteré el pene hasta la garganta.

—Me estarías haciendo un favor.

Taehyung jadeó al imaginarlo.

—No me provoques.

Jungkook le guiñó un ojo todavía arrodillado delante de él.

—¿Quieres otra, Hyung?

Tae sonrió y volvió a agarrarlo del pelo. Jungkook se sintió bien de complacerlo ahora que sabía que Taehyung estaba realmente interesado en él.

.   .    .

Jungkook volvió a su casa sin poder parar de hablar con Tae por mensajes. Estaban planeando una cita. Taehyung quería llevarlo a recorrer un jardín botánico mientras que Jungkook quería ir al cine.

Tae le había dicho que fueran al jardín botánico al medio día y a la tarde a ver una película.

Jungkook le seguía diciendo que era todo un romántico y Tae lo seguía amenaznado graciosamente para que dejara de decirle que era una bolita de azúcar.

Como de costumbre, Jungkook llegó a su casa y nadie le dirigió una mirada.

Su madre ni siquiera le había preguntado por qué había estado todo el fin de semana fuera de la casa.

Hoseok por lo menos fue un poco más cortés y le dijo un "Hola, Kook". Pero nada más.

Ciertamente Hoseok no era su padre, solo era el novio de su madre, pero ya habían pasando como tres años desde que estaban juntos. Hoseok siempre había sido así, desinteresado al igual que la madre de Jeon.

El menor suspiró y les dijo desde el living:

—No voy a cenar porque ya comí hamburguesas en la casa de mi amigo.

Su madre no le contestó. Hoseok asintió con la cabeza y volvió la vista al libro que leía. Su madre estaba con la laptop con un par de papeles al lado.

Jungkook creía que si se quedaba ahí parado, viéndolos, no le prestarian atención de todas maneras.

—El sabado comí pizza y huevos fritos.

Pero ninguno le decía que comiera comiera saludable, que cuidara sus comidas.

Jungkook esperaba que al menos le preguntaran si había tomado agua. Ni siquiera le decían que comer pizza y huevos fritos y hamburguesas no era saludable.

Hubiera preferido eso ante el silencio.

—Voy a ir a comprar...

—¿Podrías guardar silencio? —espetó su madre levantando la vista —Estoy intentando hacer un informe y tú sigues hablando.

Jungkook bajó la cabeza.

—Solo decía que iba a ir a comprar dulces. ¿No quieren que traiga...?

—Come lo quieras, pero cállate de una vez.

Jungkook tomó las llaves con la cabeza gacha.

Salió del departamento y se sentó en la escalera del piso de arriba.

En realidad no iba a salir a comprar dulces. Solo estaba probando que le dieran un poco de atención.

Que le dijeran que no comiera dulces para que no le salieran caries.

Que no comiera comida chatarra.

Que no saliera de noche porque era peligroso.

Que no se durmiera tan tarde porque era adolescente y debía descansar.

Que hiciera su tarea, preguntarle cómo le iba en la escuela.

Su madre y Hoseok no le decían ninguna de esas cosas. Se notaba que no se preocupaban ni por lo mas mínimo como decirle que comiera más saludable.

Jungkook no sabía cómo sentirse. Le dolía la garganta por las lágrimas que estaba intentando contener. Pero finalmente las soltó y agachó la cabeza en sus rodillas.

¿Por qué tanta indiferencia? ¿Qué hacía él?

Existir.

.   .   .

Jungkook deseaba que alguien más lo adoptara. Que alguien más lo tratara bien, que lo mimaran y lo llenaran de besos.

Y Taehyung no bastaba para eso.

Jungkook tenia ganas de irse a un orfanato, pero sabía que nadie querría adoptar a un adolescente de 17 años. Todos querian niños, y él ya no lo era.

O bueno, su niño interno seguía vivo. Vivo porque no lo querían, no lo amaban, no se preocupaban por él.

Quería irse de esa casa.

Pero madre y padre siempre hay uno solo. ¿Donde encontraría él otra familia? ¿Quién rayos iba a acogerlo en su casa? Nadie.

El pobre no sabía qué hacer. Su madre nunca lo había abrazado, nunca le había dado un beso de las buenas noches.

Y ya a esa edad nadie iba a hacerlo.

Jungkook odiaba tanto su vida...

Y Taehyung no podía reemplazar esa parte. Tae no era su madre ni su padre, no era un adulto, solo era un chico de 18 años.

Jungkook se limpió las lágrimas y finalmente se fue a comprar esos dulces porque no podía volver con las manos vacías. Solo compró un chocolate y cuando volvió ellos ni notaron que había vuelto.

El menor fue a acostarse y guardó el chocolate en su mochila. Se lo regalaría a Tae. Él no tenía apetito.

Sex and homework 🔞 ✔Where stories live. Discover now