Cap 27

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A pesar de que la habitación de Taehyung era bastante grande, Jungkook tenía miedo de molestarlo con sus cosas.

Así que había decidido dejar todo en la maleta que había llevado.

En ese momento, Tae se había ido a pasear al perro para volver con una pizza. Sus padres llegarían más tarde.

Jungkook estaba solo en esa casa pero se sentía diferente a estar solo en su propio hogar.

En su casa se sentía solo en todos los sentidos. Allí solamente estaba esperando a que Tae volviera.

Jungkook se sentó en la cama, aquella cama que no era la suya pero si muy cómoda. Se quitó los zapatos y se puso sus pantuflas.

Había llevado casi toda su ropa. No tenía demasiada, pero era lo suficiente. Llevó su laptop y la caja entera con sus ahorros y demás cosas imprescindibles como su cepillo de dientes y su toalla de baño y su peine rojo. No le gustaba usar otro cepillo de cabello que que fuera ese.

Jungkook pensó que ahora que viviría unos días con Tae iba a poder seguir leyendo el libro de cementerio de animales de Stephen King.

De todas maneras le preguntaría si podía leerlo.

Taehyung entró a la casa con Yeontan ladrando. Jungkook fue a recibirlo y le hizo mimos al perro que no dejaba de saltar feliz.

—Traje pizza con jamón.

Jungkook sonrió.

—A mi gusta.

—A mi igual.

Se sentaron a comer mientras Yeontan se paseaba por toda la casa.

—Está histérico porque se encontró con otros perros. Va a estar así por media hora.

—Es muy gracioso.

Tae le sonrió y siguió comiendo.

—Noté que estos últimos días no has comido mucho, o al menos no tanto como lo hacías antes —Le dijo Tae bebiendo un poco de coca cola —Así que mientras estés aquí te haré engordar como a Hansel y Gretel.

Jungkook soltó una risita y lo miró con una ceja alzada, sugerente.

—¿Y luego me comerás?

A Tae se le iluminaron los ojos.

—Sí, pero a besos.

Jungkook se puso más rojo que un tomate. Tae soltó una carcajada y luego siguieron comiendo y hablando de cosas de la escuela.

Al cabo de una o dos horas, Jungkook se había quedado dormido en el sillón. Tae se ocupó de taparlo con una manta y se dedicó a contemplarlo por un par de segundos.

Él notaba que Jungkook estaba cansado y agotado mentalmente. Le convenía dormir y luego comer algo dulce para levantarse el ánimo.

Así que Taehyung, como la masita dulce que era, fue a la panadería a comprar medialunas y croasanes. Volvió a la casa a esperar que Jungkook se despertara. Se puso a leer y a limpiar un poco la casa.

Jungkook se despertó y Taehyung lo llevó a la mesa mientras preparaba un té.

—Wow, creo que hablabas en serio con eso de hacerme engordar.

—Yo siempre hablo en serio, pequeño.

Tae dejó las tazas en la mesa y se sentó al lado de Jungkook, como veía que el menor no comía agarró una medialuna y se la metió en la boca de sopetón.

—Que comas.

Jungkook comió normalmente, Taehyung casi le llena la boca de medialunas.

Entonces Taehyung hizo algo que Jungkook no se lo esperaba: le colocó el brazo sobre los hombros, para darle un pequeño abrazo.

—No me gusta ver mal a las personas. Y lo que tus padres hacen contigo es una completa injusticia.

—Créeme, lo sé.

—¿Podrías pasar estos días en mi casa sin preocuparte?

Jungkook asintió con la cabeza y Tae se animó a darle un beso en la mejilla.

—Toda una masita —Se burló Jungkook entre risas.

Al final Taehyung era mucho más de lo que él había pensando.

Sex and homework 🔞 ✔Where stories live. Discover now