CAPITULO 36 JÜRGEN

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Anoche no dejé dormir a Giselle, no después de llamarme viejito. Le hice el amor hasta que se quedó dormida, hoy a las 4:00 A.M. utilicé, todos los juguetes que compré para ella, luego la hice mía hasta que sus piernas temblaban literalmente.
Me pedía perdón por haberme llamado viejito, pero no la escuché quería que supiera que mi virilidad estaba intacta. Está mujer ha volcado mi mundo en todos los aspectos, jamás permití que nadie durmiera en mi cama y ahora no puedo dormir sin ella abrazada a mí.
Diablos ¿qué has hecho conmigo pequeña? Digo para mí, son las 6:00 A.M. sólo he dormido dos horas, pero no puedo faltar a la empresa tengo demasiado trabajo pendiente, más que Giselle no  me dejó ayer terminarlo.
Me levanto, cepillo mis dientes y me ducho. Cuándo salgo del baño Giselle sigue dormida, —Pequeña despierta acaricio su rostro, despierta tenemos que trabajar.
Ella abre los ojos,  yo sonrío buenos días espeto. —Ella me mira disgustada —¿Por qué me miras así? —¿Cómo qué por qué? Espeta ella, —No lo sé pequeña respondo.
—Déjame recordarte, no me dejaste dormir nada gruñe, —bueno preciosa, quería demostrarte que no tienes que preocuparte por mi virilidad.
—Eres un arrogante, gruñe metiéndose al baño enojada, cuándo sale ya se ha duchado y  cepillado los dientes. Empieza a vestirse sin mirarme,  —oye no es justo que estés molesta digo.  —¿No es justo? Te supliqué qué me dejarás, que estaba agotada, te pedí perdón, pero aún así seguiste haciéndome el amor. Hasta que me dejaste agotada cuándo sabías que había amanecido.
El punto es, que eres un egocéntrico Jürgen Raskot. —Pequeña, tú insinuaste qué tenías que buscar alguien más, porqué yo estaba viejo, yo sólo te demostré lo contrario. La tomo por la cintura y la beso en los labios y susurro para mí ha sido la mejor noche de mi vida, tú eres el mejor motivo que tengo para trasnocharme.
Ella sonríe —adulador.  Hoy me coloque un traje negro hecho a medida, con camisa vinotinto, corbata negra, me aplicó perfume issey miyake, qué es la fragancia favorita de Giselle,  lo sé por qué la he visto oliendo mis camisas.
Cuándo baja, yo estoy en la cocina tomándome mi café y comiendo un sándwich. Ella baja con una blusa roja, una falda corta blanca con su chaqueta a juego, unas sandalias plateadas y bolso rojo. Lleva puesto el reloj que le regalé, maquillaje ahumado, labios rojos como siempre.

Wow, esta mujer me enloquece me gusta lo femenina qué es y lo salvaje e impetuosa al mismo tiempo. Sonrío al verla, ella me devuelve en la sonrisa, —ven a desayunar preciosa espeto.
—¿Qué quieres comer hoy? —Sólo quiero café con leche! —¿Sólo eso? Debes desayunar más aún después de anoche.
Ella me mira sacándome la lengua, sonrío sí vuelves a provocarme, te haré lo mismo que anoche se pone sería, se ve tan hermosa cuándo hace pucheros.
—Alicia, por favor dame cereal con yogurt —¿Vas a desayunar eso? —Sí espeta ella,
—ya veo a quién salieron las niñas, río.
Comemos, luego salimos rumbo a la oficina, entramos tomados de la mano, luego me despido con un beso en los labios y ella sigue a su oficina.

GISELLE
Entró a mi oficina y llamo a mi mamá. —Buenos días mamá, —buenos días hija responde ella. —¿Cómo estás? —Muy bien digo —¿y las niñas? pregunta ella están dormidas Alicia, la señora que trabaja en la casa de Jürgen las cuida muy bien ella es cómo la madre de Jürgen.
Pero, no te preocupes ya hoy las llevo para el departamento,  mañana las dejó en tú casa, —okey está bien dice ella. —Bueno te llamaba sólo para decirte que estamos bien, te dejo tengo mucho trabajo.
Cuelgo, enseguida llaman a la puerta,
—Adelante digo, es Isabella —Buenos días, —buenos días respondo. —Diablos, Giselle ¿Por qué tienes esa cara?
—No he dormido nada, Jürgen paso toda la noche torturándome, —¿Torturándote? —Sí ayer cuándo me iba, el seguía trabajando le dije que nos fuéramos juntos dijo que tenía trabajo, le dije que quería estar con él, pero que sí no podía buscaría quien calmará mis ganas.
Entonces me hizo el amor en su oficina.
—¿Queeeé? —Sí, pero eso no es todo, lo llamé viejito que yo comprendía que por su edad, no le debía  de quedar mucho tiempo de virilidad, para complacerme y él se la pasó toda la noche y parte  madrugada demostrándome lo contrario.
Ella ríe! —¡No debiste hacer eso, —ja, me lo dices estoy exhausta. Las piernas me temblaban literalmente, —¿Bueno no te quejabas que no tenías sexo? All menos ya eso no es un problema.
—¿Y tú ya estás lista para tomar el puesto tuyo? —Sí espeta ella ya tengo la agenda de George! —¿Y cómo te fue con él ayer? —Le dije que me dejará en mi casa.
—¿Y eso? —Necesitaba estar descansada dice para poder hoy cumplir con mi trabajo a cabalidad.
En eso tienes razón digo, yo no valgo ni medio. —bueno nos vemos al rato voy a ver si ya llegó Griselda para que me entregué formalmente, hoy ya se va de forma definitiva, diciendo esto se va.

DAME TUS CARICIAS  (De La BilogíaHazme Sentir)Where stories live. Discover now