CAPITULO 21 GISELLE

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Isabella, —¿cómo has estado? –Bien, espeta ella.  -¿Y tú?  Suspiro —bien supongo, Jürgen quiso pasar el fin de semana conmigo y las niñas. -¡Wow!, así que no es sólo sexo.
-¡Isabella!, ya sabes la respuesta. No pienso involucrarme sentimentalmente, ¡ni con Jürgen, ni con nadie —¿Por que?, pregunta Isabella. —Las cosas son mejores así.
Mi corazón está sellado y quiero que se mantenga así, el sexo con Jürgen es algo que jamás imaginé me ha hecho sentir extasiada, pero nada de eso tiene que ver con el amor. Además, ¡el que se enamora pierde!, Y yo no quiero, ni tengo ganas de perder así cómo estoy, soy feliz.
—¿En realidad lo eres?, replica Isabella. En realidad no lo sé respondo, pero para mí está bien.
-¿Y para él?, contesta Isabella. —Supongo que también, Jürgen es una persona muy hermética, no sé nada de él, no me cuenta nada. Ni siquiera sé dónde están sus padres. -¿Están vivos?. -Y si lo están… ¿dónde? O si están muertos… -¿Por qué no los menciona?.
-¡Son demasiadas cosas!, respondo. -Y tú, ¿qué le has contado?, pregunta Isabella de vuelta. –Yoooo… titubeo, nada.
Bueno Giselle, entonces no están en condiciones muy diferentes. -¡Claro que sí!, replico. -No lo he hecho porque él parece muy celoso con su vida y si no quiere que yo sepa nada, yo tampoco le pienso decir nada de la mía.
—Estás siendo infantil, espeta Isabella. —No es infantil contesto, sólo quiero mantener a salvó mi corazón, me destruiría que Jürgen me utilizara, prefiero dejar los sentimientos a raya.
George y Jürgen regresan, yo suspiro. -¿Listas? preguntan ambos. -¿Para qué? pregunto —Para almorzar –sí, claro contesto. Comemos en silencio, excepto las niñas, y George por supuesto. Él es lo opuesto a Jürgen, me pregunto cómo harán para ser socios y amigos, si Jürgen es tan difícil y George tan alegre.
—¡Giselle! exclama Jürgen, sacándome de mis pensamientos. -Sí, respondo. -¿Te importaría que saliéramos a beber unos tragos esta noche?. -¿Y las niñas?, pregunto. —Ellas pueden quedarse con Alicia, responde Jürgen, aquí estarán bien. -¡Ok!, respondo.
Terminamos de comer Isabella  y George se van, quedamos en vernos a las 8:00 PM  en un club.
Aby, Alish, princesas, mamá va a salir, —¿se pueden quedar con Alicia? Ella les va a poner sus comiquitas favoritas —¿Podemos ver otra vez Froozen 2?. —Sí princesas, ella les va a poner lo que quieran, además les va a pedir pizza.
-Siiiiii, saltan ellas de alegría. —Pero tienen que prometer que se van a portar bien, y que le van a hacer caso, les advierto. -¡Sí mamá!, responden. -¿Podemos jugar con Buddy? Preguntan ellas. —Sí, mis amores les digo, pero cuando terminen de jugar con él, se lavan las manos. –Okey, responden.
Me ducho, me maquillo con ojos ahumados, delineador negro, labial intransferible rojo carmesí. Me visto con una falda corta con unas botas negras, me coloco sostén y pantys a juego color blanco. Remato con una blusa azul eléctrico. Cuando bajo, hablo con Alicia- Gracias por cuidar a las niñas, le agradezco. -¡No es nada!, responde. -Para mí es un placer, así no estoy sola. -Tengo mucho tiempo que no veo dibujos animados, responde con una sonrisa.
Gracias de verdad, le digo y acto seguido la abrazo. Cualquier cosa no dudes en llamarme.
—No será necesario, pero si algo sucede lo haré responde Alicia.
Jürgen baja, y me mira con lujuria. ¡Está guapísimo!. Lleva un pantalón negro, una camisa blanca, con una chaqueta negra, que lo hace ver más sexy, él siempre utiliza un reloj bellísimo, un Rolex. Creo que es fanático de ellos, porque siempre lo veo con uno distinto. ¡Waoo! No puedo creer que este hombre tan guapo salga conmigo, el me sonríe, me toma por la cintura Las niñas ríen. -¿Nos vamos? pregunta. –Sí, nos despedimos de las niñas y de Alicia.
Está vez, José se queda y Jürgen maneja su camioneta, antes de salir me dice. -¿Trajiste el succionador? Titubeo. –Sí, pero porque lo dejé en la cartera, no fuese que las niñas lo encontraran. -Perfecto, dámelo, exclama —¿Para qué?, le pregunto. —¡Ya lo sabrás! Me replica, se lo doy, y él saca de su bolsillo un lubricante. ¿Por qué diablos llevas eso en el bolsillo?, le pregunto con cara de sorprendida. El sonríe. —Cada vez que salga contigo lo llevaré, responde.
Introduce su lengua en mi boca con desespero, gruñendo “estoy ansioso porque seas mía de nuevo”. ¡He tenido que controlarme todo el día, ya no aguanto más!. El deseo se despierta en mí cuándo muerde mi labio inferior y lo chupa. ¡Diablos! Este hombre besa como los ángeles.
Jürgen separa mis piernas, mete un dedo en mí núcleo, comenzando a tocar por encima de la panty, causando una descarga eléctrica en mí y un deseo irrefrenable. Luego introduce otro dedo y comienzo a gemir. —“Jürgen, si seguimos así no saldremos de aquí” El sigue besándome, acariciando mi núcleo y gruñe. Estás lista para mí y eso me encanta, me gusta que te derritas ante mi toque pequeña, ronroneando en mi boca, luego chupa mi cuello y lo muerde.
—Jürgen, por favor para, —me fascina que ruegues pequeña, eso me excita más, acto seguido baja mi panty e introduce el succionador de clítoris y sube nuevamente mis panty.
-¿Qué demonios haces? Replico. -Te dije que era para qué lo usaras, pero no en la calle, casi le grito. –Tranquila, responde sé lo que hago,  el toma un pequeño control remoto y lo enciende… en la primera velocidad.
Me guiña un ojo, diciendo —“ahora sí, podemos irnos”.
—¿Estás loco?. ¿Cómo vamos a irnos cuando me acabas de meter esa cosa?.
Tranquila pequeña, y disfruta en ese instante lo apaga,  me relajo y pienso “este hombre realmente está loco”. Al llegar, al club entramos, Jürgen tiene una mesa reservada. Nos sentamos juntos, mis labios siguen hinchados de la forma en que nos besamos en el auto.
El me pregunta que quiero tomar, —quiero un vodka, le dice al camarero que traiga una botella de vodka, y una de Whisky. Al poco tiempo, llega George con Isabella, el viene con un jeans azul y una camisa negra ajustada dejando ver sus tatuajes en los brazos. Isabella por su parte, viene con un vestido, blanco corto que no deja nada a la imaginación, con un pronunciado escote, que además deja ver sus grandes senos.
Sonrío al verla no esperaba menos de ella, río. —¡Wow!, ¡pero que insinuante!.
Isabella sonríe ampliamente y espeta. —Lo que no se exhibe, no se vende, yo río y le digo. —¡Descarada! George se sienta junto a ella. —Hola Giselle. -Hola George, le respondo.
,—¿Qué pediste? pregunta George a Jürgen. —Whisky para nosotros y vodka para ellas, le contesta. -¡Perfecto, responde George, satisfecho, George e Isabella toman un trago y van a bailar una bachata de Romeo Santos. Cuándo estamos en la mesa, se acerca a nosotros una mujer, saludando  a Jürgen con un beso en la boca, me quedo de piedra. ¡Y el no responde!.
Hola amor dice la rubia con ojos avellana, lleva un vestido rojo entallado al cuerpo, yo, lo veo, el la saluda y dice. —Hola Anastasia, ella es Giselle. ¿Qué qué? Pienso para mí “o sea, que le dice quién soy yo… ¡pero no me dice quién es ella!”. –Hola, me saluda ella, sin siquiera mirarme y  sentándose junto a Jürgen. -¿Quién demonios se ha creído esta mujer?. ¿Quién la invitó?. ¿Por qué diablos Jürgen deja que ella lo bese?... ¡Y aparte se sienta a su lado!
Jürgen dice; —Giselle, ella es Anastasia una cliente mía y amiga desde hace mucho tiempo. ¿Cliente?. Pienso, ¿este bastardo se besará con todas sus clientes?.-Sonrío con desgana y me levanto. —Con permiso digo dirigiéndome a la barra, Jürgen se queda mirándome, pero no dice nada yo respiro y le digo al barman. Por favor deme un vodka me lo tomo de un trago. ¡Necesito calmarme!, porque de lo contrario le arranco la cabeza a esa rubia.
Suspiro tengo que relajarme,  igual él y yo sólo somos amigos entonces. ¿por qué me altera que alguien más lo bese?. Deme otro trago más por favor, pido al barman, sse lo carga a la cuenta de esa mesa. -Sí señorita, responde el barman.
Cuándo estoy bebiendo mi segundo vodka, alguien me toca el hombro. Volteo creyendo que es Isabella, y diciendo. -¡No preguntes!.
—¿Qué no pregunte qué?. Cuándo oigo esa voz me ahogo y toso. —¡Argenis! exclamo sorprendida. —¿Que haces aquí?. —Eso te pregunto yo, me replica él.
Titubeo. —Estoy aquí con Isabella y un amigo pasando el rato, Argenis sonríe, susurrándome; —Estás bellísima, me ruborizo y digo. –Gracias, también estás muy guapo, Argenis está vestido con un pantalón negro, camisa roja y una chaqueta negra, su cabello bien peinado hacia atrás. Suspiro, este hombre es hermoso. -¿Con quién vienes? Pregunto.
—Vengo con unos amigos responde él, los dejé un momento porque iba al baño, luego cuándo venía te ví sentada aquí, ¡me sorprendió!. -¿Y las niñas?, pregunta. —Están con mi mamá, miento. No puedo decirle que están en casa de Jürgen ya que la primera vez, que ambos se conocieron, Jürgen lo golpeó en la cara.
—¿Te gustaría bailar? pregunta y yo titubeo y pienso. “Si Jürgen me ve bailando con otro hombre, no sé que hará, pero si me ve con Argenis, puede ser peor, ya que lo golpeó sólo, por tocar mi mano. Aúnque… ¿por qué debería importarme si a Jürgen le gusta o no?. Si el muy imbécil se besa con todas sus clientes, yo también  puedo hacer lo mismo.
Entonces Argenis se aclara la garganta, sacándome de mis pensamientos —¿entonces qué dices? —Sí claro, ¿por qué no?, respondo. Me lleva al centro de la pista y comenzamos a bailar una canción del Grupo Aventura, que canta Romeo Santos se llama “Dile al Amor”.
"Cupido no te de entiendo alardeas de ejemplo
De juntar corazones un experto en conexión
Te fallaron las flechas
Y de tantas violetas

Que por ti he regalado en mi jardín no hay ni una flor
Pues dile al amor que no toque mi puerta
Que yo no estoy en casa
Que no vuelva mañana

A mi corazón ya le han fallado en ocasiones
Me fui de vacaciones
Lejos de los amores
Y dile a al amor que no es grato en mi vida
Dale mi despedida cuéntale las razones"

En el momento que estamos bailando Argenis se me acerca, estrechando nuestros cuerpos susurrando; -¡Me gustas mucho! Yo trago Audiblemente sonriéndole me toma por la cintura, trato de alejarme un poco, aúnque me gusta, no quiero que Jürgen se dé cuenta y forme un escándalo en ese instante, Isabella me toca el hombro haciéndome gestos con los ojos.
-¿Dónde está Jürgen? me susurra al oído. —Está bien con una Barbie que lo estaba besando la última vez que lo ví, le susurro de vuelta entre dientes —¿Qué? Responde. –Sí, y Argenis cuándo se da cuenta que estoy hablando con alguien me suelta.
—Hola, saluda a Isabella. —Hola Argenis, responde ella. George aparece junto a Isabella, me mira, pero no dice nada. -¡Se va diablos!, le digo síguelo Isabella ella sale detrás de él.
—Argenis, ¿Qué tal si vamos a la barra?. Tengo sed. —Sí claro, cuándo llegamos a la barra, Argenis me pide una Pepsi. –Gracias, respondo cuándo me la entrega, me toca el rostro y me retira el cabello, colocándolo detrás de una de mis orejas.
—¿Qué te dijo Isabella? –Nada, suspiro. —¿No tienes que ir a dónde están tus amigos?, le pregunto. Ellos saben que no me iría sin ellos, así que no te preocupes, deben estar distraídos.
¡Diablos!, pienso, ojalá George no se haya ido de bocazas diciéndole a Jürgen que estaba bailando, aúnque no debe importarle, si no ya hubiese estado aquí, no me hubiera dejado levantar de la mesa.
—Giselle, carraspea Argenis. ¿Sí?, respondo. —Yo sé que soy tu abogado, pero quiero que sepas, que no puedo dejar de pensar en tí y en el beso que nos dimos, yo suspiro, -¡Argenis!, le digo te dije que aunque me gustas mucho, no quiero dañar la relación de cliente / abogado que tenemos aparte te considero más que mi abogado, eres mi  amigo.
-¡Yo no quiero ser tú amigo! Responde. —Yo quiero ser algo más!.
Pido al camarero otro trago por favor!. Argenis me ve con esos hermosos ojos avellana, me tomo el trago de una sentada y pienso, “si sigo a este ritmo terminaré borracha”.
Argenis me dice. -¡Sólo una oportunidad, por favor!. No te estoy pidiendo que te cases conmigo, sólo quiero que salgamos. ¡Dame la oportunidad de demostrarte que puedo hacerte feliz!.
Yo, no lo sé de verdad Argenis ¡mejor bailemos!. –Sí, responde mientras sonríe sin ganas, me lleva a la pista necesito distraerlo, no quiero decirle que estoy con alguien más, aúnque en realidad no sé qué tipo de relación tenemos Jürgen y yo. Empezamos a bailar, mientras busco con la mirada a Isabella no puedo llamarla porque dejé mi teléfono en la mesa dónde estoy con Jürgen. Sigo bailando esperando saber algo de Isabella, pero ella no aparece, bueno espero que eso sea una buena señal. Argenis me coloca las manos en las caderas, apretándome contra él, ¡Diablos!. ¡Este hombre está duro!.
Lo que me faltaba. ¡Argenis está excitado!.. ¿cómo escapo ahora?. En eso me mira con lujuria y me besa, comienza introduciendo suavemente su lengua dentro de mi boca, luego me toma por las mejillas besándome con pasión. Mierda, estoy jodida aúnque trato de apartarme no puedo este hombre besa muy bien, no tanto como Jürgen. ¡Pero es muy bueno!.
¿Qué estoy haciendo?. -¡Argenis!, esto no puede ser, ¡Suéltame!. El me besa nuevamente —Giselle no puedo, te necesito intento zafarme.
-¡No!. ¡Basta ya!, grito y me aparto. -¡Te dije que esto no puede ser!.
El toma mis manos, colocándolas en su pecho, y dice —¿lo sientes? No puede ser, su corazón late desbocado, parece que se le fuese a salir. Vacilo, me pone un dedo en la boca… -¡Sshhhhh!. No necesitas decir nada, ¡sólo déjate querer!. Mi cabeza da vueltas, no sé si es por el vodka, o por lo que me acaba de decir luego me besa nuevamente, pero con ansias totalmente desesperado.

DAME TUS CARICIAS  (De La BilogíaHazme Sentir)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora