Capítulo 16: White man

1.3K 93 31
                                    

HOLA: Como habrán notado (O quizás ni se dieron cuenta), he estado ausente por dos días. Esto tiene una muy larga historia por detrás y lo que menos quiero es aburrirlas. Solamente quería pedir disculpas por mi egocentrismo, ya que no pensé en ustedes todo este tiempo como debería. Gracias, en verdad, a las que se han preocupado y esperado pacientemente. Nunca me cansaré de decirles que son una maravilla para mí... Las quiero mucho y lamento la tardanza.

-.-.-

Abrí los ojos lentamente. Estaba cansada y adolorida, cada músculo de mi cuerpo se quejaba en cuanto intentaba moverme. Me reincorporé despacio, demasiado despacio; hasta que logré sentarme en el borde de la cama.

Me froté los ojos y lancé un bostezo. Sentía frío y, cuando miré hacia abajo, noté que estaba desnuda. Me sobresalté al sentir una mano acariciando el largo de mi espalda. Recordé todo lo que había ocurrido la noche anterior. Cada beso, cada caricia, cada sensación; todo volvió a mí como una película de un microsegundo. Entonces entendí que aquella mano le pertenecía a Hiccup, quien había dormido a mi lado esa noche, pero esa vez había sido diferente a todas las demás.

-¿A donde quieres escaparte?- Me preguntó, rodeándome con su brazo por el estómago y atrayéndome hacia él. Reí levemente mientras me acostaba a su lado, pero dándole la espalda, de manera que pudiera abrazarme y apegarme a él.

-No iba a ningún lado.- Confesé, ruborizada al sentir su cuerpo desnudo con el mío.

-Bien.- Soltó, adormilado.- Porque no quiero tenerte lejos nunca más.- Sonreí y oculté mi rostro en la almohada. Me sentía tan tonta y cursi. Sin embargo, quería que siguiera diciéndome cosas como esas, por lo que volteé y enredé mis piernas con las suyas, haciéndole caricias con mis pies.

-¿Cómo estuve?- Pregunté, curiosa. Él sonrió.

-Fascinante.- Contestó, dándome un ligero beso, el cual corté inmediatamente.

-¡Hiccup!- Grité, susurrando.- Aún no me he lavado los dientes.- Confesé. Él soltó una carcajada y se dedico a llevar un mechón de cabello detrás de mi oreja, para luego mirarme seductoramente.

-Creí que anoche te había dejado claro que nada de ti me desagrada.- Me ruboricé, invadida por los recuerdos. Hiccup soltó una risita cargada de ternura.- ¿Qué estás haciendo conmigo, Dunbroch?- Me preguntó, liberando un suspiro.

-Lo mismo que tú haces conmigo, Haddock.- Contesté, acariciándole la mejilla. Él se acercó a mi y rozó nuestros labios.

-Te amo.- Me confesó en un susurro, provocando que mis pulmones dejaran de recibir oxígeno.

-Y yo a ti.- Solté yo, al borde de las lágrimas. Lágrimas de la más pura y sana alegría.

-.-.-.-

Pero todo lo bueno, tiene un final.

Los padres de Rapunzel volverían antes, por lo que Hiccup y yo tuvimos que empacar esa misma tarde para ir hacia Texas, no sin antes pasar por una farmacia para comprar la famosa 'pastilla del día después'*.

Mi amiga nos recibió en el aeropuerto con extrema y exagerada alegría; y nos interrogó con cada detalle del viaje, incluso sobre la acción nocturna.

Hiccup, cual hombre maduro, respondía a las preguntas de Rapunzel entre risas y con total normalidad, mientras que yo no sabía donde ocultar mi sonrojado rostro.

-¿¡Solo lo hicieron una vez!?- Preguntó Rapunzel, exaltada, lo que me preocupaba, puesto que ella iba al volante.- ¿Y que hay de hacerlo en la playa? ¿O en el ascensor? ¿No hicieron nada de eso?- Por amor a... ¡Qué le pesaba a esa chica!

[Mericcup] Teach me how to LoveWhere stories live. Discover now