DAME TUS CARICIAS (De La BilogíaHazme Sentir)

CAPÍTULO 30 JÜRGEN

Giselle, se quedó dormida luego de que rompí su ropa, y la hice mía! La lleve a mi habitación y no se despertó, estaba muy bebida. Me desperté, pero ella seguía dormida, me bañé, me vestí y salí de la habitación, no esperaba que se despertara hasta más tarde, pero cuándo regrese a la habitación ya estaba bañada.
Le doy una muda de ropa mía, para bajar a comer luego la llevaré a su casa para que busque ropa, bajamos, Alicia saluda a Giselle, me alegra mucho verte de nuevo mi niña, Giselle sonríe y dice —yo también Alicia.
—¿Cómo están las niñas? Pregunta Alicia, muy bien dice ella te preparé, un caldo de papas.
—Mmmmm, que  rico dice Giselle muchas gracias, comemos en silencio y  salimos la llevo a su departamento ella baja dejándome en el auto. Giselle, no dijo nada durante todo el camino está molesta, pero yo también nunca ví a Giselle borracha y no sólo eso estaba desnuda en medio de un maldito bar rodeada de miles de hombres.
Pero, no he dicho nada porqué ella, muy molesta esuchó o alguien le dijo que Katherine y yo estábamos comprometidos.
Giselle, regresa  nuevamente vestida con su ropa y trae mi ropa me la entrega diciendo, no quiero hablar contigo hoy necesito descansar —demonios Giselle! ¡Quiero explicarte todo! —Y yo no quiero escucharte, hoy no dice.
Arrancó el auto, me dirijo a la empresa, llego directo a la oficina de Katherine, —necesito hablar contigo, espeto. Adelante dice ella
—¿tú le dijiste a Giselle que tú y yo estábamos comprometidos? —No dice ella, ¿por qué habría de decirle eso? —¡No lo sé dime tú, —ya te dije Jürgen que no le he dicho nada a ella, ni a nadie espeta.
Okey digo —quiero que te mantengas alejada de mí  —¿por qué? Dice ella
—¡por qué sí! tu y yo no somos nada, y no quiero que nadie me vuelva a relacionar contigo gruño! —¿Es por ella? pregunta
—¡Eso no es asunto tuyo espeto!
—¿Estás enamorado de ella? Pregunta, te dije que no es tu problema. —¡Entonces lo estás! Replica ella —¿Y qué si lo estoy? Gruño! sólo procura mantenerte lejos de los dos.
—Por lo que ví, tienes competencia ríe ella. —¡No me busques Katherine! rujo, te dije que si te inmiscuias en mis asuntos, te echo de mi empresa.
—Está bien dice ella, no quiero que seamos enemigos, sólo quiero trabajar en paz.
—Entonces hazlo, salgo de su oficina me dirijo a la mía, necesito relajarme o sino buscaré nuevamente a Giselle.
No quiero presionarla, no quiero que vuelva a huir de mí, me concentro en mi trabajo, pero al medio día me doy por vencido.
Salgo, directo a mi casa, Alicia se sorprende al verme, —¿mi niño qué haces aquí? ¿Y Giselle? —en su departamento, digo
—¿tienes hambre? —no ahora no, voy a descansar tengo dolor de cabeza.
Entro a mi habitación y me recuesto me quedó dormido anoche no dormí bien.
Me levanto a eso de las ocho de la noche, diablos  he dormido mucho bajo, ceno y me voy a la biblioteca a terminar el trabajo pendiente. Me sumerjo en mi ordenador, cuándo me doy cuenta son la una de la mañana, cierro el ordenador me dirijo a mi habitación  reviso mi teléfono, pero Giselle no ha respondido a ninguno de mis mensajes.
Me  acuesto a dormir necesito estar descansado para mañana, a pesar de haber dormido en la tarde me quedo dormido rápidamente.
El despertador suena, me levanto me ducho ,cepillo mis dientes, me afeito la barba , aplico loción, me coloco mi traje hecho a medida negro, con una camisa azul Rey, me pongo perfume issey miyake y bajo. Alicia me saluda, —buenos días mi niño
—Buenos días Alicia digo, —pero que cara traes! Estás ojeroso ¿que te sucedió? parece que no dormiste bien, —sí dormí sólo estaba cansado.
—¿Cariño, qué quieres desayunar?, sólo un café por favor, pero Jürgen debes comer, no te preocupes Alicia, en la oficina tomo algo ahorita voy apurado.
Tomo mi café y salgo, —José buenos días a la oficina por favor sí señor! —¿Haz sabido algo de Giselle pregunto? —Sí señor la señorita Giselle la llamé hoy me dijo que iba en taxi a la oficina, —está bien gracias.
—José por favor, cuándo me dejes pasa por favor por la floristería, ordena dos rosas zules, dos blancas y dos rojas y que las lleven a la oficina de Giselle, toma mi tarjeta para que las pagues luego pasa por mi oficina tengo otro encargó para tí.
—Entendido señor dice.
Llegó a la oficina, llamo a Laura por el interruptor, Laura entra enseguida
—buenos días señor, Laura, necesito que me informes apenas llegue la señorita Giselle, y le digas que pase por mi oficina de inmediato! —¡Entendido señor.
Llamo a George —¿George donde estás?
—en mi oficina — ven a la mía por favor necesito preguntarte algo. —okey.
George entra y dice —buenos días, ayer no te ví. —Bueno ayer me fui enseguida luego de dejar a Giselle en su departamento.
—¿En su departamento? Pensé que te habías quedado con ella? —No, la lleve a buscar ropa y ella no quiso hablar conmigo me dijo que no quería ¿y eso por qué? Porque alguien le dijo que Katherine y yo íbamos a casarnos y ella piensa que le dí empleo porque quiero otra vez estar con ella.
—Demonios, dice George. — ¿y a ti que tal te fue con Isabella? —No muy bien —¿Por qué?
—Porque ella me aclaró que ella es una mujer libre y si quería desnudarse para toda Venezuela lo haría y que yo no podía decirle que hacer o no, qué lo nuestro era solo sexo y si yo lo había olvidado ella podía recordarmelo.
— ¿y tú qué dijiste? —Nada ella tiene razón Jürgen yo no quiero nada más que sexo, por los momentos eso sigue siendo lo que quiero o mejor dicho lo que ambos queremos.
—¿Tu ya sabes que es lo que realmente quieres Jürgen? —No lo sé George no creo sentirme seguro de querer enorarme, pero a veces siento que no quiero que ella esté con alguien más, en realidad estoy confundido y no es que sea inmaduro o esté jugando con ella, es que realmente jamás pensé sentirme así. A ella le he contado mis más profundos secretos, temores, incluso es la única persona además de ti y Alicia que sabe lo de mis padres, ni siquiera a Katherine le conté nunca lo del accidente sí se enteró por mi boca no fue, y todo esto me hace sentir temor mi padre me lo dijo una vez el amor solo nos hace débiles y jamás debes permitir que nadie conozca tus debilidades y creo que Giselle se está convirtiendo en eso mi debilidad.