CAPITULO 13 GISELLE

76 38 4
                                    

Es lunes, no sé si deba ir a la empresa de Jürgen y George, no después de lo qué sucedió ayer con Argenis. ¡Rayos! por qué todo tiene qué ser tan complicado, yo sólo quiero paz, un empleo estable para poder cubrir las necesidades económicas de mis hijas y tener sexo eso es todo.
No quiero amor eso sé qué es imposible, pero hasta eso se está volviendo una locura. Jürgen sólo sal de mi cabeza, deja de voltear mi mundo; suspiro ya basta voy a enfrentarlo él quiere qué trabaje para él, lo haré igual no puedo negarme él hizo qué me echaran y mis hijas necesitan comer. Salgo de mi reflexión me meto rápidamente a la ducha, me doy un baño rápido, cepillo mis dientes, me visto con una falda recta por encima de la rodilla color negro, una blusa blanca con un escote pronunciado y una chaqueta negra qué hace juego con la falda, y unos zapatos de tacón no muy alto por mis problemas discales.
Me veo al espejo y digo me veo bien me maquillo, pero opto por un maquillaje sobrio, los labios color rojo sangre, mi cabello lo planché y lo dejo caer a ambos lados de mi rostro,.
—¡perfecta! digo; Salgo en mi moto aunque suene raro, no puedo darme el lujo de pagar taxi ahora qué no sé cómo será mi nuevo empleo, ni cuánto será la paga, así qué cada centavo cuenta, llego a J.R&G.C.Asociados.
Estaciono mi moto, todos me ven porque mi ropa y la de un motorizado no encajan, bueno ahí voy. Subo el ascensor hasta la oficina de Jürgen en la recepción una mujer de unos 40 años, con un portanombre en su blusa qué dice: Gloria.
—Buenos días Gloria, el señor Raskot por favor; —¡Quién lo busca? pregunta en un tono nada amable.
—Dígale qué Giselle Serven está aquí por favor.  Ella marca un número  y me dice —hable con su secretaria está por allí  su nombre es Laura.
Me dirijo a la oficina de la secretaria de Jürgen, —buenos días Laura —¿le podrías decir al señor Raskot qué estoy aquí?. Ella me pregunta —¿y quién es usted? —Dígale qué lo busca Giselle Serven.
Marca un número de la oficina de Jürgen supongo.  Y dice —señor la señorita Giselle está aquí, me mira de arriba a abajo y luego de hablar con él cuelga. Me dice —la está esperando en su oficina,  a lo qué respondo —gracias, qué mujer más odiosa pienso para mí, me mira con odio gratuito cómo si le hubiese hecho algo.

Me dirijo a la Oficina de Jürgen  qué tiene unas hermosas puertas de vidrio tipo espejo, para qué no se vea nada de lo qué sucede adentro, pero desde adentro se ve todo lo qué sucede afuera. La oficina de Jürgen  al igual qué su casa tiene un exquisito aire moderno.
Paredes blancas, muebles de cuero negro, un escritorio de madera precioso, una silla qué se ve súper cómoda, también su ordenador de ultima generación con un pequeño mini bar al final del espacio; pisos de mármol, waoo esto es hermoso no le había prestado atención cuándo vine anteriormente, ya qué estaba furiosa porque Jürgen  había logrado qué me despidieran de mi anterior empleo.
Cuándo salgo de mis pensamientos, lo veo observándome de arriba a abajo, con una media sonrisa maliciosa en el rostro y esos bellos ojos azules qué me hipnotizaron desde el momento en qué lo ví. No puedo evitar qué me recorra un escalofrío en él cuerpo y me haga temblar; este hombre me hace vibrar sólo con su mirada lujuriosa, siento qué mi núcleo palpita con sólo sentir su escrutinio.
Lleva un traje hecho a medida azul marino, qué le queda cómo un guante con una camisa blanca, con unos gemelos de oro qué lo hacen ver más atractivo e inalcanzable.
Este hombre es todo lo qué una mujer puede desear, es demasiado perfecto para mi gusto, ya qué eso me hace vulnerable ante su presencia, pero jamás se lo demostraré así tenga qué morder mi labio para no derretirme ante su presencia.
Carraspeo cuándo veo qué no dice nada, además de devorarme con la mirada a lo qué enseguida dice —¿cómo dormiste Giselle? suspiro tratando de calmarme y no soltar la fiera qué tengo enjaulada debido al show qué protagonizó ayer en el restaurante con Argenis.
—Dormí bien  respondo de forma escueta Él responde con sarcasmo, —¡hubieses dormido mejor en mi cama! Me ruborizo sin poder evitarlo este hombre va a acabar conmigo, ¿cómo podré trabajar para él? Sí sus comentarios aumentan mi de por sí imparable líbido.
Aclaro mi garganta y digo, —dijiste qué me tenías una propuesta de trabajo. Él sonríe y añade: —por supuesto pequeña quiero qué trabajes aquí, sé qué me ayudarás mucho, bueno en el área de recursos humanos cómo te había dicho antes y déjame decirte qué hoy te ves muy hermosa a lo qué yo respondo —¿eso sé lo dices a todas tus empleadas? Él sonríe maliciosamente y mueve la cabeza de un lado al otro en señal de negación. Se levanta de la silla de su escritorio camina lentamente hacía mí y se me acerca invadiendo mi espacio personal y susurrándome al oído —sólo a ti preciosa.

Su aliento hace qué se me pongan todos los vellos de punta este hombre me va a enloquecer, mi corazón late desbocado cómo sí quisiera salirse de mi pecho, suspiro y sin esperar muerde el lóbulo de mi oreja provocando una corriente eléctrica qué me recorre y desemboca en mi núcleo. Me alejo rápidamente, pero él me sostiene por la cintura y gruñe —jamás volverás a escapar de mí pequeña, eres jodidamente mía ya es hora qué lo entiendas.
Y no pienso permitir que salgas de nuevo con ese Abogaducho. —¡Él no es ningún Abogaducho! Refunfuño.
—Pequeña, no te conviene defender otro hombre en mi presencia, —¡sí no me digas! Replico con arrogancia. —¡Desafiarme sólo hace qué me excites más! Me ruborizo nuevamente
— ¿A esto me has traído a provocarme? —¡No pequeña! cómo te dije anteriormente quiero qué trabajes para mí, lo nuestro lo resolveremos en mi habitación! —Jürgen  gruño, sonríe —está bien dejaré qué vayas a firmar tú contrato. Laura te llevará levanta el teléfono y llama a su secretaria,  ella entra enseguida a la oficina.
—Laura por favor acompaña a la señorita a recursos humanos ¿ya tienen redactado su contrato? —sí señor responde ella rápidamente bueno llévala por favor y le muestras su nueva oficina!
Pienso dentro de mí ya lo tenían redactado o sea qué sabía qué vendría. Salgo de la oficina de Jürgen  y me encuentro con George. —Hola hermosa me saluda con su dulce sonrisa a lo qué respondo —hola George tiempo sin saber de tí ¿cómo estás? —Muy bien dice con su rostro encantador, he estado fuera añade el ogro de mi socio me ha tenido resolviendo asuntos en nuestras otras sedes.
Yo sonrío, —¿has hablado con Isabella pregunto? —Sí hoy le he avisado qué llegué, nos vamos a ver esta noche! —Y tú ¿cómo vas con Shrek? sonrío no creo qué le alegre saber cómo lo llamas. —El siempre está de mal humor así, qué no me sorprendería qué se enojara añade en un tono burlón! Y a ¿qué se debe el placer de verte por aquí? me pregunta. ,—Bueno es una historia larga de contar añado, pero en resumidas cuentas voy a trabajar aquí en el área de recursos humanos! —Wow qué bien Giselle, bueno te dejo para qué vayas, nos vemos más tarde voy para donde Shrek ríe y me guiña un ojo a lo qué yo sonrío.
Llego a la oficina de Recursos humanos, me saluda una chica alta, rubia y con una dulce sonrisa, —¿supongo qué tú eres Giselle? me dice.  —Sí así es espeto,  —un placer dice ella yo soy Yemily, estrecho su mano y sonrío un placer Yemily añado, tiene un cierto parecido a George los ojos de ambos son iguales un verde Esmeralda.

Ella carraspea y me dice te encargaras de la captación del personal y otros asuntos qué espero qué Jürgen te haya comentado. Pienso para qué lo llame por su nombre debe haber familiaridad entre ellos pienso, a lo qué ella cómo si así adivinará mis pensamientos añade soy la hermana menor de George y cómo verás estoy embarazada, pienso tomarme mi reposo pre- natal con mi esposo y tú estarás a cargo espeta. !Mi Esposo es un amigo de George y Jürgen se llama Rubén Cadenas y es el dueño de la red hotelera más Grande de Venezuela. —¿Y por qué no trabajas junto a tu esposo pregunto?, Claro sino es indiscreción añado, —para nada espeta mi esposo es muy controlador, pero no dejó que el me controle a así qué preferí trabajar con George y Jürgen, ellos me consienten en todo lo qué les pida y a mí esposo no le quedó otra opción ríe.
—Bueno espero poder llenar el puesto! Digo, —lo harás muy bien Jürgen  me estuvo contado de tí, sé qué lo harás excelente.

DAME TUS CARICIAS  (De La BilogíaHazme Sentir)Where stories live. Discover now